Redacción Farmacosalud.com
Los coronavirus pertenecen a una familia de virus conocidos en patología respiratoria. Tanto es así, que ya había algunos patógenos de esta familia identificados por ser frecuentes en las agudizaciones de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). “Por tanto, sabemos que los coronavirus pueden producir agudizaciones mediante un aumento de la carga inflamatoria en la vía aérea y aumento de síntomas de diversa intensidad. La diferencia del SARS-CoV-2 (virus causante de la enfermedad COVID-19) con respecto a los otros es su mayor transmisibilidad y la aparición de cuadros clínicos más graves. Por tanto, el SARS-CoV-2 puede producir un empeoramiento de la EPOC en forma de agudizaciones”, advierte el Dr. José Luis López-Campos, coordinador del Área EPOC de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Por lo que se sabe, los individuos con comorbilidades previas como la EPOC representan un grupo de pacientes con mayor riesgo de desarrollar complicaciones durante la infección por SARS-CoV-2. Aunque el factor de riesgo más importante es la edad (edad avanzada), diversos trabajos apuntan hacia el papel de las comorbilidades en la progresión del COVID-19. “En este sentido, los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas (como la EPOC) constituyen un grupo de riesgo de tener mayores problemas durante la infección”, remarca el Dr. López-Campos.
Así las cosas, las personas con EPOC deben tomar al menos las mismas precauciones que el resto de la población para prevenir el contagio de coronavirus. Es importante que los pacientes sepan que, si no hay contacto, no hay contagio, por lo que las medidas de evitación de contacto con potenciales pacientes resulta ser la estrategia más útil y necesaria si se pretende evitar la propagación del virus. Por otro lado, es igualmente importante que los pacientes de EPOC continúen tomando su medicación habitual manteniendo una buena adherencia y una buena técnica inhalatoria. “También es necesario que los pacientes que aún estén fumando dejen de hacerlo -destaca el especialista de SEPAR-. En estos momentos de confinamiento, los pacientes pueden aprovechar esta situación para tener la iniciativa de dejar el hábito tabáquico”.
Más camas de UCRI para desaturar las UCIS
En otro orden de cosas, la crisis del coronavirus ha propiciado que los hospitales de toda España hayan aumentado exponencialmente su número de Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRIs) como una estrategia efectiva para aliviar la presión que padecen las Unidades de Cuidados Intensivos. Las UCRIs ofrecen a los pacientes con coronavirus que viven los momentos más graves de la infección soporte respiratorio sin llegar a la intubación. “En las UCRIs, los neumólogos luchamos para ganar tiempo con el fin de que los pacientes no tengan que llegar a las UCIS... y lo estamos consiguiendo tanto en pacientes mayores como en situaciones concretas de pacientes jóvenes”, explica la Dra. Olga Mediano, neumóloga y coordinadora del Área de Sueño, Ventilación Mecánica y Cuidados Respiratorios Críticos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Las UCRIs son unidades dirigidas por neumólogos que están dotadas de equipamiento específico que no tienen las habitaciones convencionales, es decir, pueden dar soporte respiratorio no invasivo (SRNI), o lo que es lo mismo, sin intubación. Este soporte se ofrece básicamente a través de oxigenoterapia de alto flujo, ventilación mecánica no invasiva (VMNI) y sistemas de CPAP. En el hospital de Guadalajara, donde trabaja la Dra. Mediano, han multiplicado el número de habitaciones equipadas como UCRIs y lo mismo ha ocurrido en la mayoría de los hospitales y centros sanitarios, que o bien han creado o bien han ampliado sus camas de UCRI. “Nuestro objetivo es ayudar a nuestros compañeros de intensivo ofreciendo una terapia respiratoria previa para intentar retrasar o evitar el ingreso en la UCI, o bien atendiendo a pacientes que no son susceptibles de una medida tan agresiva como la intubación”, dice Mediano. A lo que añade: “Lo que estamos logrando con éxito es ganar tiempo para que pase la inflamación pulmonar grave y aguda que causa el COVID-19 con la medicación recomendada y un soporte respiratorio adecuado”.
Otro de los valores fundamentales de las UCRIs es el apoyo a las UCIS en la salida de los pacientes tras una IOT, o lo que se conoce como el proceso de destete. La existencia de camas de UCRI permite que este proceso pueda realizarse de forma precoz, optimizando el tiempo de estancia en UCI de los pacientes.
La aerosolización, el gran problema de las UCRIs
Sin embargo, el principal problema de las UCRIs es que los sistemas de apoyo a la respiración que emplean, a diferencia de la intubación que ofrece la UCI, provocan una importante aerosolización y, por lo tanto, las UCRIs se convierten en espacios altamente contaminantes para el personal a su cargo. Los sistemas ventilatorios empleados no son circuitos cerrados y el paciente exhala a través de mascarillas, lo que provoca fugas de aire y el consiguiente lanzamiento al ambiente de incontables gotitas.
“Nuestro nivel de riesgo es máximo. Ahora mismo somos las zonas más contaminadas de los hospitales y debemos llevar equipos de alta protección: gafas estancas, doble guante, trajes de buzo/bata impermeables y mascarillas FFP2 o 3”, explica la Dra. Mediano. Disponer de este material es, pues, fundamental para el correcto funcionamiento de estas unidades, la protección de su personal y el éxito de su estrategia de ayuda para combatir la pandemia del COVID-19.
“Como neumólogos, estamos haciendo un buen trabajo. Hemos reaccionado bien y a tiempo incrementado el número de efectivos en las UCRIs, y nuestra labor está dando sus frutos: cada vez que un paciente sale recuperado de una de nuestras unidades sin pasar por la intubación es un gran éxito colectivo”, concluye.