Redacción Farmacosalud.com
Ahora mismo hay muchas dudas sobre la capacidad que pueda tener el virus Zika de transmitirse por vía sexual. Parece que podría haber un caso en Estados Unidos de este tipo de contagio, pero de momento la máxima autoridad sanitaria norteamericana guarda mucha cautela al respecto. Lo que sí se sabe es que el Zika se ha aislado en semen, de manera que “se está estudiando la posibilidad de transmisión sexual de este virus y su frecuencia. El que sea posible no implica que sea una vía principal de transmisión”, comenta el doctor José Antonio Pérez Molina, portavoz de la de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). Así pues, ante la falta de una evidencia científica sólida, debe imponerse por precaución el uso del preservativo en aquellos hombres que hayan sido infectados con el virus Zika y que quieran mantener relaciones sexuales, tal y como sostiene Pérez Molina: “Hasta que no se haya estudiado suficientemente la posibilidad de transmisión sexual, lo que parece razonable es que un varón infectado, especialmente en las semanas posteriores a haber enfermado, use preservativo hasta que se aclare la frecuencia y tiempo durante el cual se transmite la infección. Esta precaución debería ser más estricta en el caso de que su pareja esté embarazada o pudiera quedar embarazada”.
Cabe recordar que los científicos están analizando si el patógeno Zika tiene algo que ver con el aumento de malformaciones y microcefalia en bebés nacidos en las zonas donde el Zika es endémico. En paralelo, “se está investigando si el virus puede aislarse en fluidos vaginales, lo que no implica necesariamente que esta sea una vía de contagio”, puntualiza el doctor Pérez Molina en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Se investiga si el virus persiste en semen más tiempo de lo que persiste en sangre
Por otra parte, el virus Zika se detecta en sangre durante un periodo de tiempo de 5 a 7 días en las personas infectadas, por lo que es posible su transmisión a través de donaciones de sangre, aunque es un mecanismo muy poco probable, indica en un comunicado la SEIMC. De este comunicado se deduce que no sería absolutamente imposible que se produjera un contagio en caso de que una persona infectada que estuviera sangrando -por ejemplo en la mano- tocara sin querer la herida sangrante de una persona sana y entraran en contacto los dos fluidos sanguíneos. Ahora bien, habría que ver qué le ocurre al virus cuando entra en contacto con el aire, como pasaría en una herida sangrante como la descrita anteriormente.
Otro tema a analizar es la evolución de la patología en el organismo del paciente. Según el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, si el curso de la enfermedad es benigno -así ocurre en la mayoría de los casos-, la afección derivada del virus Zika “no dura más de 6 días y se caracteriza por producir picor y malestar general”. De todos modos, una vez que los síntomas de la infección ya han remitido por completo en la persona enferma, ¿esa persona ya está libre de todo posible contagio a otro individuo? ¿Es decir, se puede decir que la persona que ha superado el virus ya está curada, o bien el virus se parasita durante largo tiempo en el cuerpo del sujeto infectado? “El virus desaparece rápidamente de la sangre de la persona infectada, lo que hace que no pueda transmitir la infección por la vía habitual, a través del mosquito. Es posible que el virus pueda persistir en algún reservorio (como el semen) durante más tiempo, aunque esto se está estudiando”, especifica el doctor.
Examen exhaustivo del virus Zika a cargo de la SEIMC
¿Qué es el virus Zika?
Es un arbovirus (un virus transmitido por artrópodos; del inglés arthropod borne virus) de la familia Flaviviridae, de la que también forman parte los virus del Dengue, Fiebre amarilla, Encefalitis japonesa y West Nile. Se trasmite por la picadura de mosquitos infectados del género Aedes, principalmente Aedes aegypti y en menor medida por Aedes albopictus (o mosquito tigre) y otros Aedes. El virus Zika recibe su nombre del bosque de Zika, en Uganda (África), donde fue aislado por primera vez en monos en 1947. Desde entonces ha generado pequeños brotes casi exclusivamente en África, hasta que en el año 2007 se produjo una epidemia en la isla de Yap (en Micronesia), donde cerca del 75% de la población resultó infectada. La presencia del virus en humanos, considerado en un principio huésped ocasional, se constató a través de estudios serológicos en 1952 y no fue hasta 1968 cuando se logró aislar este patógeno a partir de muestras humanas en Nigeria.
Estudios genéticos han demostrado dos linajes principales de este patógeno, el africano y el asiático. Desde su descubrimiento, numerosos estudios epidemiológicos, serológicos y entomológicos han confirmado la circulación del virus en varios países africanos (Nigeria, Sierra Leona, Costa de Marfil, Camerún y Senegal) y asiáticos (Paquistán, Indonesia, Filipinas, Malasia, Camboya y Tailandia). El 3 de marzo de 2014, Chile notificó a la OPS/OMS la confirmación de un caso de transmisión autóctona de fiebre por virus del Zika en la isla de Pascua. En mayo de 2015, las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión de virus Zika en el nordeste del país. Desde octubre de 2015 hasta la fecha, otros países y territorios de las Américas han informado de la presencia del virus.
¿Cuáles son los principales síntomas de la enfermedad?
Los síntomas más comunes de la infección por Zika son fiebre leve y exantema (erupción en la piel o sarpullido). Suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre 2 y 7 días después de la picadura de un mosquito infectado. Los síntomas son similares a los del dengue o del chikungunya, que también son transmitidos por el mismo tipo de mosquito. Las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes, pero se han descrito en los brotes de la Polinesia y más recientemente en Brasil. Entre las complicaciones neurológicas que se están estudiando que pudieran tener relación con el virus Zika están el síndrome de Guillain Barré, mielitis, meningitis y meningoencefalitis. También se ha observado un aumento de malformaciones en recién nacidos y de la incidencia de microcefalia en las áreas afectadas por este virus, aunque todavía está por determinar si el Zika tiene algún papel en estas alteraciones.
¿Cómo se diagnostica el virus Zika?
En la mayoría de las personas, el diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y sus antecedentes epidemiológicos (viaje a zonas donde circula el virus). Además, hay pruebas de laboratorio que utilizan una muestra de sangre que pueden contribuir a confirmar el diagnóstico. Algunas son útiles en los primeros 3-5 días desde el inicio de los síntomas (PCR, que detecta el virus), y hay otras pruebas que detectan la presencia de anticuerpos pero que son útiles sólo después de 5 días (serológicas). No obstante, estas pruebas están disponibles por el momento sólo en centros de referencia, ya que no hay kits comerciales disponibles actualmente en territorio español. En España el Centro Nacional Microbiología tiene capacidad para la detección del virus Zika.
¿Cómo se previene la enfermedad?
La prevención, en el caso de personas que vayan a viajar a países donde circula el virus, consiste principalmente en prevenir la picadura de los mosquitos infectados. Los Aedes son mosquitos de hábitos diurnos, picando principalmente en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde. Se recomienda uso de repelentes, así como cubrir la piel con manga larga, pantalones largos y sombrero. Si es posible, dormir en lugares protegidos de los mosquitos o con mosquiteras. En el caso de mujeres embarazadas se desaconseja viajar a zonas endémicas.
Además de la picadura del Aedes, ¿hay otra vías de transmisión?
El virus Zika se detecta en sangre durante un periodo de tiempo de 5 a 7 días en las personas infectadas, por lo que es posible su transmisión a través de donaciones de sangre, aunque es un mecanismo muy poco probable. En ese sentido, se deben seguir las recomendaciones habituales para realizar transfusiones seguras.
Este virus también se ha aislado en semen y se ha observado un caso posible de transmisión de persona a persona por vía sexual, pero este hallazgo no ha sido del todo confirmado. De hecho, las autoridades sanitarias de Dallas, en Estados Unidos, han informado de un primer caso de transmisión sexual de dicho patógeno -un paciente se contagió tras haber mantenido relaciones carnales con una persona infectada que había vuelto de un país donde está presente el virus-, si bien el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la principal autoridad sanitaria norteamericana, se ha mostrado más prudente y no ha confirmado que se haya producido tal contagio por vía sexual, por lo que prefieren esperar a que los científicos del CDC saquen sus propias conclusiones.
La transmisión maternofetal está en estudio. Parece que es posible, aunque la frecuencia con que esto ocurre y las consecuencias para el feto es actualmente motivo de estudio.
¿En la actualidad, hay algún tratamiento para el virus Zika?
No hay tratamiento específico frente a este virus ni vacuna. En los pacientes con síntomas el tratamiento se centra en aliviar los mismos (fiebre, dolores osteomusculares, cefalea, etc) con analgésicos y medicamentos para la fiebre. También se recomienda reposo y beber líquidos abundantes, especialmente en climas cálidos y en pacientes con fiebre alta, para prevenir la deshidratación. En general, se desaconsejan la aspirina y los antiinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno) al inicio de los síntomas, y hasta que se confirme el diagnóstico, por si se tratase de un dengue.
¿Se prevén casos autóctonos del virus en España?
En España existen vectores competentes para la transmisión del virus (Aedes albopictus o mosquito tigre, sobre todo en el litoral mediterráneo); hay una población susceptible y además es posible la llegada de personas enfermas procedentes de áreas donde el virus prolifera. En este sentido, las autoridades sanitarias españolas ya han registrado varios casos de sujetos que han contraído el Zika, si bien todos ellos habían llegado a territorio español procedentes de países en alerta epidemiológica. La Generalitat de Cataluña ha confirmado el caso de una mujer embarazada que se encuentra entre las semanas 13 y 14 de gestación y que había viajado a Colombia.
Por todo ello, es posible aunque poco probable que se produzcan brotes en España, indican desde SEIMC. Este pronóstico coincide con una nota publicada en catalán por la Generalitat, donde se señala que “en los últimos años ha aumentado la población de una especie de mosquito Aedes en la cuenca mediterránea de la Península Ibérica: el Aedes albopictus, también conocido como ‘mosquito tigre’. Sin embargo, actualmente no existe suficiente evidencia que apoye que este tipo de mosquito también pueda actuar como agente transmisor de la enfermedad”. Según recoge SEIMC, es fundamental realizar una evaluación rápida del riesgo de establecimiento y transmisión del virus Zika en territorio español, así como su posible impacto en la población.
¿Está el sistema sanitario español preparado para la llegada del virus Zika?
En España existe el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Su función es coordinar la gestión de la información y respuesta ante situaciones de alerta o emergencia sanitaria nacional o internacional que supongan una amenaza para la salud de la población. La respuesta a nivel europeo se coordina a través del European Centre for Disease Prevention and Control.
En ambas instituciones se elaboran las recomendaciones y acciones necesarias para la prevención y control de esta epidemia. No obstante, la detección precoz de los casos, su cuidado y control corre por parte de médicos, generalmente infectólogos y microbiólogos, que deben tener una formación adecuada y actualizada en enfermedades infecciosas importadas. “En España -explican fuentes de SEIMC-, a pesar de la falta de reconocimiento por parte de las autoridades de la especialidad de Enfermedades Infecciosas, los infectólogos y microbiólogos siempre hemos dado un paso adelante cuando se ha necesitado de nuestra colaboración como en la epidemia del Sida, la aparición de patógenos multirresistentes, el uso racional de los antimicrobianos, las infecciones en trasplantados, las infecciones por virus chikungunya o en emergencias como la del ébola”.
“A diferencia de lo que ocurre en España, en la mayoría de los países europeos sí existe una especialidad en Enfermedades Infecciosas. Con la entrada en vigor del Real Decreto Ley 639/2014, de 25 de julio, se va a agravar aún más la situación al reducir las Enfermedades Infecciosas a un área de capacitación específica, y al diluir a la Microbiología en un tronco de laboratorio con un programa formativo insuficiente para afrontar las necesidades presentes y futuras. El relevo generacional no sólo no está garantizado sino que corre grave peligro”, aseguran desde SEIMC.
No hace falta echar la vista atrás muchos años para comprobar que la emergencia y reemergencia de las infecciones son un problema de salud de primer orden. El incremento de los viajes, del comercio internacional y de las migraciones (forzosas en muchas ocasiones y en condiciones paupérrimas no pocas veces) contribuyen de manera fundamental a la extensión de organismos patógenos. A esto hay que sumar la facilidad y rapidez de las comunicaciones internacionales, y en el caso concreto de los migrantes irregulares y refugiados, las malas condiciones de su periplo migratorio.
La introducción (o reemergencia) de patógenos exóticos es otro de los riesgos potenciales asociados a los movimientos poblacionales. Parásitos como el de la malaria, virus como el Chikungunya, el dengue o el de la fiebre hemorrágica de Congo-Crimea, por poner algunos ejemplos, cuentan con vectores competentes en España. "Es imprescindible por tanto garantizar que podremos contar con profesionales expertos y actualizados, no para las crisis futuras, sino para las que ya están ocurriendo", apuntan desde SEIMC.