Redacción Farmacosalud.com
Una preparación física adecuada y el tratamiento con técnicas de fisioterapia son herramientas fundamentales para prevenir las lesiones que pueden sufrir los costaleros responsables de cargar los pasos de Semana Santa. Por este motivo, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) recomienda a los costaleros, especialmente a los menores de 21 y mayores de 45 años, que son el grupo con más posibilidades de sufrir lesiones, realizar un entrenamiento y actividad física adaptada y supervisada, combinada con tratamiento fisioterapéutico que evite este tipo de percances.
Y es que los costaleros pueden llegar a soportar una media de 35 kilos en cada paso durante un periodo de dos, cuatro, o incluso seis días de Semana Santa y factores como el estrés, la falta de preparación previa y un estado de salud no acorde con el esfuerzo físico que se va a realizar, son factores que pueden influir en la aparición de lesiones. En concreto, entre las más frecuentes que pueden sufrir los costaleros se encuentran los esguinces de rodilla o tobillo, las lumbalgias, hernias o incluso las roturas de menisco, ya que durante estos días se incrementa el esfuerzo físico de manera exponencial en poco tiempo y en muchos casos, además, se hace una mala distribución del peso bajo el paso.
Cabeza erguida y mirada al frente para prevenir posibles lesiones en el cuello
Para evitar que esto ocurra, los fisioterapeutas recomiendan a los costaleros que, durante la marcha, mantengan la cabeza erguida y la mirada al frente para prevenir posibles lesiones en el cuello, así como para contraer la musculatura abdominal y lumbar y mantener una postura correcta. En este sentido, inciden en que la pisada debe realizarse con toda la planta del pie, sin flexionar del todo las articulaciones de la muñeca y el codo y recuerdan la importancia de utilizar medidas de protección como las fajas o los vendajes sobre aquellas partes más susceptibles de sufrir lesiones.
Por último, tras la procesión, se recomienda, de la misma forma que se hace en otro tipo de deportes, parar lentamente y realizar ejercicios de estiramiento, así como seguir moviéndose a un ritmo más lento para enfriar los músculos progresivamente y evitar la aparición de posibles dolencias o complicaciones.