Redacción Farmacosalud.com
Conducir un automóvil o vehículo bajo altas temperaturas puede provocar sudoración en el organismo humano, con grandes pérdidas de agua y electrolitos. Incluso en un coche con aire acondicionado, pueden darse pérdidas de agua corporal en un viaje prolongado. Mantener una hidratación adecuada durante la conducción es de gran importancia, porque incluso con una leve deshidratación (pérdida del 1% del agua corporal) ya se reduce el rendimiento físico y cognitivo y puede haber afectaciones en la termorregulación y la función cardiovascular, según indican fuentes del European Hydration Institute.
Con mayores deficiencias de hidratación ya se producen dificultades de concentración, dolores de cabeza, somnolencia e irritabilidad. Cabe recordar que, en ciertas fechas del período estival, en las carreteras españolas se registran millones de largos desplazamientos en vehículos a motor. La proximidad del final del mes de julio y el inicio del mes de agosto son algunas de esas fechas. Se calcula que en un clima templado como el mediterráneo el organismo humano pierde cada día de 2 a 3 litros de agua, sobre todo en forma de sudor. Esta pérdida es aún mayor cuando el cuerpo se expone a altas temperaturas.
Líquido para reducir la fatiga al volante
Los expertos recomiendan a los conductores de vehículos ingerir bebidas (por supuesto, no alcohólicas) durante el viaje, ya que puede ayudar a reducir la fatiga. También es importante conocer las necesidades de hidratación propias y ajustarlas a las circunstancias. Asimismo, se aconseja parar cada dos horas para ingerir líquidos y estirar las piernas.
Cabe recordar que, de acuerdo con los expertos en nutrición, para mantener un correcto nivel de hidratación habría que beber agua y otros líquidos diariamente y a lo largo del día, sin esperar a tener sensación de sed. Tampoco cabe olvidar que no todo es ingerir directamente líquido, puesto que los alimentos también aportan agua: por ejemplo, la sopa y muchas frutas contienen hasta un 95% de líquido-elemento, hasta un 65% en varias clases de carnes y hasta un 60% en el caso del queso.