Redacción Farmacosalud.com
Médicos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han publicado en la prestigiosa revista científica británica ‘The Lancet’ el estudio CORDIOPREV, que demuestra por primera vez que la dieta mediterránea previene la recurrencia de eventos cardiovasculares frente a una dieta baja en grasa. Hasta la publicación de este artículo no se había probado que la pauta mediterránea tuviera efectos beneficiosos sobre la salud en sujetos con enfermedad cardiovascular establecida, en comparación con otra dieta cardiosaludable, la que se caracteriza por ser baja en grasa. Uno de los investigadores principales de CORDIOPREV, el Dr. José López Miranda, tiene claro que, a partir de ahora, a un paciente con antecedentes de eventos cardiovasculares se le tendrá que pautar o ‘recetar’ dieta mediterránea junto con la toma de los fármacos de mantenimiento o control de su patología: “la evidencia científica nos marca que, en este grupo de personas que ya han tenido un episodio coronario, administrarles -además de su medicación- un modelo de alimentación mediterránea es extraordinariamente beneficioso para prevenir su altísima tasa de recurrencia de eventos”.
“Recordemos que estos pacientes son, precisamente, los que presentan un mayor riesgo de volver a padecer un episodio coronario y cardiovascular”, señala desde www.farmacosalud.com el Dr. López Miranda, a su vez jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofia (Córdoba), catedrático de Medicina de la Universidad de Córdoba e investigador principal del grupo de Investigación de Nutrigenómica y Síndrome Metabólico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y del CIBEROBN (Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición).
Un 26% menos de probabilidades de volver a sufrir un episodio cardiovascular mayor
“Nuestro estudio viene a demostrar claramente que si los pacientes que ya han tenido una manifestación clínica, es decir, un episodio cardiovascular mayor como un infarto -en nuestro caso eran todos enfermos coronarios- siguen un modelo de alimentación mediterránea además de recibir la medicación que ya estaban tomando para su afección coronaria o para sus factores de riesgo cardiovascular, la probabilidad de volver a sufrir un episodio cardiovascular mayor (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, muerte cardiovascular o necesidad de ser sometido a un episodio de revascularización coronaria) es un 26% menor que aquellos que además de la medicación, reciben una alimentación baja en grasa y rica en hidratos de carbono”, detalla López Miranda.
La dieta baja en grasa (rica en hidratos de carbono complejos) y la dieta mediterránea (rica en grasa monoinsaturada cuya fuente principal es el aceite de oliva virgen) han demostrado ser eficaces en prevención primaria de individuos de alto riesgo sin enfermedad cardiovascular desarrollada. No obstante, la pauta mediterránea no había demostrado, hasta la publicación del nuevo estudio, efectos beneficiosos sobre la salud en personas con patología cardiovascular establecida, comparada con el régimen alimenticio bajo en grasa. Según se recoge en ‘The Lancet’, CORDIOPREV puede considerarse el único ensayo en los últimos 23 años que evalúa de forma fehaciente el efecto de la dieta mediterránea en prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular.
Un ensayo en el que han participado 1.002 pacientes
El nuevo trabajo ha sido desarrollado e impulsado conjuntamente a nivel científico entre el IMIBIC, el Hospital Universitario Reina Sofía (HURS), la Universidad de Córdoba (UCO) y el CIBEROBN. En palabras del Dr. Pablo Pérez Martínez, director científico del IMIBIC y miembro de la SEMI, la publicación del estudio “supone un hito al crear nueva evidencia científica y demostrar que la dieta mediterránea rica en aceite de oliva es útil para prevenir nuevos eventos cardiovasculares en personas con enfermedad coronaria ya establecida”.
CORDIOPREV es un ensayo clínico aleatorizado que se ha realizado en el HURS y en el que han participado 1.002 personas con afección coronaria establecida de entre 20 y 76 años de edad, quienes recibieron intervención dietética con dieta mediterránea o dieta baja en grasa y fueron seguidos durante siete años. Un total de 500 (49,9%) de los 1.002 fueron asignados al grupo de la pauta baja en grasas y 502 (50,1%) al de la pauta mediterránea.
Como objetivos principales de investigación, se estableció ‘valorar la aparición de nuevos eventos cardiovasculares mayores (o evento principal), incluyendo infarto de miocardio, revascularización (bypass, cateterismos, stents), accidente cerebrovascular isquémico (ictus), enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular (muerte súbita)’. Se evaluó la aparición de estos eventos con los dos tipos de dieta seguida por los pacientes, reclutados entre octubre de 2009 y febrero de 2012.
Mayores beneficios en menores de 70 años
Las participantes en la investigación tenían una edad media de 59,5 años, y, como es habitual respecto a la incidencia de la enfermedad coronaria, eran mayoritariamente varones (un 82,5%). El evento principal del estudio se produjo en 198 participantes, 87 en el brazo de la dieta mediterránea (un 17,3%) y 111 en el de la dieta baja en grasas (un 22,2%), lo que supone una disminución de la frecuencia de entre un 25 y un 30%, aproximadamente, en los participantes que siguieron la dieta mediterránea. Estos efectos fueron más evidentes en varones, en los que la diferencia entre regímenes fue casi de un 33% en favor de la dieta mediterránea. Cabe resaltar que la incidencia que se encontró en las dos ramas del ensayo es inferior a la habitual en este tipo de pacientes (un 25% a los 5 años), lo que podría indicar que, a pesar de las diferencias encontradas, ambas dietas ejercieron efectos cardiosaludables.
Los buenos resultados del patrón mediterráneo se observaron en todos los grupos de edad, si bien en los sujetos menores de 70 años “el beneficio fue más marcado, lo que no quiere decir que en mayores de 70 años no se observaran beneficios”, matiza López Miranda. Cabe destacar que el estudio no estaba diseñado para diferenciar entre edades por encima o por debajo de los 70 años, ni tampoco había sido planteado para detectar posibles beneficios en salud según el potencial de cada alimento típico de la dieta mediterránea, es decir, no se trataba de intentar saber, por ejemplo, si el aceite de oliva es más cardiosaludable que el pescado azul, o viceversa.
“La alimentación mediterránea es un modelo milenario, basado en un alto consumo de productos de la tierra, como cereales integrales, frutas, verduras, etc. También se centra en el consumo de pescado, fundamentalmente pescado azul, y con un eje central que aporta prácticamente la gran mayoría del contenido graso, que es el aceite de oliva virgen. Nuestro estudio no tenía que determinar si unos productos son más saludables que los otros. Entendemos que, globalmente, todo el patrón mediterráneo es beneficioso para la salud cardiovascular de estos pacientes”, apunta el jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofia.
Hallazgos que podrían cambiar las guías clínicas sobre seguimiento de pacientes coronarios
“El estudio CORDIOPREV demuestra que, en pacientes con enfermedad coronaria establecida, la dieta mediterránea tuvo un efecto superior al de la dieta baja en grasas en la prevención de la aparición de eventos cardiovasculares recurrentes como infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular, evitando la aparición de uno de cada cuatro eventos cardiovasculares mayores”, insiste mediante un comunicado el Dr. López Miranda.
Estos hallazgos, sostiene el Dr. Javier Delgado Lista, primer firmante del nuevo artículo y Prof. titular de la Universidad de Córdoba, “son de enorme relevancia para la práctica clínica diaria, apoyando el uso de la dieta mediterránea para prevenir la recurrencia de la enfermedad cardiovascular, y demuestran la utilidad de recomendar este tipo de dieta a personas que previamente han tenido un evento cardiovascular”. De este modo, en el propio artículo se indica que los resultados obtenidos son de utilidad para poder 'cambiar las guías clínicas sobre recomendaciones dietéticas y seguimiento de pacientes con enfermedad coronaria'.
La patología cardiovascular sigue siendo una de las primeras causas de mortalidad y gasto sanitario tanto en España como en Europa. El estilo de vida es un factor clave a modificar para prevenir la incidencia y recurrencia de episodios cardiovasculares, junto a la toma de fármacos y otros procedimientos, como las técnicas de revascularización.