Redacción Farmacosalud.com
Galicia está ensayando de forma pionera en el mundo la agrupación de muestras para el diagnóstico de la hepatitis C. Esta técnica, conocida como ‘pooling’, fue clave para el diagnóstico del COVID-19 y las autoridades sanitarias gallegas la están empleado ahora por primera vez para el diagnóstico de una enfermedad infecciosa diferente con excelentes resultados sanitarios y un ahorro económico considerable. De modo que los hallazgos relacionados con el uso de pruebas masivas para el diagnóstico del COVID-19 podrían representar ahora, en contrapartida, una oportunidad enorme para aumentar las capacidades de detección de la hepatitis C y, por tanto, para acelerar el final de este problema de Salud Pública, adelantando no solo las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), sino las previsiones más optimistas antes del estallido de la pandemia.
Las posibilidades del pooling para el diagnóstico de la hepatitis C se mostraron en un estudio pionero desarrollado por los microbiólogos españoles Federico García (Hospital Universitario de Granada) y Antonio Aguilera (Complejo Universitario de Santiago).
El trabajo, que fue publicado en la revista ‘Lancet’ en 2021, establecía la recomendación de un tamaño de grupo plausible para España -de acuerdo con la prevalencia de la hepatitis C (VHC) en territorio español- de 100 muestras. Sus autores no dudaron entonces en proponer ‘la agrupación de muestras para el diagnóstico de la infección activa por el VHC’ como estrategia para hacer más viable el cribado en la población general por edad y así acelerar el objetivo de eliminar la hepatitis C en 2030, de acuerdo con los objetivos de la OMS.
PCR
El cribado oportunista por edad de la hepatitis C va un paso más allá de las recomendaciones recogidas hasta ahora en la Guía de Cribado del Ministerio de Sanidad y, de hecho, sólo se está aplicando en dos comunidades españolas: Cantabria y Galicia. En esta última ha empezado a aplicarse de forma automatizada y mediante pooling o agrupación de muestras (PCR) de cien, de acuerdo a las recomendaciones del mencionado estudio, lo que convierte su experiencia de cribado en un caso único a nivel mundial, pues es la primera vez que se utiliza el pooling para el diagnóstico de un virus que no es el SARS-CoV-2 (coronavirus causante del COVID-19), todo ello con el objetivo de lograr hacer mucho más viable y coste-eficaz el cribado por edad de la hepatitis C.
"Dentro de las líneas de acción de la Estrategia Gallega para la eliminación de la hepatitis C como problema de Salud Pública está la identificación, tratamiento y curación del mayor número posible de pacientes con infección activa. En los primeros cinco meses de desarrollo del cribado, se han realizado 31.000 pruebas y se han detectado 38 casos de hepatitis C, es decir, el seguimiento del programa por parte de los profesionales es alto y su rendimiento es concordante con la bibliografía”, explica la directora general de Salud Pública de la Consejería de Sanidad, Carmen Durán.
Hacer de la necesidad, virtud
Desde la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas (AEHVE), que integra a sociedades científicas y asociaciones de pacientes implicadas en este objetivo, se considera que la comunidad gallega y su Estrategia para la eliminación de la hepatitis C marca ‘el camino para toda España’ de ‘como hacer de la necesidad de la COVID-19, virtud’ y piden al resto de autonomías que sigan su ejemplo implantando el cribado oportunista etario mediante pooling. Y es que, a su juicio, el cribado oportunista etario (realización de la prueba de la hepatitis C a cualquier persona de determinada franja de edad que acuda al sistema sanitario y se tenga que realizar un análisis de sangre), recogido en las guías de la Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH), es un ‘paso más allá necesario’ para avanzar en la eliminación de la hepatitis C, por lo que su realización mediante agrupación de muestras puede representar una oportunidad enorme de avanzar en el objetivo de la eliminación.
Los resultados de la experiencia gallega aportan evidencias suficientes para una revisión más ambiciosa de la actual estrategia de diagnóstico del Ministerio de Sanidad. “Deben abandonarse las dudas sobre el cribado oportunista por edad, pues la agrupación de muestras supone un abaratamiento de costes que hace mucho más eficientes y viables los esfuerzos de diagnóstico”, señala el coordinador de la AEHVE y jefe de sección de Hepatología del Hospital Universitario La Paz (Madrid), el Dr. Javier García-Samaniego, quien no duda de que la experiencia gallega supone un ejemplo y una inspiración para el resto de comunidades españolas y europeas y marca el camino de “lo que hay que hacer” para “acercarnos de forma muy real” al objetivo de la mencionada eliminación.
Sin vacuna para la hepatitis C
Por su parte, el Dr. Juan Turnes, jefe de Servicio de Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), que ha participado en la elaboración el Plan gallego, considera “que este logro histórico en Salud Pública podría cosecharse en Galicia a lo largo del próximo año 2024, lo que la convertiría en la primera región en conseguirlo en toda Europa”, y “ojalá pudiera ser acompañada por el resto de comunidades españolas en los dos años siguientes, convirtiendo a nuestro país en el primero en acabar con este problema de salud pública”, subraya.
Y es que, pese a ser el país del mundo que más pacientes por millón de población ha tratado hasta la fecha (más de 165.000), la hepatitis C (y las hepatitis virales en su conjunto, en especial la B y D) continúan siendo un problema de salud pública y una de las causas más importantes de enfermedad hepática crónica (cirrosis y carcinoma hepatocelular) en todo el mundo. “Para la hepatitis C no existe vacuna, pero sí un tratamiento que la cura en la práctica totalidad de los casos. Es una enfermedad silenciosa, que suele diagnosticarse cuando la afectación hepática está avanzada, por lo que resulta muy importante fortalecer las estrategias de detección precoz de la enfermedad. Se estima, de hecho, que casi el 30% de las personas que tienen la infección activa lo desconocen, y que la mayor parte de los casos se encuentran en el grupo de edad de 40 y 69 años”, expone Turnes.
Los expertos de la AEHVE consideran que el cribado oportunista por edad uno de los dos grandes pilares para una estrategia global de aceleración de la eliminación de la hepatitis C en España. La segunda gran pata serían las estrategias de microeliminación para llegar a los colectivos más vulnerables y alejados del sistema sanitario, con medidas que faciliten y descentralicen tanto el diagnóstico como el inicio y seguimiento del tratamiento en estos pacientes.