Redacción Farmacosalud.com
Según los expertos, la principal razón para indicar un tratamiento con protones es la proximidad del tumor a estructuras cuya tolerancia a la irradiación es menor que la dosis de radiación necesaria para controlar el tumor. La evidencia científica muestra que aproximadamente un 1% de los pacientes (en torno a unas 1.000 personas al año en España) con indicación de radioterapia por tumores o procesos benignos, son adecuados para el tratamiento con protones, siendo más habitual en los tumores infantiles. Ante esta necesidad de tratamiento, en la mayor parte de los países europeos están proyectadas, en construcción o han comenzado a funcionar, instalaciones de protones. Desde la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) recomiendan la instalación de, al menos, una unidad de protones en España donde poder realizar el tratamiento de todos los pacientes con indicación actual, que según la SEOR tendría un coste estimado de 25 millones de euros.
Asimismo, en este centro podrían llevarse a cabo estudios para comprobar si existe una mejora con respecto a los tratamientos actuales en aquellos tumores donde todavía no hay suficiente evidencia para su utilización de forma rutinaria. La experiencia mundial y la evidencia científica han demostrado los beneficios y los resultados a largo plazo del uso de los protones para los tumores oculares. Sin embargo, en otras localizaciones los beneficios no son tan claros, comentan los expertos.
En comparación con los rayos X, los protones causan menor daño
Actualmente, más de la mitad de los pacientes diagnosticados de cáncer precisan radioterapia en algún momento de la enfermedad. En el mundo occidental, la mayoría de los servicios de oncología radioterápica están equipados con aceleradores lineales que producen fotones. También, una proporción importante de pacientes son tratados con radiaciones gamma procedentes de fuentes de irradiación empleadas en braquiterapia. Por su parte, la terapia de protones es un tipo de radiación diferente a la utilizada habitualmente en radioterapia ya que, en lugar de emplear rayos X de alta energía, se utiliza un haz de alta energía de protones para suministrar una dosis determinada al tumor.
La diferencia entre unos rayos y otros radica en el comportamiento de la ionización de un haz de protones, ya que éstos producen más ionización a una determinada profundidad (que depende de la energía elegida del haz de protones). Esto significa que, en comparación con los rayos X, los protones causan menor daño al tejido que atraviesan para llegar al tumor, y ningún daño, o un daño mínimo, al tejido sano que está detrás del tumor. Una de las características de este tratamiento es que, sin llegar a afectar al tejido sano, permite aumentar la dosis en los tumores más resistentes a la radiación. Los profesionales recalcan que la protonterapia es particularmente útil para los tumores situados cerca de la columna vertebral o en la parte inferior del cráneo, donde hay estructuras sensibles, tales como el cerebro y la médula.
Reducción de los efectos secundarios a largo plazo
Además, otra de las ventajas es que la terapia con protones consigue reducir los efectos secundarios a largo plazo derivados del tratamiento con radiación, lo que es especialmente importante en los niños. Para decidir si un tratamiento es adecuado para protones, no solamente hay que tener en cuenta la distribución de la dosis, sino que los profesionales han de considerar otros aspectos clínicos importantes, siendo necesaria la valoración de un experto en Oncología Radioterápica para la indicación del tratamiento. Recientemente un informe de la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica (ASTRO) concluye que en la actualidad no hay la suficiente evidencia para recomendar el tratamiento con protones fuera de ensayo clínico en los tumores de pulmón, cabeza y cuello, gastro-intestinales (con excepción del hepatocarcinoma) y tumores pediátricos situados fuera del sistema nervioso central. En cambio, para los casos de carcinoma hepatocelular y de cáncer de próstata sí que existe evidencia sobre la eficacia de los tratamientos con protones, aunque no parece que sea mejor que con el uso de fotones.
Respecto a los tumores pediátricos del sistema nervioso central, y teniendo en cuenta los trabajos científicos publicados, el tratamiento con protones podría estar más indicado que con fotones, pero no hay datos suficientes para dar una recomendación en firme de su indicación. La SEOR considera que para los tumores pediátricos localizados a nivel cráneo-espinal los protones, aunque dosimétricamente sean superiores a los fotones, son necesarios más datos clínicos. Por último, en los melanomas oculares y los cordomas, la evidencia científica muestra claramente la superioridad de los protones frente a los fotones. Salvo en estas dos últimas localizaciones, los especialistas de ASTRO recomiendan realizar más ensayos clínicos para demostrar su beneficio. Por otra parte, el Servicio Ingles de Salud (NHS), además de los tumores recomendados por ASTRO para el tratamiento con protones (melanomas oculares y los cordomas), han elaborado un listado de indicaciones para tumores de la infancia, principalmente del sistema nervioso central y sarcomas, que si cumplen las condiciones de poder ser tratados de forma curativa son enviados fuera de UK para tratamiento, todo ello a cargo del Servicio Inglés de Salud hasta que finalice la instalación de las dos unidades de protones en construcción.