Redacción farmacosalud.com
Ante una persona que sufre una crisis epiléptica convulsiva, algunos ciudadanos pueden dejarse llevar por creencias erróneas y tratar de poner algo en la boca del paciente con el fin de evitar que se muerda la lengua o se ahogue con ella. Sin embargo, tanto el Grupo de Estudio de la Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN) como la Asociación Española de Afectados por Epilepsia Grave (APEMSI) -al igual que otros colectivos médicos y de pacientes- coinciden en que ante un cuadro de esas características no debe ponerse nada en la boca del epiléptico.
De hecho, algunos especialistas remarcan que colocar atravesado algún tipo de objeto entre los dientes (un bolígrafo) puede empeorar las cosas, ya que se pueden producir lesiones añadidas.
Las crisis epilépticas casi siempre duran menos de 5 minutos
A través de una guía elaborada por el doctor Santiago Arroyo, miembro del citado Grupo de Estudio de la SEN, se indica que ante una crisis epiléptica convulsiva no debe ponerse nada en la boca del enfermo para evitar que se muerda la lengua. Lo que hay que hacer es proteger al paciente de darse golpes sin sujetarlo excesivamente y retirando los muebles u objetos situados a su alrededor. Además, debe aflojarse el cuello de la camisa del epiléptico, ponerlo (si está en el suelo) de medio lado, colocarle una almohada o ropa debajo de la cabeza para que no se dañe, y esperar a que se pase la crisis (lo que casi siempre ocurre en menos de cinco minutos).
Por su parte, la Asociación Española de Afectados por Epilepsia Grave dispone de un conjunto de recomendaciones en las que se explica que al epiléptico no debe realizársele la respiración artificial, sino simplemente dejarle libres las vías respiratorias en caso de que estén obstruidas. Asimismo, no hay que echarle líquidos en la frente (agua) porque no es una acción útil para controlar la crisis, ni tampoco administrarle medicamentos por vía oral por el riesgo existente de asfixia.