Redacción Farmacosalud.com
‘Soy estéril, no puedo tener hijos’. Cuando el origen de esta frase obedece a una falta de óvulos (mujer) o a una carencia de espermatozoides (hombre), la medicina reproductiva podría dar a medio o largo plazo, más que a corto, una solución que actualmente se ve casi como de ciencia ficción: desarrollar gametos a través de células madre para conseguir un embarazo. Y decimos que es ‘casi’ de ciencia ficción porque si bien “ya se ha conseguido derivar gametos a través de células madre, todavía no se ha conseguido generar embriones viables”, explica el doctor Agustín Ballesteros, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y director de IVI Barcelona.
Un gameto es cada una de las células sexuales -masculina y femenina- que al unirse producen un cigoto, que tras una serie de procesos se convertirá en embrión. “Hay proyectos que están trabajando en el desarrollo de gametos a través de células madre. Derivar gametos de células madre es muy interesante, sobre todo para aquellas personas que, por ejemplo, no tienen óvulos o no tienen espermatozoides, ya que la intención es que esas personas puedan lograr ser padres o madres. La derivación a óvulo o espermatozoide se ha visto ya, pero falta que ese gameto sea funcional, capaz de generar un embrión, capaz de generar un embarazo, y eso todavía está lejos. Yo diría que dentro de unos años se estará más cerca de lograrlo. Este proyecto llama mucho la atención… su éxito sería auténticamente revolucionario”.
“Transferir mitocondrias a ovocitos de baja calidad podría mejorar esos ovocitos”
Otra línea de investigación abierta es la que se centra, por un parte, en el estrés oxidativo -proceso que juega un papel muy importante en la infertilidad-, y por otra parte en la melatonina, que es una hormona secretada por la glándula pineal que tiene amplias propiedades antioxidantes. “La melatonina empieza a aparecer en algunos trabajos como un coadyuvante para mejorar sobre todo la calidad de los ovocitos* en algunas pacientes, aunque faltan muchos estudios todavía para corroborar exactamente su utilidad. Yo creo que tendrá un papel, pero limitado. Para mejorar la calidad de los óvulos hoy en día se están desarrollando otro tipo de estrategias, como las basadas en las mitocondrias. Transferir mitocondrias a ovocitos que son de baja calidad podría mejorar la calidad de esos ovocitos. Las mitocondrias es lo que produce energía en una célula, por lo que por ahí se podría conseguir mejorar la utilidad de los óvulos. Es otra vía de investigación que está en marcha; no es algo ni mucho menos que en la actualidad se pueda hacer de una manera rutinaria y en la práctica diaria, pero por ahí pueden un poco ir los tiros”, aduce Ballesteros.
A criterio del doctor, “los antioxidantes van más dirigidos a mejorar la calidad del esperma”, dado que combatir el estrés oxidativo “cuando se produce el espermatozoide podría mejorar su vitalidad”. En definitiva, se trataría de crear unas condiciones más propicias en el testículo para que se enriqueciera la calidad y la productividad espermática.
El diagnóstico preimplantatorio y la vitrificación, dos grandes avances
Como avances antiinfertilidad, el presidente de la SEF destaca las técnicas de desarrollo de diagnóstico embrionario (o diagnóstico preimplantatorio), con las que se puede examinar un embrión y analizar su contenido cromosómico-genético para evitar la transmisión de enfermedades cromosómicas o genéticas: “Por tanto, la medicina reproductiva ha traspasado las fronteras ya de lo que es la fertilidad y se usa para evitar la transmisión de enfermedades genéticas. Podemos estudiar el embrión y evitar que un hijo tenga o esté afecto de esa enfermedad en caso de que sea portador de la alteración. El diagnóstico preimplantatorio también se usa muchas veces para buscar embarazos sanos en mujeres de edad avanzada, cuyo riesgo de alteraciones cromosómicas (por ejemplo el síndrome de Down) en su descendencia es mayor. También se aplica en mujeres que tienen abortos de repetición o en aquellas que presentan fallos repetidos de tratamiento”.
El experto resalta, asimismo, la vitrificación porque “ha supuesto un cambio fundamental en la actitud o en los tratamientos de fertilidad. Hoy en día somos capaces de preservar óvulos y embriones en condiciones prácticamente intactas y a partir de ahí hemos podido desarrollar todas las técnicas de preservación de fertilidad”. La vitrificación está indicada para aquellas pacientes que sufren un cáncer y que van necesitar tratamientos quimioterápicos, “muchos de ellos capaces de llevar a la mujer a su curación pero que también acabarán con su función ovárica, es decir, las dejarán menopáusicas. Antes de que se sometan a estos tratamientos, nosotros podemos guardarles óvulos, de manera que cuando ya estén sanas de su enfermedad, y afortunadamente el cáncer cada vez se cura más, habremos conseguido mantener su fertilidad”, comenta Ballesteros.
La vitrificación también es ideal para aquellas mujeres o parejas que no tienen un proyecto reproductivo inmediato. “Cuanto más tarde empecemos a buscar un embarazo más problemas de fertilidad tendremos, y llegará un momento en que será casi imposible buscar una solución. Por lo tanto, si no se tiene intención de buscar un embarazo de una manera inmediata, la recomendación es que antes de llegar a una situación límite se preserven óvulos para no verse envueltos en el futuro en un problema serio de fertilidad”, señala.
“En España se superan los 31 años de media de edad en la que se tiene el primer hijo”
Las últimas estadísticas conocidas sobre la tasa de infertilidad en España datan del año 2013, cuando se hablaba de entre un 15 y un 17% de la población. Por aquel entonces se decía que este problema tendería a crecer. El especialista en reproducción asistida corrobora que actualmente “los casos de infertilidad están aumentando, fundamentalmente por dos motivos: el principal sería el envejecimiento de la población, ya que cada vez más las parejas van retrasando el inicio de la búsqueda de un embarazo, de manera que en España ya superamos los 31 años de media de edad en la que se tiene el primer hijo. Por motivos obvios, la pareja está pensando en otras cuestiones prioritarias, como son el trabajo, la economía o la estabilidad de pareja, y eso comporta que se retrase cada vez más la búsqueda de un hijo. Y a mayor edad, más dificultades para concebir… eso, la cuestión de la edad, es lo que puede afectar más la fertilidad de la mujer”. Tanto el sobrepeso como la falta de peso -la anorexia- también la perjudican en ese aspecto.
“En el caso del hombre -prosigue- debemos tener en cuenta que vivimos en sociedades en las que la alimentación cada vez es peor, menos sana. Estamos comiendo alimentos precocinados, con muchos conservantes, con aditivos que tienen hasta efectos hormonales. Hay sustancias que se usan para engordar ganado, algo que puede afectar la fertilidad; la contaminación, el estrés, los tóxicos, el tabaco, el alcohol, las drogas… todo eso va interfiriendo mucho en la producción de espermatozoides, porque la fertilidad del hombre es muy influenciable ante esos factores externos”.
La tasa actual de infertilidad en España sería equiparable a la del resto de Europa, sostiene Ballesteros, quien agrega que “hay países donde existen políticas sociales que favorecen más el que las parejas tengan niños antes y no retrasen tanto la maternidad”. A su juicio, “en España, comparativamente con otros países, quizás podríamos estar entre los que encabezamos los problemas” derivados del retraso de la maternidad.
Acabar con la “lamentable estigmatización de la mujer” en el ámbito de la infertilidad
Se calcula que un 20% de los casos de incapacidad para ser fértil no tienen explicación, es decir, no se ha podido identificar la causa. Si bien en algunos casos el origen del problema podría obedecer a razones psicológicas, estrés o depresión, en otros sigue perdurando el ‘misterio’ “porque los métodos diagnósticos tienen sus limitaciones y no son capaces de detectar todos los problemas que existen a nivel de la fertilidad. Podemos detectar las cosas más evidentes: cómo está un ovario, qué reserva de óvulos tiene, cómo está la producción de espermatozoides, cómo están las trompas, como está el útero… pero otros aspectos funcionales son difíciles de determinar y hay casos en los que no tenemos un diagnóstico claro. Si después de mantener relaciones a lo largo de un año una pareja no consigue un embarazo sabemos que, estadísticamente, es improbable que lo consigan con más tiempo. Por lo tanto, aconsejamos a todas esas parejas que busquen soluciones”, sugiere el doctor.
Los problemas de fertilidad masculina son la causa de la mitad de los casos de infertilidad. En otras palabras, el origen de esa incapacidad se reparte equilibradamente entre el sexo masculino y el femenino, además de existir causas compartidas o mixtas. Sin embargo, los entendidos en medicina comentan que las personas tienden a asociar la infertilidad a un problema exclusivo de las mujeres. “Asociar el problema de la infertilidad a la mujer creo que es algo que se arrastra desde hace ya mucho tiempo, pero es una tendencia que actualmente ya no tiene ninguna razón de ser. Afortunadamente, vamos cambiando, vamos madurando como sociedad y vamos dejando atrás frases como ‘¿no puedes tener niños…? seguro que es culpa de la mujer’. Yo creo que hoy en día esto ya no ocurre tanto como antes… y es que los datos son cada vez más públicos y las personas, sobre todo a través de internet, tienen acceso a toda la información y pueden saber que hay causas tanto masculinas como femeninas… Hay que pasar página con respecto a la lamentable estigmatización de la mujer como causante de la infertilidad”, concluye.
* Ovocito: célula femenina en proceso de convertirse en óvulo