Redacción Farmacosalud.com
El proceso farmacoterapéutico en pacientes oncohematológicos resulta altamente complejo, ya que en él intervienen numerosas actuaciones sucesivas que implican la interrelación de diferentes profesionales sanitarios. En todo este proceso existe el riesgo de que se produzcan errores que repercutan en la seguridad del paciente. Con el fin de minimizar los posibles errores que puedan surgir, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha elaborado, en colaboración con la compañía biotecnológica Celgene, la ‘Guía para la mejora de la seguridad del proceso farmacoterapéutico antineoplásico en pacientes oncohematológicos’, que se distribuye durante la celebración del 60 Congreso Nacional de la SEFH, que entre el 10 y el 13 de noviembre tiene lugar en Valencia. Así pues, el documento tratar de aumentar las garantías en el ámbito de los tratamientos oncohematológicos, lo que sin duda tiene que repercutir positivamente en el enfermo.
En este sentido, varias publicaciones internacionales han acuñado el término ‘Lean Oncology’ definido como una metodología de atención y tratamiento a los pacientes oncológicos. Tal y como explica el presidente de la SEFH, el doctor José Luis Poveda, “este concepto consiste en la simplificación de los procesos, la estandarización de los mismos y la detección y eliminación de residuos, centrándose siempre en los pacientes. En esta línea, surge nuestra guía con el objetivo de analizar todos los pasos y redactar una serie de recomendaciones para la utilización segura de los antineoplásicos”.
Un total de 11 autores y dos colaboradores han participado en la elaboración de este manual, en el que se recogen pautas y consejos específicos referentes a la prescripción de medicamentos, su dispensación, preparación y su administración, así como al registro y seguimiento de los efectos adversos. Con el fin de mejorar la eficiencia, en la guía se recogen también nuevas estrategias de gestión del proceso farmacoterapéutico oncológico basadas en la eliminación de pasos que no aportan un valor añadido.
Innovaciones terapéuticas en oncohematología
Por otra parte, el doctor Francesc Bosch, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, y participante en el simposio ‘Cambiando Paradigmas en Neoplasias Linfoides’, organizado recientemente por Janssen, valora positivamente los avances en el abordaje terapéutico de su especialidad, la Leucemia Linfática Crónica (LLC), de la que en España se diagnostican 1.800 casos al año, y explica que ahora “estamos ante fármacos dirigidos, es decir, medicamentos no quimioterápicos, y que por tanto no tienen los efectos secundarios de la quimioterapia que estábamos usando hasta el momento”.
Según precisa Bosch, “estos medicamentos se están utilizando en pacientes no tratados previamente y con ciertas alteraciones genéticas que nos hacen suponer que no van a responder al tratamiento quimioterápico, y también están indicados como tratamiento después de haber recibido quimioterapia”. “No obstante- añade- “lo importante es que hay un grupo de pacientes" a los que ahora se puede atender y que "antes no podíamos tratar porque no teníamos nada”. Los 250 asistentes al simposio han tenido también acceso a los resultados de las investigaciones de otros expertos en Linfoma de Células del Manto y Macroglobulinemia de Waldenström, que junto al doctor Bosch, dedicaron un apartado a la exposición de datos recogidos en estudios basados en ibrutinib, un fármaco dirigido, de administración oral, y que ha demostrado tasas de eficacia, tolerabilidad y seguridad satisfactorias.
La reparación de los daños en el ADN
El estudio de los mecanismos de reparación de los daños en el ADN constituye la línea de investigación más prometedora de cara al desarrollo de nuevos tratamientos oncológicos, tal y como destacan los investigadores que trabajan en este área. La relevancia de esta nueva línea de investigación se ha confirmado con el fallo de los Premios Nobel 2015, que han reconocido en la categoría de Química el trabajo de los investigadores Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar en el área de la reparación genética. La Real Academia Sueca de las Ciencias ha mencionado en su fallo al fármaco olaparib (desarrollado por la compañía biofarmacéutica AstraZeneca) como ejemplo de la aplicación de este descubrimiento.
Entender el mecanismo del proceso de reparación del ADN ha constituido el objetivo de la investigación premiada. “El ADN está expuesto a un daño continuo que puede ser provocado tanto por reacciones endógenas como por agentes exógenos. Estos daños son reparados meticulosamente por unos mecanismos que son específicos para cada tipo de daño y que aseguran la ‘fidelidad’ de la información genética”, explica la Dra. Ana Osorio, investigadora del Grupo de Genética Humana del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). La deficiencia en los sistemas de reparación del ADN puede suponer una oportunidad de cara al tratamiento, una vez que el tumor se ha desarrollado. “Muchos de los tratamientos oncológicos actuales van dirigidos precisamente a dañar el ADN de las células tumorales y algunos a inhibir ciertos sistemas de reparación del ADN. Es, por tanto, muy importante seguir investigando en la detección de estas ‘deficiencias’ en la reparación del ADN que puedan hacer que ciertos tumores sean más sensibles a determinados tratamientos”, concluye la científica del CNIO.