Redacción Farmacosalud.com
En los últimos meses, se han incrementado los casos de cosmeticorexia entre niñas de menos de 12 años, fenómeno que las ha convertido en adictas consumidoras de productos de cuidado facial, maquillaje y belleza. Grandes empresas farmacéuticas de otros países europeos, como Suecia, ya están poniendo restricciones de edad para la venta de sus productos con el fin de intentar controlar estos hábitos y evitar el uso prematuro de este tipo de cosméticos.
Además de los riesgos físicos que pueda generar el uso prematuro de tales productos, la psicóloga Conchita Sisí Martín, directora de la clínica Salud en Mente (Madrid), ofrece un análisis sobre los peligros que esta moda puede ocasionar en el bienestar emocional de las niñas, quienes también pueden ver afectada su autopercepción. Además, Sisí Martín, que es psicóloga especializada en psicología infantil y del adulto joven, ofrece una serie de consejos para afrontar este problema.
• sobreexposición a redes sociales y a ideales de belleza inalcanzables: según Sisí, el principal problema es el nivel alarmante de sobreexposición a ideales de belleza al que se enfrentan las menores
• distorsión de sí mismas: esto conlleva, a su vez, un impacto significativo -y no siempre positivo- en su autoimagen, generando una distorsión en la percepción que tienen de sus propios cuerpos
• necesidad de un perfeccionismo inalcanzable: la necesidad, cada vez mayor, de perfeccionismo, baja autoestima y una alarmante y creciente necesidad de consumo relacionada con la búsqueda de esos estándares que, en la mayoría de las ocasiones, son inalcanzables, sobre todo teniendo en cuenta su edad
¿Prohibir o reeducar?
Para abordar este tema, que está teniendo cada vez más repercusión y mayor preocupación, desde Clínica Salud en Mente “aconsejamos trabajar la autoaceptación, la autoconfianza y la autoestima desde una edad temprana en el núcleo familiar, pidiendo ayuda y asesoramiento a profesionales”, comenta Sisí.
En un principio, la reducción o la paralización de la actividad en redes sociales por su supuesta influencia negativa podría parecer una solución obvia. Sin embargo, en un trabajo continuo con los padres, la solución debería ir dirigida a la reorientación de su uso, es decir, la atención cuidadosa y el control parental de forma positiva sobre el uso de las redes sociales. Además, conviene visibilizar las cuentas o perfiles que promueven el movimiento ‘body positive’ y que muestran rutinas de cuidado corporal acorde con las edades de las espectadoras.