Redacción Farmacosalud.com
El dolor irruptivo oncológico es como aquella persona a la que le gusta ser vista pero sin que se sepa demasiado de ella. Por ejemplo, el doctor Juan Pérez Cajaraville, responsable de la Unidad del Dolor y especialista en Anestesiología y Reanimación de Clínica Universidad de Navarra, afirma que actualmente “no existe un consenso establecido” sobre la definición de dolor irruptivo oncológico. Tampoco hay asignado un perfil concreto de paciente de cáncer que padezca este tipo de molestias y, además, “la prevalencia del dolor irruptivo no ha sido bien establecida”, explica Pérez Cajaraville. Y eso no es todo. Si bien algunas fuentes sostienen que en España el 77% de los episodios de dolor irruptivo oncológico podrían no estar diagnosticados ni tratados, el doctor tiene otra versión de los hechos: “Yo me atrevo a asegurarle que en las unidades de dolor de nuestro país se diagnostica y se trata correctamente el dolor irruptivo”. Gran parte del mérito de ese exitoso tratamiento recae en la “gran potencia analgésica del fentanilo”, argumenta el especialista, quien añade que “nuevos sistemas de administración están en desarrollo”.
-El dolor irruptivo oncológico puede aparecer de forma incidental (relacionado con un factor desencadenante concreto) o se puede manifestar también de manera espontánea (aparece de forma inesperada). ¿Se tiene algún indicio sobre qué desencadenantes pueden propiciar esas manifestaciones?
Obviamente, depende si el paciente tiene o no un factor desencadenante. No obstante, la fisiopatología suele ser idéntica a la del dolor persistente, y así, en función de los tejidos lesionados y de la descripción del dolor, puede ser nociceptivo somático, nociceptivo visceral o neuropático.
-¿Qué características específicas tiene el dolor irruptivo oncológico?
No existe actualmente un consenso establecido sobre su definición; de hecho, para distinguir entre dolor de base mal controlado y DI (dolor irruptivo) se ha sugerido la posibilidad de preguntarse tres cuestiones:
-¿Tiene el paciente dolor de base?
-¿Está adecuadamente controlado?
-¿Tiene el paciente episodios de exacerbación del dolor?
Es un dolor que presenta mucha variabilidad interindividual, pero todos ellos comparten unas características especiales. Esta variabilidad interindividual es importante, pero también existe una variabilidad intercrisis dentro del propio paciente, haciendo cada crisis diferente.
-¿Qué perfil de pacientes de cáncer suelen padecer ese tipo de molestias?
No existe un perfil concreto, ni un tipo de paciente oncológico estándar. La prevalencia del DI no ha sido bien establecida; así, un estudio del Memorial Sloan-Kettering señala que el 52-64% de los pacientes que acuden a un servicio de dolor oncológico lo presentan, mientras que un estudio multinacional (IASP Task Force on Cancer Pain) indica que lo padecen el 67% de los pacientes vistos en consultas externas.
-Se calcula que en España el 77% de los episodios de dolor irruptivo oncológico no están diagnosticados o tratados. ¿Por qué se registran esas altas cifras de infradiagnóstico e infratratamiento?
No estoy de acuerdo con este tipo de afirmaciones, pues yo me atrevo a asegurarle que en las unidades de dolor de nuestro país se diagnostica y se trata correctamente el dolor irruptivo.
-¿Están preparados los médicos de Atención Primaria para diagnosticar y para derivar el paciente cuando es necesario?
Por supuesto, están preparados. El problema no es el conocimiento ni la voluntad del profesional… Existen comunidades que no pueden derivar directamente a los pacientes a las Unidades de Dolor. Esto se convierte en un problema que sufren tanto médicos como pacientes.
-¿Cuál es el diagnóstico diferencial para certificar que un paciente de cáncer que sufre dolor padece, en efecto, dolor irruptivo oncológico y no otro tipo de dolor?
La evaluación del DI es similar a la de otro tipo de dolor, y debe incluir:
-Evaluación del paciente. La evaluación integral del DI provocado por cáncer requiere una historia clínica precisa, una exploración física completa y una revisión de los análisis de laboratorio, radiografías y otras pruebas. La observación del paciente durante la evaluación clínica puede aportar información importante. Se debe preguntar por la posibilidad de que el paciente no esté tomando la medicación pautada o que lo haga de manera inapropiada.
-Evaluación del dolor. Una historia detallada revelará la ubicación y la distribución del dolor, su intensidad y calidad, situación actual del dolor de base, factores que hacen que empeore o mejore, y si limita la actividad del paciente o si le altera el sueño. La intensidad del dolor se puede medir simplemente utilizando una EVA, una escala verbal, una escala numérica o cuestionarios más complejos.
-¿Existe alguna manera de prevenir dicha manifestación dolorosa en los pacientes oncológicos?
El manejo adecuado del dolor irruptivo se basa en tres aspectos: prevención, anticipación y uso de medicación adecuada. El dolor irruptivo debe ser evitado mejor que tratado, y para ello es clave hacer una adecuada titulación de la analgesia de base. Esta maniobra reduce la frecuencia de dolor incidental, evita el dolor del final de la dosis y facilita el control de los episodios de dolor incidental.
La anticipación consiste en tener previsto el manejo del dolor irruptivo, dejando prescrita de antemano medicación ‘de rescate’ con opioides de liberación rápida, que serán administrados además del tratamiento opioide de base en caso de aparición del dolor.
-El dolor irruptivo se caracteriza por su comienzo rápido (5 minutos), duración corta (menos de 30 minutos) y una gran intensidad. ¿Cómo lo refieren los pacientes, cómo lo viven ellos, cómo lo explican?
Tanto para intensidad, alivio como para duración la variabilidad interindividual e intraindividual es muy grande, por lo que cada paciente refiere sus crisis de diferente forma, aunque todas ellas siguen un patrón de gran intensidad de dolor.
-El fentanilo es el principio activo que más se ajusta a las necesidades analgésicas del dolor irruptivo oncológico. ¿Hasta qué punto es eficaz como terapia?¿Existen otros tratamientos indicados para dicha alteración?
La gran potencia analgésica del fentanilo y su propiedades farmacocinéticas/farmacodinámicas, conocidas desde hace tiempo, hacen del fentanilo la molécula de referencia en DI. Nuevos sistemas de administración están en desarrollo en nuestro mercado.