Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Universitario de Igualada (Igualada, en Barcelona) es el primer centro hospitalario de España que logra una monitorización constante de las posiciones y movimientos de los pacientes de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), gracias a unas camas de última generación que transmiten esa información en tiempo real al control de Enfermería. “Esta nueva tecnología permite, en tiempo real, la transmisión de la monitorización de la posición del enfermo al control de Enfermería. Esto supone un paso adelante en concepto de seguridad del paciente y permite humanizar la atención que ofrecemos a las personas ingresadas en la unidad”, afirma Tijana Postic, directora de Enfermería del Hospital de Igualada.
“Hablamos de humanización porque esta monitorización constante de las posiciones y movimientos permite, por un lado, reducir las entradas a las habitaciones, con lo cual facilitamos el descanso de los pacientes, y, por otro, racionalizar el uso de las barandillas y disminuir el uso de las contenciones mecánicas para prevenir el riesgo de caídas, ya que el sistema dispone de un sistema de alerta que se activa cuando el usuario se levanta de la cama”, expone Postic.
Control del peso, la inclinación del respaldo…
Aparte de dar información sobre posición y movimientos, las camas inteligentes aportan también otro tipo de datos, como por ejemplo el control del peso del paciente (dato importante en las Unidades de Críticos), el tiempo que el enfermo pasa en la cama, o la inclinación del respaldo para poder ajustarla a la patología y necesidades de cada sujeto. Según la experta, “todos los datos pueden ser almacenados y exportados para su posterior análisis, lo que posibilita evaluar su indicación y hacer propuestas de mejora en el proceso de atención al paciente”.
Además, tal y como se ha apuntado anteriormente, si el usuario de la UCI se levanta -ya sea cuando debe o cuando no debe- la cama inteligente dispone de un sistema de alerta que notifica al control de Enfermería esta acción, de modo que se recibe un aviso en tiempo real para poder incidir de manera inmediata en caso de que el paciente realice algún movimiento que no le conviene por su estado de salud. “Este tipo de innovaciones nos permiten ser menos invasivos en la atención a la persona ingresada”, comenta Postic.
Colchones avanzados para camas inteligentes
Las camas inteligentes, asimismo, van asociadas a unos colchones tecnológicamente avanzados. En concreto, la UCI del Hospital de Igualada dispone de 2 tipos de colchones para poder ofrecer a cada paciente el que más le convenga en función de su estado: los de aire y los viscoelásticos. “Estos colchones se adaptan perfectamente a sus necesidades, y no sólo a las necesidades individuales de cada persona, sino a las distintas necesidades del mismo paciente durante su proceso de curación. Permiten distintas modalidades de programación que se ajustan al usuario en cada momento (según patología, peso, movimientos etc.), lo que a su vez se traduce en mayor confort y seguridad”, señala.
Por otro lado, estas camas inteligentes ayudan a evitar lesiones de encamado prolongado (úlceras por presión, o sea, cuando la piel y tejidos rozan durante mucho tiempo seguido contra una superficie). “Dado que el colchón se adapta al peso y a los movimientos de los pacientes mientras están encamados, se modulan las presiones sobre las zonas de riesgo y se regula la humedad, evitándose de esta manera lesiones en la piel y la aparición de úlceras por presión”, detalla Postic. En caso de parada cardiorrespiratoria, el lecho cuenta con un modo de reanimación cardiopulmonar, mediante el cual la cama se coloca automáticamente en modo de reanimación y el colchón se desinfla para poder hacer un masaje cardiaco de alta calidad.
Se estudia extender la nueva tecnología a la Unidad Geriátrica de Agudos
Estos dispositivos avanzados también facilitan la operación de levantar y acostar al paciente, es decir, la cama se levanta o baja en función de la necesidad de cada momento y no hay que ir regulando manualmente cada vez la altura de la cama. En paralelo -precisa la especialista-, el profesional de Enfermería tampoco tiene que hacer esfuerzos físicos repetidos para acompañar al enfermo en la maniobra de levantarse o acostarse: “las camas nos facilitan las movilizaciones de los pacientes y evitan o disminuyen los esfuerzos físicos de los profesionales que los atienden. El hecho de que los colchones vayan ajustando la presión ejercida no elimina, pero sí disminuye, la cantidad de cambios posturales que se requieren”.
“Este tipo de camas y colchones ya están en la mayoría de las UCI de los hospitales españoles… lo novedoso de nuestro centro y lo que aporta valor con respecto a otras unidades es la posibilidad de la transmisión de los datos en tiempo real al control de Enfermería, y el impacto que ello tiene en referencia a la seguridad del paciente y la humanización del proceso. A nivel interno, desde el Consorci Sanitari de l’Anoia [Consorcio Sanitario de Anoia] actualmente estamos estudiando este modelo para extenderlo a otras áreas de hospitalización con un perfil de pacientes que podría beneficiarse de esta tecnología, como es la Unidad Geriátrica de Agudos”, concluye Postic.