Redacción Farmacosalud.com
Si bien en la sociedad “hay poca información" sobre lo que significa la transexualidad (persona que se siente del sexo contrario), también es cierto que “nuestra sociedad, en general, es más abierta de lo que pensamos” en relación a dicha condición, sostiene el Dr. José Emilio Callejas, pediatra de Atención Primaria (AP). El galeno destaca la importancia de que los padres de aquellos menores transgénero (niños/as que tienen una identidad de género distinta a la asignada al nacer) acudan a una consulta de AP para saber qué hacer en este tipo de situaciones, dado que asesorarse ya es “un paso para aceptar” la nueva orientación vital de sus hijos/as. “En todo caso -agrega-, me preocupa quien no consulta”, ya que ello puede llegar a “provocar problemas en el menor”. En cuanto al asesoramiento que prestan los pediatras de AP a los niños/as transgénero y sus familias, Callejas admite que “hay poca formación” entre los facultativos, pero matiza a renglón seguido que ya se está planteando que este tipo de atención se incluya entre “las competencias que debe conocer” el profesional de la Pediatría.
-Los pediatras de AP son los primeros especialistas a los que acuden los niños y niñas transgénero (también conocidos como menores trans) y sus familias dentro de su proceso de búsqueda de información, asesoramiento y apoyo. ¿Existe la suficiente formación para atender al colectivo trans y a sus familias?
En nuestra consulta, la demanda de asesoramiento por identidad de género distinta a la asignada al nacer es una petición poco frecuente. Es por esto que, cuando se nos presenta, no sabes cómo afrontar dichas peticiones y es precisamente esta ignorancia la que en mi caso me llevó a buscar información al respecto. Creo que hay poca formación en cuanto a ese tipo de solicitudes, si bien es verdad que cuando los compañeros tienen dudas sobre las peticiones que se les presentan, suelen preguntar y buscar las posibilidades de información y actuación que podemos dar en nuestra consulta. También es cierto que se está planteando ya que este tema forme parte de las competencias que debe conocer el pediatra de Atención Primaria.
-A pesar de que la transexualidad no es un problema médico, ustedes reivindican el importante rol que desempeñan los pediatras de AP a la hora de evitar las consecuencias psicológicas del rechazo social que pueden sufrir los menores que se declaran trans. ¿En términos de aceptación, cree usted que se ha avanzado mucho o poco en estos últimos años?
Creo que hay poca información en la sociedad sobre lo que significa la transexualidad. También creo que nuestra sociedad, en general, es más abierta de lo que pensamos y está dispuesta a integrar situaciones a las que no estaba habituada. En todo caso, creo que lo importante es que un menor transexual no se vea sometido a un rechazo por parte de su entorno (social-escolar) que le lleve a fracasar en su desarrollo. Creo que la sociedad tiene que ser consciente de que una persona, por su identidad, no puede tener limitaciones a la hora de alcanzar las competencias que pudiera alcanzar cualquier otra persona no sometida a presiones ni rechazo. En este sentido, todos debemos colaborar para que la integración sea efectiva.
-Usted, por su experiencia atendiendo casos trans, señala que el perfil de los menores que acuden a la consulta es el de niños de 3, 4 o 5 años que van acompañados de sus padres, quienes ‘ven en ellos una tendencia, en sus juegos y relaciones, que no va en línea con su sexo asignado al nacer’. Esos adultos, a menudo, acuden preocupados por los problemas de convivencia que todo ello pueda ocasionar a sus hijos, así como por el fracaso que pueda suponer en su desarrollo personal. ¿Con el paso del tiempo, los progenitores siempre aceptan que su hijo o hija sea transgénero, o bien algunos se resisten?
No son tantas las situaciones de posible transexualidad con las que me he encontrado. Sí que he visto que, cuando se presenta una petición de asesoramiento e información de este tipo en mi consulta (igual que en la de otros compañeros), los padres consultan precisamente por la preocupación que les supone el caso de su hijo/a, pero, el hecho de decirles que no deben acelerar ninguna decisión, sino que deben acompañar a sus hijos durante su desarrollo y apoyarlos, les da mucha tranquilidad. El hecho de que vengan a asesorarse ya es un paso para aceptar la situación. En todo caso, me preocupa quien no consulta, ya que ello puede favorecer una situación que lleve a provocar problemas en el menor.
-La primera intervención hormonal en las personas trans busca frenar el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios por medio de análogos de la hormona GNRH, proceso que se inicia cuando el niño o la niña ha alcanzado el desarrollo de Tanner 2 (grado de crecimiento inicial de los testículos o las mamas). ¿Estamos hablando de los 12 años como edad media?
Bueno, el desarrollo depende en cada persona y no se puede hablar de una edad concreta. Es por esto que en nuestra consulta de AP es conveniente que estemos pendientes de su grado de desarrollo para derivar a una unidad de atención hospitalaria, que es donde se pueden plantear los tratamientos. Por nuestra parte, en nuestra consulta sí que debemos de informar sobre las posibilidades terapéuticas. Asimismo, en relación a estas terapias, hay que explicar tanto los beneficios que pueden aportar como los problemas que pueden provocar.
-Después le sigue la terapia hormonal cruzada, que se suele aplicar hacia los 14 o 16 años, mientras que las intervenciones quirúrgicas se pueden realizar cuando la persona transgénero ya es mayor de edad, a partir de los 18 años. ¿Qué es la terapia hormonal cruzada?
El objetivo de dicho tratamiento es inducir la masculinización o la feminización. Concretamente, para inducir pubertad en sentido femenino se utilizarán análogos de estrógenos, mientras que para inducir pubertad en sentido masculino se emplearán análogos de testosterona.
Existe controversia sobre la edad ideal para iniciarla. Hasta hace poco se establecía como límite etario para su inicio los 16 años, ya que se considera la edad mínima legal para tomar decisiones en el ámbito sanitario. Sin embargo, la última guía clínica de la Endocrine Society considera que dicha terapia puede empezar antes de los 16 años, siempre que la persona sea evaluada por un equipo multidisciplinar con experiencia en la materia. Debido a que no existe acuerdo común en cuanto a la edad más adecuada para iniciar la terapia hormonal cruzada, es necesario establecer una serie de criterios con el objetivo de garantizar la seguridad del paciente que se va a someter a dicho tratamiento. Estas terapias se plantean en unidades de atención hospitalaria.
-El anteproyecto de Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans en España pretende que se reconozca la identidad de género libremente manifestada, sin necesidad de prueba psicológica o médica. En la rectificación registral del menor transgénero, no se exigen más requisitos que la declaración expresa de la persona interesada o de sus representantes, sin estar condicionada a informe médico o psicológico o a tratamiento médico o quirúrgico para modificación de la apariencia. De acuerdo, los médicos no intervienen, pero, ¿qué ocurre si en estos procesos hay discrepancias entre padres e hijos, qué papel deben jugar ustedes en AP?
Nuestro trabajo se lleva a cabo en el seno de un equipo sanitario de Atención Primaria compuesto por diferentes profesionales. Entre ellos se incluyen profesionales de Trabajo Social, con los que debemos contar para que investiguen posibles problemas sociales que puedan surgir e intentar darles solución con las medidas disponibles a nivel social. Nuestras actuaciones como pediatras de Atención Primaria deben ir dirigidas de forma expresa a la detección de posibles problemas médicos que pudieran surgir, como vivencias de ansiedad o depresión, fracaso escolar, autolesiones o ideaciones suicidas. Es necesario considerar, de manera individualizada y de acuerdo con la persona y sus padres o tutores, la necesidad de derivar a la Unidad de Salud Mental si fuera necesario; este es un recurso con el que debemos contar.
-Según un comunicado de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), algunos colectivos de progenitores han denunciado problemas de falta de suministro de los productos hormonales necesarios para el tratamiento trans en España. Algunas de esas terapias no están financiadas. ¿Así pues, hay personas transgénero de primera y otras de segunda en función del nivel adquisitivo de cada uno?
Las unidades de atención a personas trans, donde se plantean tratamientos hormonales, son unidades hospitalarias de servicios públicos de salud. No conozco exactamente hasta dónde llegan los problemas de suministro, pero por lo que conozco, no debería depender del poder adquisitivo. No sé si a nivel privado hay atención en este sentido, igual que tampoco sé, a este nivel, la accesibilidad que pueda haber a los fármacos.