Redacción Farmacosalud.com
Quien sufra una apnea moderada-severa y en términos de peso esté por debajo de la obesidad moderada es el mejor candidato para someterse a una novedosa técnica mínimamente invasiva que puede solucionar dicho problema respiratorio. Un equipo de especialistas del Departamento de Otorrinolaringología y de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra (Pamplona) ha aplicado con éxito, por primera vez en España, este tratamiento. El procedimiento ha beneficiado a dos pacientes con síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) que presentaban por diferentes motivos mala tolerancia al tratamiento convencional mediante CPAP (Presión Continua Positiva en la Vía Aérea) para los casos de apnea severos. La terapia con CPAP consiste en bombear aire bajo presión dentro de la vía respiratoria durante el sueño.
El nuevo tratamiento, basado en la estimulación del nervio hipogloso, se activó el pasado 15 de febrero en los dos primeros pacientes. Tras pasar la primera noche con el dispositivo activado, los dos refirieron no haber sufrido ningún episodio de apnea obstructiva del sueño. Reconocieron además una mejora inmediata de la calidad del sueño y del estado general al día siguiente. El equipo de otorrinolaringólogos de la Clínica que realizaron el tratamiento son los doctores Peter Baptista y Juan Alcalde.
Los candidatos ideales para la terapia deben cumplir unos requisitos
Los pacientes con indicación para esta terapia son aquellos que cuenten con una valoración otorrinolaringológica adecuada. Para ello, es necesario realizarles un estudio endoscópico tanto despierto como dormido, en este caso, de sueño inducido. Según el doctor Baptista, de la Unidad del Sueño del mencionado centro médico, desde un punto de vista otorrinolaringológico en estos pacientes es necesario observar:
a) El colapso de la vía aérea es de un patrón antero-posterior a nivel de la base de la lengua y del paladar
b) No existe obstrucción producida por amígdalas linguales o palatinas
c) Permeabilidad de ambas fosas nasales
Además, serán enfermos a los que se les haya hecho una polisomnografía o estudio del sueño en el que se observe un índice de apnea / hipopnea por debajo de 50 eventos a la hora con pocos eventos centrales. Esto quiere decir que los candidatos al tratamiento padecen “apnea moderada o severa”, explica a www.farmacosalud.com el doctor Baptista.
Por último, el paciente indicado para este procedimiento debe cumplir con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 32. De acuerdo con la Sociedad Española Para el Estudio de la Obesidad (SEEDO)[1], la obesidad de tipo I se sitúa en un IMC de entre el 30’0-34’9, mientras que la obesidad de tipo II es de 35’0-39’9, tipo III (mórbida) de 40’0-49’9 y la tipo IV (extrema) de ≥50. Por lo tanto, se deduce que la técnica de estimulación del nervio hipogloso está indicada para personas con obesidad leve (tipo I) o con un peso inferior a este parámetro.
Baptista matiza que los pacientes con IMC>32 (mayor de 32, o sea, obesidad moderado-severa y mórbida-extrema) “pueden beneficiarse” del procedimiento, “pero quizás no se consiga una mejoría total de su situación, es decir, la curación”. La razón de ello es que “la grasa se acumula no solamente a nivel del abdomen, sino también en el cuello, la lengua y el paladar… y cuanto mayor IMC, mayor cantidad de grasa por lo general”, comenta. “Sin embargo -añade el facultativo-, el IMC no es el mejor marcador porque existen pacientes con una gran musculatura y poca grasa que tienen un Índice elevado”.
El 4% de la población adulta, afectada de apnea obstructiva del sueño
La apnea obstructiva del sueño es una alteración respiratoria que se produce por la obstrucción intermitente y repetitiva de la vía aérea superior durante el sueño. Dicho bloqueo origina una interrupción completa (apnea) o parcial (hipopnea) del flujo aéreo. Este síndrome afecta a alrededor de un 4% de la población adulta, según estudios epidemiológicos internacionales. En unas declaraciones difundidas por la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Baptista describe la apnea obstructiva del sueño como un síndrome “que abarca diferentes síntomas”. En concreto, esta alteración se produce debido a un colapso de la vía aérea superior, producido a menudo “por la flacidez de los tejidos” o por otras causas, como la obesidad, “ya que si se acumula grasa en el cuello, ésta tiende a ejercer presión en la vía aérea”.
También puede deberse a “alteraciones anatómicas” que pueda presentar el paciente, entre las que destacan “la existencia de unas amígdalas grandes”, “base de lengua muy grande”, o alteraciones óseas, etc. La obstrucción nasal es un factor que contribuye pero que no produce directamente apneas. Entre los principales síntomas que enumera Baptista en la apnea obstructiva del sueño figuran los ronquidos: “Cuanto más fuertes sean, más posibilidad se tiene de tener apnea”. Añade la somnolencia diurna excesiva, la pérdida de memoria y los trastornos cognitivos, entre los principales signos del trastorno.
El nuevo tratamiento aplicado a estos dos primeros pacientes se basa en la estimulación eléctrica del nervio hipogloso. Se trata del nervio encargado del movimiento de la lengua. Su localización se extiende desde el cráneo hasta el borde lateral de la lengua. La estimulación de este nervio pretende impulsar hacia adelante la base de la lengua y el paladar del paciente. De este modo, se impide el bloqueo de la vía aérea que se produce en los casos de apnea, permitiendo así la entrada de aire durante el sueño. Según el doctor Juan Alcalde, “se trata de un procedimiento muy efectivo que, además, permite una rápida incorporación del paciente a sus actividades diarias, prácticamente al día siguiente de la intervención”.
El paciente activa el dispositivo con un mando cada noche, al acostarse
El procedimiento consiste en la implantación subcutánea, en la zona anterior del tórax, de un estimulador similar a un marcapasos, al que se conecta un sensor. A su vez, el cable del sensor se introduce, mediante pequeña incisión, en la pared del tórax donde detecta la inspiración. Es entonces cuando el sensor envía una señal al estimulador, desde el que se emite una descarga que llega, a través de un cable, hasta el nervio hipogloso. De este modo, se estimulan los músculos de la base de la lengua y el paladar hacia adelante abriendo la vía aérea y facilitando la respiración normal. “Gracias a esa apertura, la vía respiratoria queda desbloqueada y el aire entra con normalidad en cada inspiración”, apunta el especialista. Destaca, además, la existencia de estudios científicos sobre este procedimiento, “en los que se comprueba la inexistencia de daño alguno para el nervio hipogloso años después de la técnica”.
El paciente requiere tan solo 24 horas de ingreso hospitalario. La activación del dispositivo la realiza el propio paciente, todas las noches mediante un mando, al irse a dormir. Al cabo de 30 minutos, el dispositivo comienza a actuar.
Habla un paciente sometido a la terapia: “He mejorado mucho desde el primer día”
Robert Hahn, empresario propietario de siete establecimientos de hostelería y con más de 300 empleados a su cargo, ha derrochado siempre una incesante actividad. Este norteamericano de 47 años, afincado en Sevilla, fue alertado ya hace tres años por su mujer de los episodios de apnea obstructiva del sueño que sufría todas las noches. A pesar de su ajetreada vida profesional y deportiva -sesiones diarias de gimnasio y gran aficionado a la caza-, cuando Robert acudió al especialista de la Clínica Universidad de Navarra y le confirmó el diagnóstico de apnea obstructiva del sueño, comenzó a relacionar lo que le ocurría. Se dio cuenta de que sus despertares nocturnos, llenos de intranquilidad y desasosiego -“me agobiaba tanto que incluso tenía fobia de volverme a dormir”-, respondían a los síntomas propios de este trastorno respiratorio. El empresario indagó sobre la enfermedad y se enteró de que “puedes llegar a sufrir una muerte súbita debido a la falta de respiración, e, incluso, parada cardiaca de día debido al cansancio. Cuestiones que mientras uno es joven no las nota. Todo esto me preocupaba mucho”.
De cualquier modo, hace tres años le ofrecieron tratarse la apnea obstructiva del sueño con la terapia convencional para los casos severos, el CPAP. Consiste en colocarse una mascarilla durante la noche que emite aire a presión continua en la vía aérea, de manera que facilita la respiración. Sin embargo, Robert declinó esta posibilidad por las molestias que pudiera ocasionar tanto a él como al sueño de su mujer. Hasta que a finales del año pasado, el doctor Baptista le informó del nuevo tratamiento de estimulación del nervio hipogloso. Enseguida aceptó pasar por el quirófano para que le realizaran la intervención mínimamente invasiva, necesaria para implantar el estimulador. “Lo cierto es que de la intervención ni te enteras. Todo fue perfecto. Siempre estuve en muy buenas manos”.
El norteamericano relata las deficiencias habituales de su sueño antes del nuevo tratamiento y las principales diferencias a raíz del implante del estimulador: “He mejorado mucho desde el primer día. Para empezar, ahora puedo dormir de un tirón 6, 7 u 8 horas, algo que antes era impensable. Dormía 3 horas y, a veces, me despertaba a la media hora de haberme dormido”, asegura. En cuanto a los principales beneficios que ha notado a raíz de la implantación del estimulador, Robert Hahn destaca que “en general, me noto más fresco durante el día. Desde que me activaron el estimulador duermo francamente bien. Desarrollo todas las actividades mejor y con más ganas, estoy de mejor humor y no tengo cambios de carácter. Al final, esto es salud. He vuelto a tener una actividad tremenda”.
Referencias
1. Rubio M.A., Salas-Salvadó J., Barbany M., et al. ‘Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica’. Rev Esp Obes 2007; 7-48. (Difundido online por la Sociedad Española de Nutrición)