Redacción Farmacosalud.com
El doctor Ferran J. García, director científico del Instituto Ferran de Reumatología, Servicio de Reumatología del Hospital CIMA Sanitas, explica que “se está avanzando en tratamientos farmacológicos” para luchar contra la fibromialgia -enfermedad hoy por hoy sin cura conocida- y buena prueba de ello son unas “propuestas de ensayos con fármacos analgésicos potentes del ámbito neurológico que serán de gran interés”. Por otro lado, el doctor cuestiona que la intolerancia a la lactosa, las infecciones crónicas por el virus Epstein Barr y las amalgamas metálicas (plata y mercurio) dentales estén en el origen de esta enfermedad, como se ha sostenido recientemente. Por lo que respecta al surgimiento de diferentes propuestas alternativas -algunas en estudio y otras ya en práctica- para tratar la fibromialgia, García afirma que “en las patologías para las que no existe un tratamiento curativo asistimos, cíclicamente, a planteamientos que están fuera de la evidencia científica, es decir, sobre los que no existe evidencia sólida de que sean eficaces o seguros”.
-¿Qué diferencia hay entre fibromialgia y síndrome de fatiga crónica?
Son dos enfermedades distintas que pueden coexistir en la misma persona. En la fibromialgia, el síntoma principal es el dolor, aunque se asocian otros también importantes como el sueño no reparador, las alteraciones de la concentración o una fatiga que mejora con el ejercicio gradual. El Síndrome de Fatiga Crónica es una enfermedad menos frecuente en la que domina una extenuación persistente e insuperable. El enfoque de ambas patologías y su pronóstico es distinto, razón por la cual es muy importante que los profesionales hagamos un diagnóstico preciso e invirtamos en ello todo el tiempo y pruebas necesarias.
-¿Existe la pseudofibromialgia?
La percepción de dolor, exclusivamente debida a una patología psiquiátrica, no solamente existe, sino que es frecuente. No hablamos de pacientes simuladores (es decir, que falsean sus síntomas), sino de una real percepción de dolor. El término ‘pseudofibromialgia’ se acuñó para estos casos y en España ha sido propuesto, de forma muy decidida, por un prestigioso reumatólogo, el Dr. Rafael Belenguer. Opino que, en estos casos, el término puede más bien confundir que ayudar, y lo que hay que hacer es explicar bien al enfermo que el camino de su mejoría pasa por tratamientos psicológicos y psiquiátricos y no de otro tipo; eso, en ocasiones no es fácil porque, a pesar del diagnóstico, debemos evitar trasladar al paciente la responsabilidad de su propia curación y, aún menos, culpabilizarle por su estado.
En todo caso, diferenciar estos cuadros es muy importante.
-Si bien se decía que la fibromialgia no tiene causa conocida, un libro editado recientemente sostiene que la intolerancia a la lactosa, las infecciones crónicas por el virus Epstein Barr y las amalgamas metálicas (plata y mercurio) dentales ocasionan la mayoría de los casos de fibromialgia. ¿Qué opina?
No hay ninguna evidencia científica consolidada de que esto sea así. Algunas publicaciones apuntan a que las personas con más de seis amalgamas mercuriales tienen un estado de salud global peor que quien no las tiene, razón por la que deben evitarse en base a un principio de precaución. La intolerancia a la lactosa es un cuadro independiente que, desde luego, como otras muchas circunstancias clínicas, puede empeorar o perpetuar la enfermedad, pero no se ha demostrado que la desarrolle. La relación entre el virus de Epstein Barr y la fibromialgia hace tiempo que quedó descartada; hoy en día ya no se considera una opción desencadenante.
-¿Cómo se ha avanzado últimamente en la investigación sobre el gen que predispone genéticamente a la enfermedad?
Escasamente. La reducción global de fondos para la investigación, la falta de apoyo a la investigación en estas patologías y la dispersión diagnóstica que ahuyenta a la industria farmacéutica no favorecen la investigación. En la actualidad, el viento sopla más en el sentido de determinar perfiles de afectación en áreas cerebrales y ver cómo podemos modificarlas, que en el estudio del riesgo genético.
-Dado que la fibromialgia no tiene cura por ahora conocida, ¿hasta dónde puede alcanzar el papel de un reumatólogo en el tratamiento de esta dolencia?
No tenemos cura, como ocurre en el 76% de las enfermedades que ocupan el día a día del reumatólogo especialista, pero sí tenemos tratamiento. Un tratamiento precoz y abordado ‘a medida’ de cada caso permite mejorar la calidad de vida del paciente con fibromialgia en muchos casos. El reumatólogo, que es el especialista clínico del aparato locomotor, es el profesional más preparado para el diagnóstico y tratamiento de la fibromialgia, y el más preparado para su diagnóstico diferencial con otras patologías reumáticas que pueden solaparse con ella y complicar mucho el cuadro. Los pacientes diagnosticados de fibromialgia y que hace más de dos años que no ven a su reumatólogo deberían volver de nuevo a su consulta para ser reevaluados.
-Se está estudiando la aplicación de la medicina hiperbárica para tratar la fibromialgia y también se habla de la medicina biorreguladora como opción. ¿La necesidad de individualizar el tratamiento para estos pacientes favorece la aparición de una variedad de terapias destinadas a intentar disminuir el dolor asociado a la afección?
En las patologías para las que no existe un tratamiento curativo asistimos, cíclicamente, a planteamientos que están fuera de la evidencia científica, es decir, sobre los que no existe evidencia sólida de que sean eficaces o seguros. La práctica de estas técnicas no debería formar parte de una medicina responsable. El profesional que piensa que dispone de un método eficaz y seguro para el tratamiento de cualquier enfermedad tiene la obligación científica de demostrarlo y someterse a la sana crítica y validación de colegas independientes. Por lo general, recomiendo cuestionar muy seriamente propuestas de tratamiento que no son generalizadas.
-¿Hacia dónde se encamina la investigación en el tratamiento de la fibromialgia?
Nuestra última publicación en la prestigiosa revista ‘Pain’ (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24792477) trabaja en la línea de delimitar la implicación sensorial en la fibromialgia y en este mismo sentido trabajan varios grupos internacionales. Se está avanzando en tratamientos farmacológicos y nuestra unidad de ensayos clínicos del Hospital CIMA Sanitas tiene propuestas de ensayos con fármacos analgésicos potentes del ámbito neurológico que serán de gran interés.
Otros grupos, entre ellos el Grupo de Expertos en Fibromialgia de la Sociedad Española de Reumatología (GEFISER), en el que estamos integrados, trabajan para validar y mejorar la calidad de herramientas diagnósticas.