Redacción Farmacosalud.com
La guía ‘Con(vivir) con la ansiedad’ destaca la acción de un ansiolítico de origen natural como una de las opciones para combatir este trastorno en sus formas leves-moderadas. Así, según el documento, para cubrir la necesidad de tratar la ansiedad con un producto ‘que sea eficaz’ y a su vez ‘seguro (evitando los posibles efectos secundarios de los tratamientos químicos), se han lanzado recientemente al mercado terapias de origen natural', como es el caso de un producto sanitario que lleva como principio activo Silexán. “Los fitofármacos o medicamentos cuyos ingredientes activos se producen a partir de plantas se han convertido en un tratamiento contrastado que ayuda a los pacientes a tratar la ansiedad de una forma segura”, indica la Dra. Inés López-Ibor, especialista en Psiquiatría, Profª titulada de la Universidad Complutense de Madrid y autora del prólogo de la guía.
Diversas sociedades científicas llevan tiempo advirtiendo acerca del uso inadecuado de ciertos fármacos, concretamente, las benzodiazepinas, que deben ser prescritas durante un máximo de 2-4 semanas, si bien muchos pacientes reciben prescripciones de tales medicamentos durante años, según se puede leer en un comunicado de Schwabe Farma Ibérica, la compañía que lanza el nuevo tratamiento.
Un aceite esencial de Lavandula angustifolia
El principio activo del nuevo producto sanitario es Silexán, un aceite esencial de Lavandula angustifolia "que ha demostrado su eficacia ansiolítica, en mayores de 18 años, con más de 15 ensayos clínicos en los que también se ha confirmado su buen perfil de seguridad, de forma que no produce sedación, dependencia, ganancia de peso ni disfunción sexual, lo que lo convierte en una opción muy adecuada para pacientes con ansiedad leve-moderada”, describe Luis Herrera, director médico de dicha compañía.
De venta en farmacias sin necesidad de receta médica e indicado para mayores de 18 años de edad, este tratamiento destaca por su ‘perfil de seguridad y su cómoda posología (una vez al día)’, según se lee en la guía. En los ensayos clínicos, "ha demostrado tener una eficacia ansiolítica superior a la del placebo y similar a la de fármacos ansiolíticos de prescripción, necesitando entre 1 o dos semanas para conseguir su efecto ansiolítico completo. También mejora otros aspectos importantes en pacientes con ansiedad como son el nerviosismo, la intranquilidad y la depresión acompañantes; tras 4-6 semanas de tratamiento, hay una mejoría del insomnio y también de los síntomas físicos acompañantes como dolores de cabeza, dolores de espalda, problemas digestivos…”, asegura Herrera en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Hasta un 70% de los deportistas han sufrido ansiedad en algún momento de su vida
En paralelo, este laboratorio ha presentado el estudio ‘Deporte y Ansiedad’ para entender la incidencia de la ansiedad entre las personas que practican ejercicio físico. Según datos del informe -realizado con una muestra de 1.670 personas-, el 70% de los deportistas han sufrido este trastorno en algún momento de su vida. Si bien es cierto que mantener unos hábitos de vida saludables puede ayudar a prevenir este tipo de enfermedades, también hay que recordar que la ansiedad puede aparecer en cualquier etapa de la vida, en todas las clases sociales y por diversas causas, incluso en individuos que practican deporte habitualmente. Y es que este tipo de trastorno se encuentra entre las afecciones mentales más comunes, siendo muchos los factores que pueden intervenir en su desarrollo (factores genéticos, ambientales, rasgos de personalidad, etc).
El deporte aporta grandes beneficios a la salud tanto a nivel físico como mental. Por ello, en esta sociedad en la que se experimentan ritmos de vida frenéticos y cada vez más exigentes, es necesario dedicar un tiempo a hacer ejercicio y cuidar cuerpo y mente. No obstante, la ansiedad tiene origen multifactorial y termina afectando a todo tipo de personas. De acuerdo con el estudio, este trastorno también impacta en un alto porcentaje de sujetos que practican deporte.
Lo que se ha pretendido hacer mediante la nueva investigación es profundizar en esta problemática buscando ofrecer un punto de vista positivo con el que ayudar al segmento de población afectada a entender e identificar el problema, y desestigmatizar la patología. Según dicho trabajo, las situaciones que mayor ansiedad generan en los deportistas son el exceso de trabajo (40%), la incertidumbre (38%) y los problemas económicos (32%). Problemas, por cierto, que se han intensificado desde la llegada de la crisis del COVID-19 y su impacto en la práctica de deporte por las múltiples restricciones.
Dificultad para conciliar el sueño, tristeza, nerviosismo…
Como desencadenantes de la ansiedad, la encuesta reveló que una de las principales problemáticas era la dificultad para conciliar el sueño, alteración que afectaba hasta a un 65% de los encuestados y en mayor medida a las mujeres (70% vs. 60% hombres). Asimismo, se suman otros efectos, con mayor prevalencia desde el inicio de la pandemia, como la tristeza (58%) o el estado de nerviosismo (51%), entre otros.
A la hora de atajar la ansiedad, el 60,4% de los deportistas que la han sufrido aseguran no haber recibido atención psiquiátrica o psicológica. “La ansiedad es una enfermedad silenciosa que tiene un gran impacto en la calidad de vida de la persona que la padece. Por ello, no debemos normalizar el problema ni restarle importancia. Es fundamental una detección precoz y un tratamiento médico, para evitar que aumente su gravedad y se cronifique”, apunta Herrera.
Según el estudio, hasta un 43% de los encuestados creen que su entorno no sabe cómo actuar frente a su ansiedad, pero lo cierto es que existen múltiples herramientas que ayudan a entender este trastorno, y que, posteriormente, también son de ayuda para aprender a tratarlo. “Cada vez son más las personas que viven en un estado de ansiedad casi constante o que tienen picos de ansiedad a menudo. Se ha terminado normalizando este estado cuando no es una situación natural para el ser humano. La sociedad debe aprender a identificar los síntomas de este trastorno y poder tratarlos a tiempo”, subraya la Dra. López-Ibor.
En cuanto a los tratamientos elegidos por los encuestados, un 14% de los deportistas participantes en el estudio declaró tomar ansiolíticos recetados por profesionales médicos; un 14% tomaba productos naturales para reducir la ansiedad, mientras que un 7% tomaba ansiolíticos de origen natural, adquiribles en la farmacia. Esta última alternativa se convierte en una gran solución, en la que cada vez más pacientes confían, dado que el principal freno para el uso de los ansiolíticos son sus efectos secundarios como la sedación, dependencia y tolerancia (es decir, que con el paso del tiempo se va necesitando mayor dosis para conseguir el mismo efecto calmante), según se recoge en el comunicado. De hecho -se sigue leyendo en la nota-, hasta el 81% de los encuestados estarían dispuestos a probar un nuevo tratamiento, tan eficaz como los químicos, pero con un mejor perfil de seguridad.