Redacción Farmacosalud.com
Vall d'Hebron (Barcelona) es el primer hospital de España que realiza una cirugía de osteointegración en un solo tiempo a pacientes amputados de la extremidad inferior. La osteointegración se basa en la capacidad de las células óseas para adherirse a una superficie metálica. En Vall d’Hebron, mediante una única cirugía (y no en dos cirugías, como en el resto de los centros) se inserta un implante de metal poroso en el hueso remanente de la extremidad amputada, que sale al exterior a través de un orificio en la piel del muñón (estoma), donde se fija la extremidad artificial a través de un conector universal.
Gracias a la osteointegración, que tuvo como primera aplicación clínica los implantes dentales, los pacientes amputados pueden prescindir del encaje tradicional, la parte extraíble de la prótesis que la conecta al muñón. “Con el implante de osteointegración, la calidad de vida de los pacientes amputados mejora radicalmente: caminan más y mejor, prescinden del encaje y de sus complicaciones asociadas y, como la prótesis va unida directamente al hueso, la integran en su cuerpo de una forma más natural, recuperando la osteopercepción o capacidad de identificar sensaciones a través de la prótesis”, explica el Dr. Pablo Corona, cirujano ortopédico de la Unidad de Patología Séptica y Cirugía Reconstructiva del Aparato Locomotor de Vall d’Hebron.
Ajuste perfecto de la pierna artificial
La osteointegración supone un ajuste perfecto de la pierna artificial, ya que el conector va anclado directamente al esqueleto del paciente. Esto proporciona una mayor estabilidad y control y minimiza la energía necesaria para desplazarse, haciendo la marcha mucho más fisiológica. Vall d’Hebron ha implantado este tipo de prótesis a tres pacientes amputados transfemorales a causa de accidentes de tráfico y que tenían dificultad de adaptación al encaje tradicional.
Por primera vez en España, la cirugía se ha realizado con un protocolo de un solo tiempo quirúrgico, en vez de colocar primero el implante y, una vez conseguida la osteointegración, realizar una segunda cirugía en la que se externaliza el implante que irá conectado a la prótesis. “Los pacientes amputados se recuperan antes con una sola cirugía, al día siguiente ya empiezan el proceso de rehabilitación —explica el Dr. Corona—. Se trata de una cirugía pionera en España, procedente del Macquarie University Hospital de Sidney, que va acompañada de un estricto programa de rehabilitación y que ha dado unos resultados espectaculares en cuanto a la movilidad y a la recuperación de los pacientes, con una disminución de las complicaciones asociadas”.
Reaprender a caminar en rehabilitación
“El objetivo de la rehabilitación después de una cirugía de osteointegración es que el paciente mejore su calidad de vida gracias a una mejor tolerancia a la prótesis y a una mejor habilidad y capacidad para desplazarse. Para ello, el tratamiento rehabilitador facilita que el paciente se adapte a una nueva manera de usar su prótesis y de caminar respecto a cuando llevaba la prótesis tradicional”, añade la Dra. Almudena Crespo, del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación de Vall d’Hebron.
Con la prótesis osteointegrada, el paciente amputado vuelve a sentir la carga del cuerpo a través del hueso del muñón, en vez de en la pelvis como sucedía con un encaje tradicional. “El programa de rehabilitación tiene como objetivo instruir al paciente en un nuevo patrón de marcha, que el paciente vaya aumentando de forma gradual la carga del cuerpo sobre la prótesis y reaprenda cómo gestionar sus nuevas percepciones a través de su pierna amputada”, expone la Dra. Crespo.
Entre seis y ocho semanas después de la cirugía de osteointegración, el paciente vuelve a caminar con la prótesis osteointegrada. Al finalizar el programa de rehabilitación, que dura aproximadamente seis meses, “los pacientes con prótesis osteointegradas han mejorado de forma notable su capacidad funcional de desplazamiento”, apunta la Dra.
Más de un 30% de los amputados femorales no pueden llevar el encaje tradicional. Los problemas más comunes son el calor local y la sudoración del encaje protésico, úlceras o irritación cutánea, incapacidad para caminar en espacios abiertos o rápidamente y el dolor residual en la extremidad. Además, el muñón es un órgano dinámico, que puede atrofiarse con el tiempo o bien aumentar de volumen debido al calor o el incremento de peso del paciente, lo que dificulta el acople con el encaje tradicional. “Con el implante de osteointegración evitamos el encaje tradicional, lo que supone una gran mejoría para los pacientes con amputación en las dos piernas, la gran mayoría de los cuales acaban confinados a una silla de ruedas debido a la gran dificultad que les supone desplazarse”, apunta el Dr. Corona. La forma de caminar, mucho más fisiológica con la prótesis osteointegrada, aumenta además la sensación de integrar la prótesis en el esquema corporal y contribuye al bienestar de estos pacientes.