Redacción Farmacosalud.com
Una novedosa terapia celular, denominada NC1, ha logrado notables progresos en la calidad de vida de lesionados medulares. Tanto es así, que la Agencia Española de Medicamentos ha autorizado el tratamiento de 30 pacientes con determinadas lesiones medulares completas dorsales y lumbares, y con lesiones medulares incompletas por daño vertebral a nivel dorsal o lumbar. En términos de función motora, la mejoría propiciada por este tratamiento “se da prácticamente en todos los casos de lesión incompleta y se objetiva perfectamente en los test de la marcha”, explica el Dr. Jesús Vaquero, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Majadahonda, en Madrid). En el terreno de las lesiones completas, más del 50% de los pacientes muestran una mejoría progresiva -generalmente tras 9 meses de evolución postratamiento-, si bien la nueva terapia no permite, por ahora, una marcha autónoma sin aparatos ortopédicos, al menos tras un seguimiento en torno a los 5 años tras tratamiento.
La mejoría muscular observada es mucho mayor desde el punto de vista electrofisiológico, objetivándose reinervación motora en músculos infralesionales que no se traduce en mejorías de función motora en las exploraciones de las escalas clínicas, ya que éstas no exploran progresos en los músculos del tronco o de pared abdominal. En pacientes tetrapléjicos, y tras un año de seguimiento post-terapia, se pueden obtener mejorías de 1-2 puntos en la valoración clínica de los músculos de la extremidad superior. Este avance ha permitido a algunos de estos lesionados medulares escribir o comer con una mayor autonomía.
El proceso comienza con una extracción de células madre mesenquimales
Desde un punto de vista práctico, se habla de lesión medular completa cuando la lesión afecta totalmente a la médula y, por tanto, no existe ninguna función por debajo del punto de lesión; se habla de incompleta cuando hay una lesión parcial de la médula y, por tanto, se mantiene alguna función por debajo de la zona de lesión. Con esta clasificación puede haber una lesión medular completa motora e incompleta sensitiva, o viceversa. Personas con lesión incompleta pueden tener mucha sensación, pero poco movimiento, y otras pueden tener algo de movimiento y muy poca sensación. Las lesiones incompletas son variables, dependiendo de las diferentes fibras nerviosas que son dañadas.
La innovadora terapia celular empieza con la extracción de células madre mesenquimales del paciente. Esas células son tratadas en una sala de producción celular (sala blanca) y, a continuación, se inyecta el medicamento generado en el lugar exacto de la lesión medular o en el líquido cefalorraquídeo. Se trata de una técnica personalizada, dado que se realiza con las células del propio paciente y de acuerdo a las características en neuroimagen de cada lesión. Se lleva a cabo en las instalaciones y por los profesionales, altamente cualificados, del Hospital Universitario Puerta de Hierro.
Progresos en relación al dolor neuropático, sensibilidad y espasticidad
El nuevo tratamiento también ha aportado progresos en relación al dolor neuropático -percepción anormal del dolor- en algunos casos. “No todos los pacientes con lesión medular tienen dolores neuropáticos, por lo que deberíamos contar con un gran número de pacientes para poder obtener claras conclusiones acerca de la eficacia de nuestro tratamiento en esta entidad. En los ensayos clínicos realizados se observa mejoría pero sin llegar a obtener significación estadística. Por ello realizamos un estudio monitorizando exclusivamente el dolor neuropático en 10 pacientes parapléjicos (completos e incompletos), y llegamos a la conclusión de la eficacia real de la administración de nuestro medicamento en el ámbito del dolor neuropático, posiblemente por la liberación de TGF-beta asociada a las células trasplantadas”, precisa el Dr. Vaquero.
Asimismo, en los ensayos clínicos realizados hasta ahora se han obtenido buenos resultados en los apartados de sensibilidad y espasticidad -rigidez muscular-. La mejoría en la rigidez o espasticidad, uno de los aspectos que más refieren los pacientes, está presente en la primera semana tras la cirugía. “Las mejorías de sensibilidad se objetivan en prácticamente todos los casos (aproximadamente en el 80% de ellos), aunque en grado variable. En algunos pacientes con lesiones completas y total ausencia de sensibilidad por debajo de la lesión, tras el tratamiento se llega a obtener sensibilidad en todo el cuerpo, donde antes el paciente no sentía nada, si bien esta sensibilidad la mayor parte de las veces es parcial y se obtiene a lo largo del primer año tras el tratamiento”, señala el facultativo.
Progresos en el control de esfínteres en más del 80% de los casos
Otro aspecto a destacar en relación a NC1 es el progreso alcanzado en el control de esfínteres, mejoría que se observa también en más del 80% de los pacientes tratados, tanto si tienen una lesión completa como si tienen una lesión incompleta. “No obstante -aclara el Dr. Vaquero-, muchas veces tendemos a englobar como mejoría en control de esfínteres diversos aspectos que, en realidad, son mejorías en las manifestaciones de la vejiga o del intestino neurógeno que presenta el paciente con lesión medular. Una observación importante es que la mejoría que se obtiene es mucho mayor a nivel de intestino que a nivel de vejiga urinaria. A nivel urinario, los pacientes refieren adquirir o mejorar la sensación de vejiga llena, y se recogen mejorías en las pruebas urodinámicas que con frecuencia no se traducen en la percepción de mejoría por parte de los pacientes”.
“De hecho, son escasos los lesionados que llegan a tener completo control de esfínter urinario, al contrario de lo que ocurre en las manifestaciones del intestino neurógeno, donde los pacientes llegan a prescindir de laxantes o ayuda digital para evacuar”, describe el especialista, quien añade que la novedosa terapia celular, además de aportar claras mejoras del ritmo intestinal, satisface “lo más gratificante para los pacientes: en un alto porcentaje de casos desaparecen totalmente los episodios de incontinencia fecal”. Al igual que con las pruebas urodinámicas, en el caso del intestino neurógeno las mejorías conseguidas se correlacionan con exploraciones objetivas de función defecatoria y estudios de manometría ano-rectal.
Por otro lado, el nuevo procedimiento también ha permitido ver ciertos avances en la función sexual de las personas afectadas por lesiones medulares. Con todo, cabe especificar que los test de función sexual sólo se han aplicado en varones, sin que hasta ahora se hayan llevado a cabo pruebas objetivas de recuperación de función sexual. Así pues, este aspecto, sumado al condicionante del número de pacientes varones tratados en cada uno de los ensayos clínicos realizados y la variabilidad en la posible toma de medicaciones para disfunción eréctil, comporta que la valoración en los progresos de la función sexual deba tomarse con suma cautela.
“No obstante, en un grupo de 8 pacientes varones de un ensayo para lesiones completas en el que los pacientes recibieron la terapia intralesionalmente, a través de cirugía, 2 de ellos refirieron una importante mejoría en términos de función sexual, con mejoría en sus erecciones, que atribuían a haber recuperado sensibilidad en el área genital. En lesiones completas, al menos 3 pacientes varones volvieron a tener eyaculaciones tras el tratamiento, lo que supondría un porcentaje de aproximadamente el 10% de los casos, aunque es posible que este dato no esté suficientemente recogido en nuestros pacientes. En el caso de las mujeres con lesiones completas, en un porcentaje similar nos refirieron que, tras el tratamiento, habían vuelto a tener orgasmos. En el caso de lesiones incompletas, nos resulta más difícil obtener conclusiones, aunque por lo general los pacientes refieren haber obtenido mejorías en mayor o menor grado”, apunta el jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario Puerta de Hierro.
“Consideramos que la técnica está exenta de efectos secundarios”
Los eventos adversos asociados a NC1 han sido mínimos, leves y no atribuidos a la terapia realizada, “por lo que consideramos que la técnica está exenta de efectos secundarios”, afirma el Dr. En estos momentos, el periodo de seguimiento de los primeros pacientes tratados está en torno a los 6 años.
En cuanto a las contraindicaciones, éstas vienen dadas, de acuerdo con la experiencia recogida, por las características morfológicas de la lesión. Para que el tratamiento logre eficacia, se requiere que no haya una sección anatómica de la médula. Por otra parte, existen contraindicaciones relacionadas con el proceso de producción celular. La presencia de alteraciones cromosómicas, o la detección de determinados genes relacionados con el desarrollo oncológico, o bien el antecedente de determinadas enfermedades infecciosas, se consideran actualmente una contraindicación (por seguridad del paciente).
20 años de investigaciones
La Comunidad de Madrid iniciará este año el tratamiento de lesionados medulares a través de la nueva técnica, que ha sido desarrollada íntegramente por profesionales de la sanidad pública madrileña. El presidente del Gobierno autonómico, Ángel Garrido, considera que todo ello convierte “a la sanidad pública de la Comunidad de Madrid en el primer servicio sanitario de Europa” que trata a estos pacientes con terapia celular. “Estamos -subraya Garrido- ante un grandísimo logro de la medicina de vanguardia que muestra la trascendencia que tiene la innovación científica en el bienestar de las personas”. “Son unos resultados prometedores que abren una puerta a la esperanza a las personas y familias que, lamentablemente, sufren las consecuencias de lesiones que les han cambiado la vida drásticamente”, agrega.
La aprobación de la Agencia Española de Medicamentos para llevar a la práctica asistencial la terapia celular llega después de 20 años de investigaciones y la publicación de cuatro ensayos clínicos dirigidos por el Dr. Vaquero. NC1 es el primer medicamento de terapia avanzada y fabricación no industrial autorizado en España para uso hospitalario. Este tratamiento ha podido desarrollarse gracias al apoyo de la Comunidad de Madrid y la colaboración financiera de entidades como la Fundación Mapfre y la Fundación Rafael del Pino. La lesión medular traumática representa uno de los mayores problemas médicos y sociales, ya que, por el momento, no existen terapias efectivas capaces de restablecer las secuelas neurológicas que origina. En España se estima que la paraplejia traumática presenta una prevalencia de en torno a los 50.000 pacientes y muestra una incidencia creciente, que oscila entre los 800 y los 1.000 nuevos casos al año.
La Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de Sanidad, ha priorizado la Estrategia Regional de Terapias Avanzadas, que ya ha puesto en marcha. Esta iniciativa, pionera en España, tiene como objetivo optimizar la utilización de las nuevas terapias a partir de la coordinación y el apoyo de los ámbitos de investigación, formación, asistencia sanitaria y gestión. Se trata de tratamientos que utilizan células, genes o tejidos como medicamentos para abordar enfermedades para las que no existen medicamentos tradicionales.
En los hospitales de la red pública madrileña hay grupos con experiencia acreditada en el desarrollo de terapia celular. En cinco hospitales de la Comunidad madrileña se desarrollan actualmente siete ensayos clínicos con los nuevos medicamentos CAR-T, mientras que otros tres están pendientes de aprobación por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Además, se ha puesto en marcha BioMad, la entidad que agrupa al sector biosanitario público y privado de la Comunidad de Madrid, para potenciar la investigación biomédica en territorio madrileño.
Por su parte, el vicepresidente de Fundación Mapfre, Ignacio Baeza, ha agradecido a todas las personas que han hecho posible que una investigación que empezaron a apoyar hace casi 20 años se haya convertido finalmente en un medicamento de terapia avanzada. Este proyecto, 100% español e impulsado desde la sanidad pública, marca sin duda un hito en la medicina. La presidenta de la Fundación Rafael del Pino, María del Pino, recuerda que su entidad y la Fundación de Investigación Biomédica del Hospital Universitario Puerta de Hierro firmaron un Convenio de colaboración en 2011 para la creación de una cátedra dedicada a la investigación clínica en el ámbito de la lesión medular.