Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Quirónsalud Barcelona ha sido el primero en emplear en España el procedimiento conocido como Rezum para tratar la hiperplasia benigna de próstata (HBP). La nueva técnica consiste en la inyección de vapor de agua en el órgano prostático, lo que permite solventar, independientemente de la edad del paciente, los problemas ocasionados por el crecimiento de la próstata. Así lo explica a www.farmacosalud.com el Dr. Enrique Rijo, miembro del Equipo de Urología y responsable de la Unidad de Próstata del Servicio de Urología de dicho centro hospitalario: “La edad no limita la indicación de la técnica. Rezum es efectivo para todas las edades: existe un grupo de pacientes jóvenes menores de 50 años que padecen de hiperplasia benigna de próstata y que buscan una alternativa a los medicamentos o cirugías, para evitar así los efectos secundarios que comprometen la actividad sexual. También se pueden beneficiar los pacientes mayores de 80 años con varios factores de riesgo y comorbilidades, ya que el Rezum es una terapia muy rápida y segura (tiempo quirúrgico de entre 3 y 10 minutos) que puede llevarse a cabo con anestesia local o sedación y de forma ambulatoria”.
El innovador tratamiento -considerado una técnica mínimamente invasiva- tiene mejor respuesta en las próstatas pequeñas y medianas. La técnica no está recomendada en próstatas muy grandes -de más de 90cc- ni tampoco en pacientes bajo tratamiento anticoagulante.
Un dispositivo fungible conectado a una cámara permite visualizar e inyectar el vapor
La HBP es un trastorno asociado con la edad y con una alta prevalencia. Tanto es así, que un 50% de los hombres con edades entre los 50 y los 60 años la padecen. En aquellos con más de 80 años, el porcentaje asciende hasta el 90%. Es por tanto un trastorno que en los próximos años se espera que aumente significativamente con el envejecimiento de la población. No se trata de una patología que ponga en riesgo la vida de los afectados, pero sí que incide de forma significativa en su calidad de vida. El agrandamiento de la glándula prostática ocasiona que la uretra se comprima, reduciendo e incluso llegando a bloquear el flujo de la orina. Existe la posibilidad de un tratamiento farmacológico con alfabloqueantes, pero éstos tienen efectos secundarios, como la eyaculación retrógrada, y pueden perder eficacia con el paso del tiempo.
Mediante la inyección de vapor de agua, el método Rezum provoca la necrosis (muerte celular) del tejido problemático, cuyos restos son posteriormente eliminados por el propio cuerpo. El procedimiento se lleva a cabo por vía transuretral (por el conducto de la uretra) con un dispositivo fungible conectado a una cámara que permite visualizar e inyectar el vapor de agua en el adenoma prostático. El número de tratamientos o ‘disparos’ dependerá del tamaño de la glándula. En cada tratamiento se inyecta 0.4 ml de solución fisiológica (agua). Cada disparo se realiza en un tiempo de 9 segundos cronometrados; una próstata de tamaño medio suele requerir un total de 4 tratamientos (disparos).
El vapor de agua inyectado en el adenoma prostático se convierte en agua produciendo una destrucción inmediata de las células y posterior atrofia del adenoma, que es lo que finalmente alivia los síntomas obstructivos. Cuando el vapor de agua (103ºC) es aplicado en el tejido prostático, genera un aumento de temperatura de más de 70ºC en cada zona administrada hasta que se condensa y se convierte en agua. “Es una destrucción controlada de la zona a tratar, consecuencia de la liberación de energía (208 calorías)”, explica el Dr. Rijo.
Así pues, se reduce el adenoma prostático porque las células mueren y el propio organismo, mediante un mecanismo de cicatrización y reabsorción, se encarga de reparar la zona afectada. Aquí actúan los mismos sistemas de reparación que intervienen en cualquier herida del organismo. “Esta cicatrización comienza a las 48 horas tras la terapia Rezum produciéndose una inflamación transitoria, motivo por el cual se recomienda mantener una sonda vesical durante 3-4 días para evitar las molestias que pueda producir una retención de orina”, detalla el responsable de la Unidad de Próstata del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Preservada la eyaculación anterógrada (eyaculación normal) en casi todos los casos
En Estados Unidos, la técnica Rezum cuenta con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la HBP desde hace cuatro años. Ahora, con este bagaje de experiencia acumulado, llega a España, donde empezará a aplicarse en todo el territorio a partir de abril; el Hospital Quirónsalud Barcelona es el centro de referencia por su experiencia previa.
Entre las ventajas del nuevo procedimiento figura el hecho de que consigue preservar la eyaculación anterógrada en hasta un 95% de los casos. La eyaculación anterógrada es la eyaculación ‘normal’, que ocurre cuando el semen sale por los conductos eyaculadores y es expulsado a través de la uretra. La eyaculación normal puede verse afectada por múltiples causas, entre las cuales están los efectos secundarios de algunos fármacos y cirugías empleadas para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata. Esas cirugías pueden producir eyaculación retrógrada (el semen es expulsado hacia atrás y, en vez de salir por la uretra, va hacia la vejiga y posteriormente se elimina tras la micción, causando una eyaculación retrógrada o ‘seca’). Según Rijo, “este efecto secundario puede estar presente en entre un 40-90% de las cirugías para el tratamiento de la HBP. El Rezum no afecta la mecánica del sistema eyaculatorio, preservando la eyaculación normal en la mayoría de los casos (95%)".
Una vez que el procedimiento ya se ha realizado, el paciente puede regresar a su casa y lo único que necesita es llevar una sonda durante unos 3-4 días -tal y como ya se ha apuntado anteriormente-, dispositivo que le será retirado en el centro hospitalario donde se ha practicado la intervención. “Es un pequeño peaje que hay que pagar por esta técnica, que no supone tampoco un inconveniente mayor”, señala el experto a través de un comunicado del Hospital Quirónsalud Barcelona.
Pasados unos 10 años podría tener que volver a aplicarse Rezum
El último estudio de la técnica Rezum publicado recientemente en la revista científica ‘Urology’ comunicó una tasa de retratamiento de sólo el 4,4% de los casos durante los cuatro años de seguimiento. Al tratarse de una intervención mínimamente invasiva, se reducen también los riesgos asociados y los efectos secundarios: molestias al orinar, escozor o una pequeña presencia de sangre en la orina es lo máximo que puede llegar a producirse. En todo caso, se trata de efectos temporales y transitorios. “A partir de las dos semanas el paciente empezará a notar que mejora en su sintomatología, aunque no será hasta los tres meses que se consigan los beneficios máximos”, sostiene el Dr. Rijo.
Con el sistema Rezum, además, se preserva la próstata y todas sus funciones porque es mucho menos radical que otras técnicas. Esto comporta que, pasado un tiempo, pueda ser necesario volver a practicar la intervención. “La próstata puede volver a crecer, pero hasta pasados diez años como mínimo es probable que no sea necesario intervenir nuevamente. Sin embargo, es mucho más molesto estar con un tratamiento farmacológico que hay que tomar diariamente y que puede tener unos efectos secundarios que el paciente no está dispuesto a asumir. En esos casos, antes de un procedimiento mucho más radical, es interesante disponer de opciones más conservadoras como es el caso del Rezum”, razona el urólogo.
Rezum está indicado en personas con obstrucción secundaria a hiperplasia benigna que tengan síntomas sin respuesta al tratamiento médico; sin embargo, también es una alternativa a los tratamientos médicos convencionales en pacientes que no toleran los efectos secundarios de los fármacos. “En Estados Unidos -precisa Rijo-, una de las principales indicaciones de esta técnica es la posibilidad, en determinados casos, de suspender la medicación oral crónica para el tratamiento de la HBP evitando sus efectos secundarios o los gastos económicos derivados de la administración de medicación crónica durante años. Tras el tratamiento con Rezum, recomendamos continuar la medicación habitual de la próstata durante unas 3 semanas y luego se suspende definitivamente”.
Hasta hace poco la alternativa terapéutica para la hiperplasia benigna de próstata era un tratamiento con las técnicas clásicas como la cirugía abierta o la resección transuretral (RTU) de la próstata, en las que pueden existir complicaciones como la incontinencia urinaria, sangrado que requiera transfusión, o la disfunción eréctil y la eyaculación retrógrada. Técnicas más recientes y menos invasivas como la vaporización o la enucleación prostática con láser evitan muchas de esas complicaciones. No obstante, pueden afectar a la eyaculación. En cualquier caso, en los últimos años se ha avanzado en el desarrollo de nuevas técnicas que permiten eludir este problema. “El Aquablation y el Rezum se distinguen de otras alternativas por ser capaces de preservar la eyaculación, algo que muchos pacientes consideran importante. Se trata de dos técnicas complementarias la una con la otra y por tanto con perfiles de pacientes diferentes”, concluye Rijo.