Redacción Farmacosalud.com
Según el doctor Pedro Mezquita, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Torrecárdenas de Almería, los fármacos inhibidores del cotransportador sodio-glucosa del tipo 2 (SGLT2) “destacan principalmente por tener una eficacia similar a los fármacos previos y aparte permiten que el paciente pueda perder peso” porque “aumenta la excreción urinaria de albúmina”, lo que “se traduce en una pérdida de calorías diaria”. El doctor Mezquita asegura que “esa pérdida de calorías diaria permite que el paciente tenga un efecto metabólico similar a ver realizada una hora de ejercicio diario o haber hecho muy bien una de las dietas que les prescribimos”.
De acuerdo con el facultativo, si el paciente nota unas “mejorías clínicas” después de iniciar el tratamiento “su adherencia (terapéutica) es superior”. En el caso de los SGLT2, en las primeras semanas los pacientes “comienzan a experimentar una pérdida ponderal y ese descenso de peso los motiva. Y está demostrado que el descenso de peso mejora la adherencia en los pacientes que están tomando fármacos: quiere decir que todos los días toman de forma más correcta ese fármaco”, argumenta el experto. El endocrinólogo opina que tanto dapagliflozina como un DPPIV son fármacos “útiles para el tratamiento de la diabetes”. Con todo, existe una diferencia que Mezquita desgrana en el vídeo que sigue a continuación.
Dapagliflozina “nos permite tratar a los pacientes en tres posibilidades distintas”
Según el doctor Mezquita, "habitualmente en nuestras consultas vemos a los pacientes que tienen una diabetes avanzada. El 39,8 de los pacientes tienen cierto grado de compensación y esos son los que acuden a las consultas de endocrinología porque el resto se atienden normalmente en otros niveles de asistencia como por ejemplo la Atención Primaria". El especialista afirma que Dapagliflozina “nos permite tratar a los pacientes en tres posibilidades distintas: al fallo de la terapia dual -cuando el paciente está tomando dos tratamientos y con eso no se controla-, al fallo de terapia que incluye insulina basal y al fallo de terapia que incluye varios tipos de insulina. En cuanto a los fallos de insulina basal, nos permitiría tanto controlar mejor al paciente como facilitarle perder peso y sobre todo evitar un incremento importante en los años siguientes de la dosis de insulina. Y en los pacientes que tienen terapia avanzada, un efecto similar… y además, en muchos casos, haciendo posible no tener que incrementar con un mayor número de pinchazos o hacer más complejas las pautas a recibir de insulina”.
Mezquita ha realizado estas declaraciones a www.farmacosalud.com en el transcurso del 57 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), celebrado recientemente en Madrid.