Redacción Farmacosalud.com
La Clínica Universidad de Navarra ha lanzado el chequeo cardiovascular ICAP (Integrated Cardiovascular Assessment Program), que se caracteriza por utilizar las técnicas de imagen más precisas para la prevención de enfermedades tan graves como el ictus o el infarto agudo de miocardio. Según el Dr. Juan Pastrana, especialista del departamento de Medicina Interna y coordinador clínico del chequeo en las sedes de la Clínica Universidad de Navarra en Pamplona y Madrid, la intención es que el nuevo procedimiento evite que los pacientes debuten en un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón, o incluso que recaigan en este tipo de episodios: “El programa se ha desarrollado para intentar detectar precozmente las alteraciones vasculares que provocan estas patologías y adoptar las oportunas medidas terapéuticas preventivas para procurar minimizar su aparición. Nuestro objetivo es que, en la medida de lo posible, no ocurra ni un primero ni un nuevo episodio de ictus o de infarto de miocardio”.
“Al realizar un estrecho seguimiento de estos pacientes podemos, asimismo, detectar qué cambios en el estado de las arterias han tenido lugar gracias a las medidas instauradas, y adecuar los tratamientos de forma personalizada”, certifica el Dr. Pastrana en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Patologías que constituyen la primera causa de fallecimiento en España
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en España, ya que en 2018 representaron el 28,3% de los fallecimientos, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La Organización Mundial de la Salud (OMS) también señala al ictus o accidente cerebrovascular y a la cardiopatía isquémica -infarto de miocardio- como las principales causas de mortalidad en el mundo. El ictus es una dolencia de gran prevalencia que puede llegar a afectar a 1 de cada 4 adultos mayores de 25 años en todo el mundo, y que en España sufren unas 110.000 personas al año, de acuerdo con los datos de la Sociedad Española de Neurología. El 15% de los afectados por un ictus en territorio español puede fallecer y el 30%, quedar en una situación de dependencia. Se considera que esta patología es la primera causa de discapacidad adquirida entre los adultos y la segunda de demencia.
Debido a la gran prevalencia del ictus y el infarto, el Cima Universidad de Navarra cuenta desde sus inicios con un programa específico de investigación en enfermedades cardiovasculares. Gracias al conocimiento adquirido durante estos años, los expertos de este centro han diseñado el chequeo cardiovascular ICAP.
Un estudio diseñado especialmente para mayores de 50 años con factores de riesgo clásicos
El ICAP no va dirigido al diagnóstico del ictus o del infarto, sino a su prevención. “El interés de este estudio radica en que, al emplear tecnología de imagen de vanguardia, nos permite detectar precozmente y con gran precisión alteraciones vasculares antes de que se presenten dichas complicaciones”, comenta Pastrana. Así, mediante la combinación de TAC y PET se consigue visualizar de forma precisa la presencia de placas de ateroma en las arterias (depósitos de colesterol en el endotelio) y el grado de obstrucción que estas placas provocan en la arteria, así como su grado de inflamación y por tanto su ‘inestabilidad’ o riesgo de ruptura, que es lo que puede desencadenar la aparición de un ictus o un infarto de miocardio.
El chequeo cardiovascular ICAP se ha diseñado especialmente para personas mayores de 50 años que presentan factores de riesgo clásicos para el desarrollo de afecciones cardiovasculares como son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, la hipercolesterolemia (colesterol alto en sangre), el tabaquismo o el estrés, si bien, como subraya Pastrana, “está también indicado para los menores de 50 que tengan antecedentes familiares tempranos de ictus o de infarto” y que no presenten los riesgos clásicos.
El estudio específico que se realiza no sólo se centra en las arterias coronarias, implicadas en el infarto o en la ‘angina de pecho’, y en las arterias carótidas implicadas en el ictus, sino que también se analiza la situación de la aorta, las arterias ilíacas y las femorales, por lo que permite valorar, entre otras alteraciones, la existencia de una arteriopatía periférica que sufren personas que necesitan detenerse continuamente cuando caminan porque les falta riego en las piernas, el llamado síndrome del escaparate.
Tomografía por Emisión de Positrones que usa como marcador la glucosa marcada con fluoruro
El procedimiento ICAP presenta un carácter único en España y en Europa por las técnicas conjuntas de TAC y PET-FDG empleadas para la evaluación del grado de obstrucción de las arterias y la inflamación del endotelio. Además, es único por la valoración realizada por un equipo médico multidisciplinar y por la inclusión de un protocolo de seguimiento del paciente.
PET-FDG son las siglas en inglés de una técnica de imagen denominada Tomografía por Emisión de Positrones que utiliza como marcador la glucosa marcada con fluoruro (18F-Fluorodeoxiglucosa). Es una técnica que se emplea para el diagnóstico y seguimiento de tumores malignos y zonas de inflamación. “Se basa en que la glucosa marcada es captada con mayor intensidad por las células tumorales o inflamadas, que tienen un metabolismo mucho mayor que las células no tumorales o no inflamadas. La emisión posterior de los positrones del fluoruro por estas células que han captado más glucosa nos da una imagen precisa de la localización del tumor o del proceso inflamatorio”, detalla el facultativo.
“El chequeo proporciona una imagen objetiva que sirve para hacer una medicina personalizada con la que aplicar los tratamientos médicos más adecuados en función de datos individuales objetivos”, en vez de valorar a los pacientes en función de las escalas de riesgo cardiovascular, que “son útiles para la toma de decisiones de tratamiento basadas en estudios estadísticos en grandes poblaciones, pero no tanto para la valoración individual”, indica Pastrana mediante un comunicado de la Clínica Universidad de Navarra.
ICAP es el resultado del trabajo de los especialistas de nueve departamentos de la Clínica relacionados con la Medicina Vascular: Medicina Interna, Cardiología, Radiología, Medicina Nuclear, Endocrinología, Neurología, Nefrología, Cirugía Vascular y Hematología. Este proyecto cuenta con un coordinador científico, el Dr. José Antonio Páramo (departamento de Hematología), y un coordinador clínico, el Dr. Pastrana (departamento de Medicina Interna).
Los tumores malignos, los que más FDG captan
Cuando el paciente llega a la Clínica, es sometido a una analítica completa, un electrocardiograma y una evaluación inicial por parte de un internista y un cardiólogo, así como por parte de otros especialistas de Medicina Vascular si el caso lo requiere. La valoración anatómica de las arterias se realiza mediante un angio-TAC, que ofrece una imagen completa y precisa de las arterias principales, y mediante una coronariografía por TAC, que estudia específicamente las arterias del corazón. Un análisis por PET-FDG permite la valoración funcional, dado que con esta metodología se estudia la inflamación de las placas de ateroma en el interior de las arterias. De forma complementaria, el PET-FDG permite, en algunos casos, la detección de tumores ocultos.
“El PET-FDG, como ya hemos explicado -apunta Pastrana-, se utiliza para la detección de tumores o de zonas inflamadas que tienen un mayor metabolismo. En este sentido, los tumores malignos son los que más FDG captan y por tanto los que mejor se identifican en el estudio de imagen. No obstante, el PET-FDG tiene limitaciones para despistaje tumoral, ya que hay determinados tipos de tumores bien diferenciados (próstata) que no captan adecuadamente este marcador, y zonas como el intestino que pueden tener de por sí una captación alta que dificulta la localización de tumores, siendo necesaria la realización de estudios complementarios. Por ello, no es un método que se utilice como screening general para diagnóstico de cualquier tipo de tumor”.
Tras la realización de las pruebas, se efectúa una nueva consulta con el internista del área para comentar los resultados. El chequeo incluye, además, un nuevo PET-FDG de control al año de la primera consulta, lo que permite valorar la respuesta al tratamiento aconsejado. El procedimiento ICAP es un proyecto y una realidad basados en el trabajo en equipo, tal y como subraya el especialista: “La valoración la realizamos en conjunto todos los facultativos de las especialidades implicadas; hacemos una reunión por cada paciente, consensuando el tratamiento”.
Sobrepeso, tabaquismo, hipertensión arterial…
La ateroesclerosis, un proceso considerado silencioso, comporta que se produzca una inflamación del interior de las arterias. Esta alteración, que se desarrolla durante décadas, es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares. “Con la alteración inicial de las arterias por los llamados factores de riesgo cardiovascular como el sobrepeso, el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes, el estrés o la edad, el colesterol LDL se va acumulando en el endotelio vascular -la capa de la arteria más superficial en contacto con la sangre-, formando una placa de ateroma en el interior de la pared arterial. Con el paso del tiempo, y con el depósito de más grasa y colesterol, esa capa se inflama y abomba cada vez más y se hace más frágil, como un grano lleno de pus. Finalmente, la placa de ateroma se puede romper, y, al mezclarse las plaquetas de la sangre con el material lipídico e inflamatorio que se había acumulado, se origina un trombo que puede ocluir la arteria y provocar el infarto el infarto de miocardio o el ictus isquémico”, explica el coordinador clínico del novedoso chequeo cardiovascular.
La prevención del ictus y del infarto requiere practicar con regularidad ejercicio físico, seguir una dieta mediterránea pobre en grasas animales y rica en verduras, frutas, pescado y aceite de oliva virgen extra, evitar la ’comida basura’, el estrés y el tabaco, y controlar la tensión arterial. No obstante, “cada persona es única y hay que tener en cuenta otros factores como la edad -el envejecimiento llega igual a las arterias- y factores genéticos, que actualmente no conocemos de forma precisa”, advierte.