Redacción Farmacosalud.com
El nuevo presidente de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), el Dr. Javier Torres Borrego, pronostica que, si bien la Inteligencia Artificial (IA) será de gran ayuda en la realización de procesos diagnósticos y terapéuticos, también comportará que “muchos médicos sean sustituidos por máquinas, a las que sólo superaremos en el aspecto humano”.
Con respecto a la prevención de las crisis asmáticas y alérgicas en las escuelas españolas, Torres Borrego opina que lo ideal sería que el profesorado y el personal no docente tuvieran una formación básica para poder actuar en primera instancia ante esta clase de eventos, a la espera de la llegada de los servicios de emergencias. No obstante, “el problema en España es que las comunidades autónomas actúan de forma diferente y, habitualmente, no existe coordinación entre las Consejerías de Sanidad y las de Educación para establecer unas pautas de actuación unificadas. Actualmente el circuito ante una reacción alérgica en el ámbito escolar consiste en avisar a los servicios de emergencia, quienes dan indicaciones a través del teléfono hasta la llegada de la atención médica”.

Dr. Javier Torres Borrego
Fuente: SEICAP / COM SALUD
-Su nombramiento ha tenido lugar en el 49º Congreso SEICAP, evento celebrado recientemente en Santiago de Compostela (La Coruña). ¿Qué avance que se haya conocido en esta reunión le gustaría destacar?
Es difícil destacar un solo aspecto, porque ha habido varios focos de interés. En los congresos científicos de la SEICAP, los momentos principales de mayor audiencia son las 3 mesas redondas, que en Santiago han correspondido a:
1) el análisis de alergia al hongo Alternaria
2) la actualización de la inmunoterapia alérgeno-específica (ITA) para adaptarla a cada paciente
y 3) la alergia a fármacos (en este caso los ponentes fueron la presidenta de la Academia Europea de Alergia* y una experta danesa que habló sobre alergia a los fármacos usados en el quirófano)
*Dra. M.ª José Torres Jaén
Además, se desarrollaron varias actividades paralelas:
-En formato taller, para grupos más reducidos de asistentes, sesiones que versaron sobre
1) aplicación de la Inteligencia Artificial en nuestras consultas
2) actualización en el tratamiento de los síntomas de asma en niños
3) inducción de tolerancia oral en los niños con alergia a frutos secos
-Reunión específica de enfermeras pediátricas que trabajan en las Unidades de Alergia Pediátrica
-Curso de formación sobre Alergia Pediátrica dirigida a pediatras de Atención Primaria
-Exposición de comunicaciones científicas de las diferentes unidades de Alergia Pediátrica de nuestro país
-Jornada formativa de Alergia en la escuela, enfocada a los profesores y personal de cocina y comedores de centros escolares, para mejorar el conocimiento sobre las reacciones alérgicas que pueden ocurrir en el ámbito escolar
-Feria de la Salud en Alergia y Asma, que es una actividad que busca mejorar el conocimiento de los escolares y sus profesores

Fuente: SEICAP
Como digo, es difícil elegir un solo aspecto, pues cada asistente tiene sus necesidades y sus preferencias, que, como se ha visto, han quedado cubiertas con el extenso programa científico.
-Usted se ha propuesto consolidar el reconocimiento de las subespecialidades pediátricas, en concreto la figura del/la pediatra alergólogo/a. ¿Qué medidas adoptará SEICAP en ese sentido?
La SEICAP reivindica que la mejor atención médica que pueden recibir los niños es la que aportan los pediatras, tanto en Atención Primaria como en atención hospitalaria. La población tiene que saber que en los hospitales infantiles trabajamos pediatras con diferentes subespecialidades, hasta un total de 24, entre las que se encuentra la Alergología Pediátrica. Nuestra formación como alergólogos pediátricos está avalada por la Asociación Española de Pediatría (AEP), por la propia SEICAP, y por la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), pero falta que el Ministerio de Sanidad refrende esa realidad con un título oficial.
La SEICAP trabaja conjuntamente con la AEP en el reconocimiento formal de las áreas de capacitación específica (especialidades pediátricas), a las que los pediatras accederían después de realizar una formación de 3-4 años en las diferentes Unidades Pediátricas, más otros 2 años de formación específica en la subespecialidad pediátrica elegida.
-La esofagitis eosinofílica (EoE) es una inflamación crónica del esófago mediada por mecanismos inmunológicos que se ha convertido ya en la principal causa de atragantamientos y dificultad para tragar en niños y adultos jóvenes…
La esofagitis eosinofílica era desconocida hasta finales de la década de 1990, y aún desconocemos muchos aspectos sobre esta enfermedad. Se produce por una respuesta inmunológica a alérgenos alimentarios, pero mediante mecanismos diferentes a los de la alergia alimentaria mediada por anticuerpos IgE. La EoE es más frecuente en niños que en adultos y suele asociarse con otras enfermedades alérgicas, como asma, dermatitis atópica y alergias alimentarias, pudiendo también puede influir la presencia de reflujo gastroesofágico. La consecuencia final es la disfagia, con posible impactación de alimentos, debido a la inflamación de la mucosa del esófago, en la que predomina un tipo de glóbulos blancos, los eosinófilos.
-¿Cómo puede beneficiar el uso de la Inteligencia Artificial (IA) a la especialidad de Alergología, más concretamente la Alergología Pediátrica?
Los médicos sufrimos cada vez mayor carga de trabajo, especialmente tareas administrativas y burocráticas, lo que merma la humanización de la práctica médica y se traduce en costosas e innecesarias pérdidas de tiempo. Nos pasamos gran parte del tiempo de atención a los pacientes volcando datos en la historia clínica digital, solicitando y recibiendo telemáticamente pruebas, gestionando citas, emitiendo recetas electrónicas o contestando al teléfono. Actualmente la informatización está perjudicando la relación médico-paciente. Los médicos hemos sido adiestrados para diagnosticar y tratar a los pacientes y no deberíamos perder el tiempo en otras tareas.
Detalles tan básicos como evitar tener que teclear continuamente una contraseña (más de 100 veces en cada jornada) a modo de firma, la automatización de las labores administrativas, o que el sistema transcriba en la historia o gestione las peticiones automáticamente al pedírselas usando un lenguaje natural, ayudaría a solucionar el problema.

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Con respecto a la IA, estamos asistiendo a un evento histórico, con sus pros y sus contras. La IA integra y analiza billones de datos que los médicos hemos ido alimentando continuamente a través de publicaciones científicas, lo que comporta que el conocimiento adquirido por un médico durante su trayectoria profesional no pueda alcanzar ni una mínima parte de los campos de conocimiento que abarca la IA. Esta herramienta superavanzada nos ayudará en los procesos diagnósticos y en el planteamiento del mejor tratamiento para cada paciente. Por el contrario, al igual que pasará con otras profesiones, hará que muchos médicos sean sustituidos por máquinas, a las que sólo superaremos en el aspecto humano.
Algunas limitaciones de la Inteligencia Artificial son la responsabilidad en caso de errores de la IA, y también la propiedad y explotación económica de los datos, que son ‘el petróleo del futuro’. Esos datos, actualmente, están en manos de grandes corporaciones.
-¿Qué novedades se esperan a corto y medio plazo en el abordaje del asma pediátrica?
El asma es una enfermedad muy heterogénea, con diferentes subtipos que cada vez se conocen mejor, lo que conduce a un abordaje cada vez más personalizado. Hasta hace unos años, el asma era una afección crónica, controlable, pero no siempre curable. Hoy en día, gracias a estrategias como la inmunoterapia alergénica (ITA) o el desarrollo de anticuerpos monoclonales dirigidos específicamente frente a piezas clave en esta patología, una gran mayoría de pacientes tienen su asma bajo control. No obstante, en mi opinión, la medida más importante para manejar el asma es revisar en cada visita médica que el enfermo cumple el tratamiento a diario, y que la técnica de inhalación es correcta. También hay que detectar (y corregir en lo posible) otros factores que dificultan el control de la afección.
-¿Las generaciones de futuros pediatras se están interesando por la subespecialidad de Alergología Pediátrica, en un momento en que las alergias no son ya solamente una patología de futuro, sino de rabiosa actualidad por el incremento de la prevalencia de casos, sobre todo entre menores de edad?
La subespecialidad de Alergia Pediátrica tiene un gran futuro por delante, debido, por un lado, a que las enfermedades alérgicas son cada vez más frecuentes (se estima que en 2050 la mitad de la población de los países desarrollados tendrá algún tipo de alergia), y por otro a que el conocimiento de estas afecciones crece exponencialmente, y con ello las herramientas diagnósticas y terapéuticas. Esperamos que muchos pediatras opten por continuar formándose y ejerciendo esta subespecialidad, que exige tener numerosos conocimientos, no sólo clínicos o inmunológicos, sino también sobre aerobiología, alimentos o animales.

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-Con su permiso, volvemos a hablar del ‘cole’. ¿En qué momento se encuentran los centros escolares españoles con respecto a la prevención de reacciones alérgicas graves padecidas por niños y adolescentes?
La consecuencia de la importante prevalencia de las patologías alérgicas en la edad pediátrica comporta que, en cada clase, haya varios niños con alergia a alimentos, asma rinitis y/o dermatitis atópica. Tan solo esto justifica la necesidad de que el profesorado y el personal no docente tengan una formación básica que les permita detectar cuándo un alumno está padeciendo una crisis de asma o una reacción alérgica a un alimento, y sepa realizar una serie de acciones básicas hasta que actúen los servicios de emergencia. Esta formación también debe incluir medidas para prevenir que se produzcan esas situaciones.
En todos estos casos, el problema en España es que las comunidades autónomas actúan de forma diferente y, habitualmente, no existe coordinación entre las Consejerías de Sanidad y las de Educación para establecer unas pautas de actuación unificadas. Actualmente el circuito ante una reacción alérgica en el ámbito escolar consiste en avisar a los servicios de emergencia, quienes dan indicaciones a través del teléfono hasta la llegada de la atención médica.