Redacción Farmacosalud.com
Un informe de la Liga Reumatológica Española (LIRE) sobre dolor crónico -en especial las afecciones reumáticas y musculoesqueléticas- y salud mental insta a ‘tener conciencia de que el paciente con dolor crónico es cada vez más joven’ y que, por la prevalencia y alto impacto en la calidad de vida que tiene esta sintomatología, ‘debe concederse al dolor crónico la relevancia que merece’. Es por ello que, en el consenso, se propone actualizar la Estrategia nacional para el abordaje de Enfermedades Reumáticas y Musculoesqueléticas y ‘adaptarse a las necesidades actuales de los pacientes’, por ejemplo, reconsiderando el perfil de sujetos que padecen dolor crónico y dando a conocer que esta condición ‘también afecta a personas jóvenes’.

Fuente: LIRE / Grünenthal
En el documento, asimismo, se pone de manifiesto que ‘la relación bidireccional entre la salud mental y el dolor crónico se ha descrito de forma específica en el paciente reumatológico’. Así, en un estudio realizado en individuos con artritis reumatoide, artritis psoriásica o espondilitis anquilosante que evaluaba la intensidad de la percepción dolorosa y el grado de depresión, ‘se halló una correlación inversa significativa entre el grado de depresión y el umbral de dolor. Es decir, a mayor gravedad de la depresión, los pacientes mostraban una mayor sensibilidad al dolor’.
Más de 200 dolencias reumáticas y musculoesqueléticas
Una de cada cinco personas con dolor crónico por enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas afirman encontrarse muy ansiosas o deprimidas (26,36%), mientras que dos de cada cinco declaran que su estado de salud emocional es malo (24,03%) o muy malo (14,53%), lo que evidencia la relación entre la autopercepción del dolor crónico y el estado de salud emocional en personas con patologías reumáticas. Estos son algunos de los resultados incluidos en el dossier ‘Dolor crónico y salud mental (de la evidencia científica a la experiencia de los pacientes)’, presentado recientemente en el marco del Congreso de LIRE, con la colaboración de la compañía Grünenthal.
El objetivo del informe ha sido analizar la conexión entre la sintomatología dolorosa y los trastornos psíquicos en relación a las enfermedades reumáticas con el fin de sensibilizar a la sociedad, los profesionales de la salud y a las instituciones sobre la importancia de incluir la salud mental en las estrategias de abordaje del dolor crónico.
Las afecciones reumáticas y musculoesqueléticas, que incluyen más de 200 dolencias, son una de las principales causas de dolor crónico en España, según precisan desde LIRE. Asimismo, es la principal causa de dolor agudo y crónico en territorio español y uno de los factores que generan discapacidad, bajas laborales y jubilación anticipada. Por ello, según se extrae de la publicación, es frecuente que el dolor crónico provoque depresión y ansiedad y, a su vez, que las alteraciones mentales agraven el dolor.
Falta de concienciación sobre el nexo existente entre dolor y salud mental
En este sentido, los pacientes insisten en la falta de concienciación por parte del sistema sanitario sobre los problemas psíquicos asociados a esta clase de molestias físicas. Por ello, el nuevo documento incide en la importancia de, por un lado, integrar la salud mental en el abordaje del dolor crónico a través de su inclusión en los protocolos clínicos, y por otro capacitar a los profesionales para abordar los problemas psicoemocionales que sufren estos enfermos con el fin de poder garantizarles una atención médica más completa.

Autor/a: kadettmann
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Para Valeria Villamizar, coordinadora de relaciones institucionales de Grünenthal, es esencial que tanto el personal sanitario como las instituciones reconozcan la relación entre dolor crónico y salud mental promoviendo prácticas que integren todas las esferas del paciente, incluida su salud mental, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes viven con dolor crónico, especialmente aquel asociado a enfermedades reumáticas. En esta línea, Elisenda de la Torre, vicepresidenta de LIRE, sostiene que las instituciones tienen la responsabilidad de dar visibilidad al dolor crónico y el impacto que éste tiene en la salud emocional: “es crucial invertir en investigación, formar a los profesionales para abordar estas situaciones de manera integral y actualizar las políticas de salud para garantizar una atención centrada en el paciente y facilitar su acceso a los recursos necesarios”.
La vicepresidenta de LIRE insiste en que el dolor crónico no sólo impacta físicamente, sino que también puede devastar la salud emocional de quienes lo padecen. “Muchas personas viven con ansiedad, tristeza, aislamiento social y, en ocasiones, sentimientos de desesperanza. Este dolor no se ve, pero se siente de manera constante, creando un círculo vicioso entre el malestar físico y emocional que resulta difícil de romper sin el apoyo adecuado”, asevera. Por ello, De la Torre destaca el papel crucial de las asociaciones de pacientes a la hora de ofrecer redes de apoyo emocional que ayuden a mitigar el aislamiento y la depresión.
A este respecto, Villamizar enfatiza que es fundamental concienciar a la sociedad sobre la importancia del dolor crónico relacionado con las patologías reumáticas, ya que las molestias dolorosas constituyen un tipo de sintomatología que deteriora significativamente la calidad de vida de los sujetos que las sufren, afectando en gran medida a su capacidad para realizar tareas cotidianas y participar en actividades sociales.

Elisenda de la Torre (a la izq. de la imagen) y Valeria Villamizar
Fuente: Grünenthal / Berbés
Los resultados de un grupo de discusión integrado por pacientes y constituido con motivo de la elaboración del nuevo informe revelan que tanto el dolor en sí como las limitaciones que éste conlleva pueden generar sentimientos de frustración, aislamiento y desesperanza, lo que puede derivar en trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad. “Es vital que la sociedad sea consciente de esta situación con el fin de alcanzar un enfoque más integral, acabar con el estigma y promover una comprensión más empática hacia quienes enfrentan estos problemas, para contribuir así a reducir su aislamiento a través de la búsqueda de ayuda, y mejorar, en parte, su bienestar”, apunta Villamizar.
Complementar el tratamiento con técnicas de relajación
A juicio de la vicepresidenta de LIRE, hay que dar visibilidad a las asociaciones de pacientes porque son agrupaciones que juegan un papel básico a la hora de acercar a los enfermos a los recursos necesarios para afrontar su condición, como es la puesta en práctica de técnicas de relajación, respiración profunda o meditación, métodos esenciales para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida. Tanto es así, que De la Torre recomienda complementar el tratamiento farmacológico con estas prácticas, además de mantener una vida activa y cuidar la alimentación, elementos clave para la consecución de un bienestar integral.
Por último, De la Torre incide en la necesidad de contar con un equipo médico que coordine todas aquellas decisiones que puedan garantizar un enfoque integral para el manejo del dolor. Por ello, el documento hace hincapié también en la importancia de llevar a cabo un enfoque multidisciplinar que cuente con modelos de atención colaborativa que permitan abordar los requisitos de salud a nivel físico y mental. Además, el informe apuesta por sensibilizar a la Administración Sanitaria sobre la relación existente entre dolor crónico y salud mental, y, en este sentido, anima a las autoridades sanitarias a asignar recursos específicos, impulsar la formación de psicólogos en dolor y potenciar su colaboración con asociaciones de pacientes mediante el uso de fondos públicos.