Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y del Adolescente (ESCAP) ha publicado la ‘Guía práctica para el autismo de ESCAP. Resumen de las recomendaciones basadas en la evidencia para su diagnóstico y tratamiento’, el primer documento práctico y clínico sobre este trastorno. Uno de los apartados de la guía incide en los ambientes sensorialmente cargados, como pueden ser, por poner unos ejemplos, los ruidos procedentes del tráfico, el bullicio de una multitud, las conversaciones en voz alta de varias personas, la presencia de una luminosidad muy potente, etc. Escenarios así son “altamente estresantes” para estos pacientes, quienes presentan “alteraciones sensoriales muy importantes” como umbrales de tolerancia al ruido “muy disminuidos”, por lo que el nuevo documento apuesta por tomar medidas encaminadas a evitar que los ambientes sensorialmente cargados perjudiquen el desempeño escolar y laboral de los sujetos con autismo, explica la Dra. Amaia Hervás, coautora de la guía y jefa clínica del Servicio de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Universitario MútuaTerrassa (Terrassa, en Barcelona).
A nivel laboral, poner en práctica determinados estímulos y seguir unas mínimas pautas a la hora de dar instrucciones a las personas con autismo, recomendaciones todas ellas a menudo “muy fáciles de seguir”, son medidas que ayudan muchísimo a estos individuos a lograr la integración y el progreso en el ámbito profesional, según viene a decir la Dra. Hervás. Si no se cumplen esos requisitos ambientales, puede que la misma persona con autismo “fracase totalmente en el mismo puesto de trabajo”, advierte.
Detección en diferentes edades, evaluación conductual, programas de intervención efectivos…
Entre los otros aspectos que aborda el manual del ESCAP, destacan los siguientes:
• Especificación de los instrumentos recomendados para el cribaje y detección del autismo en diferentes edades (niños muy pequeños, adolescentes y adultos). “Sabemos que el autismo aparece en todas las edades. Por lo tanto, en ocasiones se diagnosticará en la etapa adulta porque no se ha diagnosticado durante la infancia”, algo que es muy frecuente en sujetos con buena capacidad para el lenguaje, revela la especialista.
• Concreción de los mínimos criterios diagnósticos a aplicar en caso de no disponer de un instrumento de evaluación diagnóstica estandarizado. Es decir, se trata de determinar qué síntomas de autismo hay que observar, qué otras alteraciones de conducta o emocionales hay que evaluar, qué mínimos procedimientos médicos y genéticos hay que tener en cuenta para identificar posibles etiologías asociadas al autismo, etc.
• Identificación de los diferentes programas de intervención que han demostrado ser efectivos. A este respecto, la formación de los padres y los profesionales de la enseñanza es vital cuando se habla de autismo en edades pediátricas. Asimismo, la guía recomienda programas terapéuticos para la estimulación del lenguaje expresivo y la comunicación.
Se trata de la primera vez que la Junta Directiva de la ESCAP -institución que reúne a más de 30 países europeos- avala y publica una guía de esta envergadura y trascendencia. El nuevo documento pretende difundir información que pueda adoptarse para su uso en la práctica clínica habitual en toda Europa. También trata de presentar a los médicos y educadores un asesoramiento sobre criterios básicos que redunden en unas buenas prácticas para la evaluación y el tratamiento. La guía, que ya ha sido publicada en inglés y se ha traducido al francés y al castellano, intenta además poner orden en relación al abordaje del autismo, ya que, médicamente hablando, hasta ahora en Europa ha existido “una enorme variabilidad en los procedimientos de su detección, diagnóstico y tratamiento”, remarca Hervás.
La atención al autismo en España, muy dispar en función del lugar de residencia
Actualmente, en Europa hay una mayor conciencia sobre la prevalencia del Trastorno del Espectro Autista, que ya se reconoce como una variación heterogénea del neurodesarrollo que persiste toda la vida (y no sólo como un trastorno infantil). Los servicios para las personas con autismo son muy diferentes en función de los países europeos, si bien en la mayoría de ellos la disponibilidad de tales recursos es limitada. Por este motivo, en 2018 la ESCAP identificó la necesidad de crear un documento de Orientación Práctica, especialmente concebido para las personas de áreas más desfavorecidas, y de este propósito ha salido el nuevo manual. Además de la Dra. Hervás, firman como autores de la guía los Drs. Joaquín Fuentes, especialista en Psiquiatría infanto-juvenil, y Patricia Howlin, Profª emérita de Psicología clínica infantil.
En España, la disponibilidad de servicios para las personas con autismo es también muy dispar, dependiendo de la comunidad autónoma (CCAA) o del núcleo de población en el que se viva. Según Hervás, en núcleos más pequeños a menudo las asociaciones de familiares o de padres de pacientes han desarrollado (junto a profesionales específicamente formados pero no dependientes de las redes de salud o educativas) recursos propios para atender a sus hijos. Esto se ha visto en zonas de Euskadi, Castilla-León, Andalucía o Galicia. “En cambio -prosigue-, en CCAAs como Catalunya la atención al autismo, dentro de lo que es el servicio público, va incorporada a lo que son dispositivos más generales de atención, como pueden ser los equipos de atención precoz, que atienden a niños menores de 5 años, los dispositivos de salud mental infanto-juvenil, o los dispositivos para el adulto”.