Redacción Farmacosalud.com
La Asociación DUAL ha puesto en marcha, con la financiación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, la campaña ‘Este verano hazte un sin’ con el objetivo de alertar del alto riesgo de consumo de alcohol en forma de ‘botellón’ durante las vacaciones por parte de jóvenes y adolescentes. Ahora bien, también hay que decir que este fenómeno de consumo grupal de bebidas alcohólicas ya no es patrimonio de la juventud. “Lamentablemente, el botellón es un fenómeno consolidado y generalizado. Cuando lanzamos esta campaña todos los años coincidiendo con el comienzo del verano, hay algunos medios que se interesan por asociar botellón, desmadre y juventud, cuando lo cierto es que el botellón ha dejado de ser un fenómeno exclusivo de los jóvenes y ha comenzado a ser imitado por los adultos”, revela a través de www.farmacosalud.com Raúl Izquierdo, psicólogo y director técnico de la Asociación DUAL.
Cabe recordar que, por botellón, se entiende aquella reunión al aire libre de jóvenes, ruidosa y generalmente nocturna, en la que se consumen en abundancia bebidas alcohólicas, según indica el diccionario de la RAE.
“Nosotros mismos hemos presenciado en las fiestas de un pueblo -momento en que es legal consumir alcohol en la vía pública- como un grupo de personas bebía en la plaza, enfrente de la orquesta, presumiendo de que era el botellón de los de 50. Ese es el camino contrario al que debemos tomar: el botellón debe ser una práctica a erradicar y marginar. Y no porque los menores comiencen a beber antes, pues la edad de inicio se mantiene estable en torno a los 14 años, o porque las chicas beban tanto o más que los chicos, sino porque se trata de un hábito impropio de nuestra cultura, desregulado y que convierte la ingesta alcohólica en un fin en sí mismo”, sostiene Izquierdo.
Los padres privilegian el alcohol, pero después desaconsejan a sus hijos consumirlo
“El problema no es beber alcohol sino la forma de hacerlo y el valor que le asignamos a ese hecho: culturalmente, vinculamos el consumo de alcohol a la distensión, la diversión, la intrascendencia, la celebración o incluso la tramitación de los disgustos y las pérdidas. Nosotros mismos le estamos otorgando un papel privilegiado en nuestras vidas, a la vez que desaconsejamos su uso a nuestros hijos menores: ¿somos coherentes con ello? Porque a lo mejor es más acertado dejar de pedirles (a los jóvenes y adolescentes) que no beban, pero sí que esperen para hacerlo, que lo pospongan todo lo posible… mejor si es a la edad legal, pero si no, preferiblemente a los 17 que a los 16”, argumenta.
Con la campaña ‘Este verano hazte un sin’ se pretende generar un debate público encaminado a “revisar los valores que los adultos asociamos al alcohol, sobre todo en contextos de verano como las fiestas patronales”, comenta el psicólogo. Con esta iniciativa, además, se busca superar la formulación negativa clásica del mensaje preventivo que se centra en la resistencia pasiva como ‘di no’, ‘no bebas’, ‘no hagas’... “Instamos a menores y jóvenes a asumir un rol activo: haz cosas distintas y alternativas al consumo de alcohol”, precisa mediante un comunicado el director técnico de la Asociación DUAL.
En ese sentido, desde DUAL se pide a todos los representantes políticos el compromiso de invertir esfuerzos de forma sostenida en el tiempo con el fin de erradicar el botellón y provocar su rechazo. “Estamos pidiendo que desarrollen una estrategia a largo plazo para provocar el repudio colectivo del botellón del mismo modo que se viene haciendo desde hace más de una década con el consumo de tabaco: un hábito, el de fumar, que la publicidad había logrado asociar al atractivo o el glamour, y que las políticas públicas han conseguido desenmascarar y marginar”, explica Izquierdo.
Según este experto, hacen falta campañas anuales periódicas -coincidentes con las etapas de mayor riesgo- que sitúen en el debate público el consumo de alcohol en menores, ya que “existe todavía una gran permisividad social en relación al alcohol y las celebraciones. Hay estudios que muestran que el 80% de padres y madres creen que las bebidas alcohólicas animan las fiestas, cosa que no ocurre con otro tipo de drogas”.
Dos influencers han muerto en retos de sobreingesta alcohólica
Por otro lado, en DUAL se muestran muy preocupados por la proliferación en redes sociales de retos virales basados en la sobreingesta alcohólica, ‘competiciones’ que ya han comenzado a causar las primeras muertes. El psicólogo recuerda que las redes sociales, además de haberse convertido en “el medio de información y comunicación casi exclusivo de los jóvenes”, son usadas a menudo como canales “que resultan ajenos al control y la supervisión de los padres”.
“Nos preocupa especialmente que la ingesta alcohólica se integre como un juego de naturaleza competitiva porque eso puede atraer a menores y jóvenes que, por su edad, muestran una inclinación natural a jugar y competir. Es algo que ya ocurre en los botellones, pero de lo que sólo tenemos constancia en los casos más graves: el desafío es ver quién bebe más en menos tiempo. En el caso de las redes sociales, hemos tenido noticia reciente del fallecimiento de dos influencers chinos tras ingerir grandes cantidades de alcohol de alta graduación. Y no eran menores, lo que nos asusta todavía más”, detalla Izquierdo.
“Con los establecimientos que venden alcohol a menores hay que ser implacables”
Desde la Asociación DUAL se considera que la familia es un factor de protección privilegiado de cara a prevenir el inicio precoz en el consumo de alcohol, hasta el punto de que la proyección familiar es capaz de atenuar eficazmente la presión de grupo que sufrirán los menores que se vean expuestos a un botellón. “La familia no debe renunciar a hacer valer su función como referente frente a la irrupción de nuevas influencias como los amigos durante la adolescencia”, manifiesta Izquierdo.
Joan Ramón Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), asegura que en España hay una especie de variabilidad territorial a la hora de poner en marcha fórmulas que sirvan para frenar el consumo de alcohol entre adolescentes: “empezamos a ver diferencias importantes entre comunidades autónomas; comunidades que no han sido tan activas y comunidades que lo prohíben y luego no lo hacen cumplir". Ahora bien, el delegado especifica que hay zonas del país donde “el botellón prácticamente no existe. Muchos ayuntamientos han adoptado ordenanzas y medidas para limitarlo o erradicarlo… otras comunidades tienen prohibida la venta nocturna de alcohol en comercios, que son el origen del botellón”.
“Con los establecimientos que venden alcohol a menores hay que ser implacables -subraya a este respecto Izquierdo-. Deben ser sancionados de la manera más severa posible, si bien nos cuesta creer que eso siga sucediendo en el momento actual. Es más probable que los menores tengan acceso al alcohol porque en las pandillas, que suelen ser muy heterogéneas en cuanto a la edad, haya algún miembro de 18 o más años que provea al grupo, o algún familiar o conocido ajeno a esa pandilla que lo facilite. Este fenómeno nos obliga a mantener o incluso intensificar la labor de control y supervisión en nuestros lugares de veraneo”.
Villalbí, asimismo, valora el hecho de que Administraciones autonómicas y locales, así como entidades del tercer sector, se estén esforzando en fomentar ese cambio de sensibilidad social con respecto al botellón y que, a raíz de ello, las autoridades ya se estén moviendo en esa dirección. “La dirección es positiva, aunque quizás el ritmo de cambio nos gustaría que fuera más intenso”, reconoce. A pesar de que hay “consenso político” para proteger a los menores del alcohol, también hay que reseñar que “existen diferencias ideológicas” a la hora de materializar tales iniciativas, indica el delegado del Gobierno para el PNSD. “Las normativas autonómicas de protección contra los efectos del alcohol en menores se han adoptado por gobiernos de diferentes colores políticos”, apunta.
Los cambios sociales no se producen únicamente en función de lo que esté prohibido, sino que tienen “mucho que ver con la percepción de la gente, y está en nuestras manos ir construyendo y modificando esa percepción. Existen diferencias, pero la experiencia demuestra que, cuando las autoridades se mueven, las cosas cambian”, expone Villalbí.