Redacción Farmacosalud.com
Pocas iniciativas médicas están levantando tanto polvareda como el proyecto del Ayuntamiento de Barcelona de crear un servicio de dentista municipal al que se podrá acceder -según indican desde el consistorio- a precios más asequibles en comparación con los existentes en el mercado, lo que beneficiaría a personas con pocos recursos económicos. Si la propuesta finalmente prosperara -podría obtener luz verde dentro de unas semanas-, se estaría ante un equipamiento totalmente pionero en España. Ahora bien, el Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España (Consejo de Dentistas), califica esta iniciativa de “penosa” porque, entre otras razones, se cobraría al usuario por el servicio, lo que contrasta con el hecho de que en Barcelona exista una Clínica Odontológica Solidaria en la que las “personas necesitadas” que son atendidas por voluntarios “no tienen que pagar ni un euro”.
Castro Reino, además, pone en entredicho que los precios anunciados por dicho Ayuntamiento sean más asequibles. Por ejemplo, en el equipamiento municipal se cobrarían 55 euros por una obturación. Pues bien, de acuerdo con el presidente del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España, “el 80% de los dentistas españoles cobran sobre los 55 euros o menos por hacer una obturación”. Por todo ello, el Dr. Castro Reino duda que alguien que no tenga dinero para comprar la comida de todo el mes o que no pueda pagar la luz opte por el servicio dental municipal: “Lo que no pueden decirle a una persona es ‘oiga le vamos a hacer los dientes más baratos’… y lo mismo su pensión o sus ayudas sociales son mucho más bajas que lo que le cuesta ponerse unos dientes. ¡Es que es un auténtico disparate!”
-El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado la creación para finales del 2019 del primer servicio de dentistas municipal de España. ¿De entrada, qué le parece la idea?
La idea me parece penosa. No tiene absolutamente ningún fundamento que se cree desde los servicios municipales ese servicio de salud ya que, si lo que se quiere es dar prestaciones a las personas más necesitadas, ya existe en Barcelona una clínica solidaria en la que no se cobra absolutamente nada a ninguna persona, con lo cual se entra en un conflicto… porque, si se supone que el servicio municipal es una clínica solidaria para atender a la gente más necesitada, ya existe una. Y, por lo tanto, los 500.000 euros que van a utilizar como medio para crear el equipamiento municipal los podrían haber donado a la Clínica Odontológica Solidaria del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Catalunya (COEC); se ayudaría así a muchísima más gente y de forma gratuita, no cobrando por la prestación.
-¿Qué más puede decirnos acerca de esa Clínica Odontológica Solidaria?
Está formada por voluntarios que no cobran absolutamente nada y que, mediante patrocinadores, disponen de los materiales que necesitan, teniendo además una serie de sillones montados en un centro habilitado para atender a personas necesitadas, quienes no tienen que pagar ni un euro. O sea, que el Ayuntamiento de Barcelona entre en conflicto con clínicas dentales ‘normales’ o con clínicas dentales solidarias consideramos que es una medida electoralista que no va a llegar a ningún fin, sobre todo porque lo que hay que entender es que cada cuatro años se refrenda quién tienen que estar al frente de un Ayuntamiento, y si la señora Ada Colau (actual alcaldesa de Barcelona) no sale otra vez como alcaldesa, este proyecto se quedará ahí…
Ya tenemos un ejemplo bien claro de lo que ha pasado con las clínicas iDental, que estaban gestionadas por empresarios y que en su momento han dejado a miles y miles de personas colgadas, con tratamientos a medias o bien con tratamientos fracasados. Si el Ayuntamiento de Barcelona deja la gestión de ese proyecto dental a quien hasta ahora estaba gestionando los aparcamientos públicos, es decir, personal que no tiene nada que ver con el sector sanitario, dudamos mucho que el equipamiento funcione bien. Y, sobre todo, ¿qué pasará si esa clínica en algún momento no funciona? ¿quién atendería entonces a los pacientes?
-Los servicios de odontología municipal irían dirigidos a personas adultas que deberían cumplir varios requisitos, entre los cuales figura tener unos ingresos económicos por debajo del umbral del 0,93 del indicador de renta de suficiencia de Cataluña (IRSC). Esta cantidad equivale este año a 529,28 euros mensuales, a los que hay que añadir 170 euros para cada miembro adicional de la unidad de convivencia. ¿Ese nuevo concepto de odontología social ha llegado para quedarse e incluso extenderse por toda España?
Lo ideal sería ampliar la cartera de servicios y, a través de la Ley de Cohesión del sistema sanitario, alcanzar a todos los españoles por igual. Lo que no puede ser es que en un sitio, sea grande o pequeño, en este caso Barcelona, vayamos a dar unas prestaciones, pero pagando… y es que ese servicio municipal no es gratuito. Cuando hablamos de sanidad española a través de los servicios de salud públicos, hablamos de una sanidad universal e igualitaria que llega a todos los sectores, a cualquier persona, tenga una renta baja o alta.
Cuando se marcan escalafones, cuando se marcan diferencias sociales entre unos y otros, la cosa ya no es justa ni equitativa y, por lo tanto, habrá que articular algo, por ejemplo ampliando la cartera de servicios, principalmente para todas las personas más desfavorecidas, pero igual en Barcelona que en Madrid, en Málaga, etc. Lo que no vale es ingeniarse algo a 5 meses de unas elecciones municipales y salir con una genialidad como la de ‘vamos a hacer una clínica dental e invertir 500.000 euros’… 500.000 euros es un dineral, sobre todo teniendo en cuenta que existe una Clínica Odontológica Solidaria donde no cobran ni un duro a las personas más necesitadas. Si esas tarifas municipales se acercan al mercado 'normal' que existe en Barcelona, es que algo está fallando…
-Los precios del dentista ‘municipal’ oscilarán entre los 55 euros por una obturación (un ‘empaste’), 160 euros por una endodoncia y 30 euros por una higiene. Según el consistorio, en función de los precios de los tres servicios más habituales y que representan el 60% de las sesiones de cualquier clínica privada y su comparativa con respecto al estudio de precios actuales de FACUA, se estima que las tarifas serán un 13% inferiores a las de mercado con respecto a las obturaciones, un 30% por las endodoncias y un 43% por las higienes bucales…
Todo eso es falso. Lo primero, porque la odontología privada en España es una profesión liberal y cada uno marca sus tarifas. Le puedo garantizar que el 80% de los dentistas españoles cobran sobre los 55 euros o menos por hacer una obturación. Yo mismo, por una obturación en mi centro en Murcia, cobro 60 euros. Mi clínica tiene una diferencia con la de la señora Colau de 5 euros.
Y aún le digo más: FACUA es una asociación de consumidores donde se marcan una serie de pautas a nivel de consumo, pero no se marcan precios. Está prohibido por la Agencia Española de Consumo el hecho de marcar precios en profesiones liberales. Entonces, la referencia de que FACUA haga una media o que aluda a una serie de tarifas no es absolutamente nada significativo a la hora de poner unos precios. Por lo tanto, la señora Colau se ha columpiado con los precios y con todo, dado que ese servicio municipal, desde luego, no es más barato que lo que hay ahora mismo.
-¿A su parecer, quien siga sin tener dinero para comprar la comida de todo el mes o no pueda pagar la luz, de verdad optará por ese servicio dental municipal en caso de necesidad odontológica?
En absoluto. Mire usted, las prioridades en la vida son: lo primero, comer, y después, con qué comer. Entonces, lo que no pueden decirle a una persona es ‘oiga le vamos a hacer los dientes más baratos’… y lo mismo su pensión o sus ayudas sociales son mucho más bajas que lo que le cuesta ponerse unos dientes. ¡Es que es un auténtico disparate! Si la señora Colau hubiera mandado esos 500.000 euros a la Clínica Odontológica Solidaria, donde no se cobra absolutamente ni un euro por las prestaciones sanitarias, creo que habría sido más justo y más equitativo.
-¿Actualmente, qué servicios odontológicos están sufragados por la sanidad pública? ¿Las extracciones de piezas dentales, únicamente?
Sí, efectivamente. Vamos a ver, como he comentado anteriormente, existe la Ley de Cohesión del sistema sanitario, una ley de la época de Ana Pastor como ministra de Sanidad. A partir de ahí, y con las competencias de cada comunidad autónoma (CCAA), se pueden ampliar y modificar distintas prestaciones, pero siempre partiendo de unos mínimos. Los mínimos son las extracciones, los diagnósticos, las pruebas complementarias y, en la actualidad, en algunas CCAA se está imponiendo el plan de atención dental infantil, en donde se atiende a niños haciendo obturaciones y endodoncias, o sea, se hacen una serie de tratamientos extra, dentro de unos planes preventivos para intentar mejorar la salud infantil. El programa alcanza hasta los 14 años de edad. Si tienes niños sanos, tienes adultos sanos. Es así como se está funcionando, pero claro, entra un poco al albur de las propias CCAA que esto funcione así.
-¿Qué cree usted que debería ser sufragado (totalmente) por la sanidad pública desde el punto de vista odontológico? (caries, arreglo de dientes fracturados, colocación de implantes) Entendemos que todo eso no forma parte de la parte estética (blanqueamiento dental, carillas dentales, etc…)
Lo que hay que entender también es una cosa: la sanidad pública es universal, pero no gratuita. Y teniendo en cuenta que, por ejemplo, un trasplante de hígado cuesta 150.000 euros y una extracción dental 145 euros -lo que le cuesta a la sanidad pública-, pues a partir de ahí, teniendo en cuenta que un ser humano tiene a lo largo de su vida 52 piezas dentales, y que la caries es la enfermedad más extendida junto con el resfriado común, pues lo que hay que ver también es el coste que todo esto tendría para todos los españoles y cómo repercutiría en los presupuestos y, por lo tanto, en los impuestos que deberíamos pagar. Mi sugerencia y mi propuesta siempre ha sido ayudar a las personas más necesitadas: niños, ancianos y discapacitados.
-Es decir, usted sería partidario de la gratuidad en esos colectivos poblacionales.
Por supuesto. Nosotros estamos enmarcados en los países que se llaman Odontología Sur (Portugal, Grecia, Italia y España), y luego está la Odontología Norte (Francia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda, países nórdicos, etc.) En los países adscritos a Odontología Norte, lo que hacen es dar una subvención a los tratamientos de acuerdo con la implicación de cada uno de los pacientes. Es decir, si tú acudes anualmente a tus revisiones, tienes tus controles, te haces tu limpieza de boca y adoptas una prevención para no padecer enfermedades de la boca, el Estado te ayuda más a la hora de someterte a un tratamiento. Cuanto menos te implicas, menos ayudas tienes. Es una forma de ‘bonus malus’.
En Odontología Sur lo que se hace es que al paciente no se le suben los impuestos pero tiene que abonar esas prestaciones directamente de su bolsillo. Yo, desde luego, lo que propugno es la gratuidad para las personas más necesitadas, que -principalmente por las circunstancias que tenemos en España- serían niños (teniendo un niño sano tienes un adulto sano), ancianos (quién va a preocuparse de ponerse una dentadura si uno puede estar cobrando una pensión de sólo 500 o 600 euros al mes), y discapacitados (personas dependientes para las que las prestaciones sanitarias se vuelven mucho más complejas, de manera que parece que el Estado les penalice).
-¿Una ortodoncia (corrección de la colocación de los dientes) es algo estético o funcional para la salud? Lo preguntamos por si habría que incluirla también como esa prestación de la sanidad pública para niños…
En un elevado porcentaje de casos, se corresponde con condicionantes estéticos, lo mismo que ocurre con los blanqueamientos… Bien es verdad que con la mordida en su sitio tienes mejor salud muscular y articular y, por lo tanto, se tiene una mejor funcionalidad. No obstante, muchas veces con los dientes apiñados y torcidos se puede comer y la funcionalidad es adecuada. Yo, desde luego, priorizaría otras cosas como son las caries, las endodoncias e incluso los tratamientos con prótesis. La inclusión de la ortodoncia se podría contemplar en aquellos casos no estéticos.
-No imaginamos nada más importante que la salud bucodental (a través de la cavidad bucal y la lengua comemos, degustamos, ingerimos líquidos, besamos, incluso se usa para la práctica del sexo…) Se dice que muchísimas personas no van al dentista porque no pueden pagarlo. ¿Con la inclusión de esas prestaciones odontológicas -las no estéticas- en la sanidad pública, no estaríamos beneficiando a todos, y los primeros los dentistas, puesto que éstos trabajarían para todas aquellas personas que, mediante la vía privada, no pueden acceder a dicho servicio?
Partimos de la libertad del individuo, que acepta la existencia de distintas opciones y decide según sus necesidades… según sus prioridades, toma un camino u otro. Le puedo decir que, sobre los datos que manejamos actualmente en relación a los programas de atención dental infantil gratuitos y que cubren tratamientos, normalmente la asistencia clínica ronda el 52%. En otras palabras, en el 48% de los casos hay absentismo a la hora de hacerse revisiones y tratamientos gratuitos… puede ser que a esos usuarios no les venga bien acudir a las consultas.
Como en todo, va una implicación: a través de los neumólogos u oncólogos sabemos que fumar es malo, y la gente sigue fumando. O sea, cada uno prioriza a su manera. No hay mejor tratamiento a nivel de salud bucodental que un cepillo de dientes. Un cepillo de dientes y una pasta dental a tiempo es la mejor victoria para tener una boca sana. Desgraciadamente, la gente no lo hace así, y cuando no lo hace así, tiene un serio problema y aparecen una serie de complicaciones.
Estamos hablando de la posibilidad de que todos esos servicios dentales pudieran ser cubiertos por la sanidad pública… pues, primero, la gente tendría que ir a la consulta, y si la gente no va, pues entonces nosotros no podemos hacer nada.
-Así pues, según usted, en esos planes odontológicos de carácter gratuito para niños casi la mitad de la gente no se presenta a las revisiones… ¿Es el clásico desprecio por lo gratuito que sienten algunas personas (si no cuesta dinero, es que no vale nada)?
Claro. Lo que es gratis, por lo pronto la gente no lo percibe como una necesidad. Hay necesidad cuando hay inflamación, cuando hay dolor y cuando no se puede hacer vida normal. El 98% de la gente tiene problemas bucales y, en cambio, no acude al dentista de forma habitual.
-A ver si lo entendemos… en caso de que arreglar una caries fuera gratis para todos, el gran problema no sería que hubiera una caries, sino que la gente no acudiera al dentista porque, por ejemplo, esa caries no está suficientemente avanzada y todavía no duele…
Efectivamente. Pasa algo parecido con el tabaco y el alcohol, que son condicionantes de cánceres: y la gente sigue fumando y bebiendo. Entonces, cuando surge el problema es cuando la gente dice ‘esos productos deberían estar prohibidos’. Pero es que el propio Estado, a través de los impuestos del alcohol y del tabaco, es su principal promotor. En Occidente estamos funcionando con una doble moral en todas las cosas.
-Incluir las prestaciones odontológicas en la sanidad pública podría ser inviable desde un punto de vista económico y de sostenibilidad del sistema. Sin embargo… ¿cuántas patologías (no odontológicas) tienen su origen en la salud bucodental o se agravan a partir de ella y al final ello también acaba repercutiendo en las cuentas de la Seguridad Social?
Lo que hay que entender es que el organismo es un ‘todo’ donde todo está interconexionado. Como se decía antes, con la boca se besa, se habla, se mastica, se tiene sexo… bien, lo que hay que entender de todo ello es que un foco de infección en la boca afecta al corazón, a las articulaciones, modifica las cifras de azúcar si eres diabético… es decir, todo tiene que ver absolutamente con todo.
Tenemos que ser conscientes de que los gastos de la sanidad pública los pagamos entre todos. Entonces, cuando la gente no se implica en los programas de salud o en los programas preventivos, cuando no se conciencia de la necesidad de llevar una vida sana o no pasa una serie de controles, pues pasa lo que pasa…. Cuando alguien comenta que ir al dentista es caro porque hay que tocarse el bolsillo para hacerse un tratamiento determinado, ese alguien no piensa que no se ha cepillado adecuadamente tres veces al día, o no piensa que es fumador o bebe alcohol, o no piensa que tiene una vida más ‘descontrolada’ desde un punto de vista bucal… y no cae en la cuenta de que, en lugar de hacerse un control todos los años, acude al dentista sólo cuando tiene un verdadero problema de dolor, de inflamación o de ambas cosas. Principalmente, en lo que insistimos ahora mismo los médicos es en intentar que la gente se conciencie de la importancia de la prevención bucal. Insisto: actuar cuando el usuario es un niño es la forma más adecuada de tener adultos sanos.
-En resumidas cuentas, que si alguien tiene un principio de caries y se gasta 60 euros para neutralizarla, no va a tener que gastarse en el futuro más de 1.000 euros en un implante una vez que la caries ya se haya ‘comido’ toda la muela…
Efectivamente, así es.