Se estima que el juanete afecta a casi un 60% de las mujeres mayores de 50 años de edad y también incide en mujeres jóvenes, si bien en este último caso en otras proporciones. Los juanetes “son causa frecuente de dolor en el pie y provocan alteraciones en la pisada que pueden conllevar otro tipo de problemas secundarios, afectando incluso a la columna lumbar”, ha advertido el doctor Rubén Sánchez-Gómez, del Servicio de Podología de Clínica CEMTRO de Madrid.
Un estudio realizado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid en colaboración con la Clínica CEMTRO ha demostrado por primera vez que los tacones altos provocan la tan conocida deformidad crónica en los huesos del pie llamada Hallux Abductus Valgus (HAV) o juanete. “Hasta ahora se conocía que los zapatos de punta estrecha producían deformidades óseas a largo plazo pero no se tenía constancia de la relación entre la altura de los tacones y la aparición de juanetes”, ha explicado el doctor Sánchez-Gómez, autor del estudio.
Se considera tacón alto a partir de los 3 cm
En el estudio se analizaron 80 mujeres sin deformidades previas en el pie, y se las midió con y sin zapatos de tacón pero sin puntera estrecha. Se observó que “los dos huesos que se desvían en el HAV, esto es, la falange proximal del hallux y el primer metatarsiano, lo hacían según se aumentaba la altura de los tacones”. Cuando se quitaban el tacón, el dedo volvía a la normalidad. Por tanto, “con este estudio hemos demostrado que usar tacones altos (a partir de 3 centímetros), de manera continua, provocará la pequeña desviación de los huesos y a la larga, de manera acumulativa, se instaurará la deformidad ósea”, concluye la investigación, en la que han colaborado los doctores Ricardo Becerro y Marta Elena Losa.
La parte delantera del pie soporta la mayor parte del peso
Se calcula que entre el 39% y el 80% de las mujeres usan de manera cotidiana tacón alto. La parte delantera del pie soporta el 57% del peso corporal con tacones de 4 cm, un porcentaje que se eleva al 75% cuando la altura de los mismos se incrementa en 2 cm. “Esta variación de porcentajes de carga en detrimento del antepie también es la causa de las sobrecargas metatarsales y la aparición de hiperqueratosis (durezas) en la zona central, tan dolorosas como incapacitantes en muchos casos”, ha señalado Sánchez-Gómez.
Esa presión tiene consecuencias en la columna, ya que, como demuestra un estudio publicado en la revista ‘Spine’, se adelanta el eje corporal y se aumenta la curvatura lumbar. También perjudica las rodillas y la circulación y está asociado a un mayor riesgo de caídas.