Redacción Farmacosalud.com
Ante el reto social y económico que supone el progresivo envejecimiento de la población, el proyecto MIES se presenta como una herramienta estratégica para gestionar eficientemente este fenómeno demográfico. MIES pretende concebir y desarrollar una plataforma no invasiva y tecnológicamente avanzada para supervisar y evaluar las funciones ejecutivas de las personas mayores alojadas en residencias geriátricas. Dicho de otra forma, la aplicación de tecnologías durante las pruebas clínicas permitirá disponer de medidas objetivas para evaluar la capacidad física y cognitiva de los pacientes. Una información de gran valor para establecer medidas que prologuen la autonomía de los mayores y faciliten un envejecimiento lo más saludable posible.
El proyecto MIES es una colaboración público-privada que tiene un plazo de ejecución de 36 meses y un presupuesto de 1,94 millones de euros. El Instituto de Investigación Sanitaria Marqués de Valdecilla (IDIVAL), la Universidad de Cantabria (UC), a través de su Grupo de Ingeniería Fotónica (GIF-UC), y Ámbar Telecomunicaciones conforman el consorcio de este planteamiento innovador, cuya materialización supondrá la contratación de 26 profesionales.
Triple impacto
A pesar de estar en una fase inicial, MIES tiene el propósito de transformar los actuales modelos para el seguimiento y atención de las personas mayores. Si el proyecto consigue validarse con éxito en la Residencia San Cándido de Santander, se espera generar un triple impacto. En el ámbito sanitario y económico, contribuirá de manera notable a mejorar la calidad de vida de los ancianos y a aliviar el estrés del sistema sanitario. La posibilidad de supervisar la rutina diaria de personas que viven en entornos controlados reducirá la necesidad de pruebas presenciales y permitirá ofrecer un servicio de más calidad con el mismo volumen de recursos. Según las estimaciones de MIES, los costes de seguimiento actuales se podrían reducir en más de un 50%.
Además, desde una perspectiva social, las herramientas propuestas para la detección precoz y la mitigación de deficiencias físicas o cognitivas generarán bienestar en los pacientes y prolongarán su autonomía. Una afirmación que se sustenta sobre la previsión de una notable reducción del riesgo de caídas, la preservación durante más tiempo de funciones cognitivas y la contribución a la hora de mejorar tanto la salud ósea como las funciones musculares de los residentes.
Finalmente, desde el punto de vista científico, demostrará que es posible utilizar recursos tecnológicos para proporcionar información objetiva para la evaluación y estimulación de las funciones físicas y cognitivas utilizando actividades gamificadas. Así, se contribuirá al estado del arte del conocimiento, aportando un conjunto de herramientas que, una vez validadas por la comunidad científica internacional, podrían convertirse en estándar para la detección temprana de la fragilidad en diferentes niveles, así como del deterioro cognitivo.
Sensores en pulsadores, piezas para ensamblar o tarjetas de juego
Uno de los puntos de innovación más importantes del proyecto MIES es el uso de técnicas de gamificación durante las actividades para facilitar una evaluación no invasiva. La implementación de sensores en elementos como pulsadores, piezas para ensamblar o tarjetas de juego permite controlar al paciente en segundo plano y elimina el sesgo introducido en escenarios clínicos. Así se podrán obtener mediciones objetivas sobre aspectos como la atención, la velocidad motora, la memoria visual o la fuerza.
La capa tecnológica que complementa estas pruebas resulta fundamental en el carácter disruptivo del proyecto. Aunque el primer paso es poder medir diferentes aspectos relacionados con la salud de cada persona, la capacidad tanto de comunicar, como de gestionar, almacenar e interpretar dichos datos es básica. Así, se crearán interfaces que faciliten la integración de datos de distinta naturaleza y sean amigables para el personal sanitario.
La información se presentará al personal sanitario de manera cómoda y dentro de un sistema interoperable que ofrece los datos requeridos para la atención del paciente. En ese sentido, al reconocer los patrones que rigen en estos procesos asistenciales, se puede realizar una gestión más eficiente de los recursos. Además, para garantizar el procesamiento y el almacenamiento seguro de la información, la plataforma contará con una arquitectura escalable y eficiente, basada en tecnologías cloud.
El proyecto MIES pretende convertirse en una herramienta de referencia para gestionar el reto del envejecimiento de la población. No en vano, se prevé que el número de personas mayores de 80 años en España aumente de 2,99 millones en 2020 a 5,78 millones en 2050 (alrededor de un 3% de tasa de crecimiento anual).
Si el reto principal del siglo pasado fue la supervivencia, el del siglo XXI será el de la calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el envejecimiento implica un declive gradual de las capacidades físicas y mentales debido a la acumulación de daños celulares y moleculares a lo largo del tiempo. Esta circunstancia afecta a la salud y merma la calidad de vida de los ancianos. Del mismo modo, en muchas ocasiones, conduce a una pérdida de capacidad para desenvolverse de forma autónoma. El objetivo de todas las medidas establecidas para paliar la dependencia es mantener la capacidad funcional a medida que se envejece, evitando el umbral de la discapacidad. Un propósito para el que esta plataforma supondrá un paso adelante.