Redacción Farmacosalud.com
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las personas afectadas por trastornos de la conducta alimentaria (anorexia, bulimia) es el conflicto que les supone vivir el deseo patológico de controlar su cuerpo y recibir, al mismo tiempo, mensajes de alerta de su entorno por el cariz que va tomando su enfermedad, ya que todo ello dificulta el progreso de la terapia que puedan estar siguiendo. Pues bien, la apertura de una cuenta de carácter terapéutico en Instagram -medida hasta ahora inédita en esta red social- ha permitido motivar con éxito a esos pacientes para que intenten superar el desconcierto que padecen.
Profesionales del Área de Salud Mental del Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat, en Barcelona) han creado la primera cuenta de Instagram que tiene una finalidad terapéutica y que se incluye dentro del tratamiento que reciben las personas atendidas en dicho centro hospitalario por un trastorno de la conducta alimentaria. De acuerdo con la Dra. Mónica Godrid García, psiquiatra de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Sant Joan de Déu, esta iniciativa es pionera a nivel mundial: “Previamente a la creación de la cuenta realizamos una búsqueda bibliográfica al respecto. Hasta donde nosotros sabemos, no hay nada similar publicado. Es decir, hay, por supuesto, cuentas personales, cuentas de asociaciones de pacientes y familiares, y cuentas llevadas por profesionales en las que se intentan transmitir mensajes saludables. La particularidad del nuevo perfil es que el contenido está hecho por las propias pacientes, bajo la supervisión del personal de la Unidad. De todos modos, el objetivo tampoco era ser los primeros, era probar algo que pudiera funcionar”.
¿Decir algo en Instagram y después actuar de manera diferente en la vida real?
En el proyecto participan todas las pacientes que están ingresadas en Hospitalización Parcial de la Unidad, independientemente del subtipo de trastorno que presenten. En su gran mayoría son casos de anorexia nerviosa, aunque también hay algunas personas con bulimia nerviosa y trastorno por atracón. En total, 30 jóvenes de entre 9 y 17 años de edad participan activamente en la publicación de contenidos de la nueva cuenta de Instagram, cuyo objetivo es el de fomentar la conciencia de problema (diferenciando las ideas y emociones enfermizas de las propias) y aumentar la motivación para realizar cambios, dos pasos fundamentales en el proceso terapéutico.
Ahora bien, ¿con esta herramienta digital se puede correr el peligro de que alguna paciente se muestra activa en su uso para dar la impresión de que va por el buen camino, para ocultar que, a escondidas, mantiene el propósito de seguir adelgazando, lo que constituiría un agravamiento de su trastorno? “El peligro de que la paciente se comporte de forma contradictoria existe con o sin participación en las redes sociales. Es más, esto es lo que ocurre normalmente durante la fase inicial de la enfermedad. La dificultad del tratamiento en los trastornos de la conducta alimentaria radica precisamente en la identificación que la paciente tiene con la enfermedad, es decir, el hecho de que no la sienta como una situación potencialmente letal sino como una decisión propia, un estilo de vida”, señala la Dra. Godrid.
“El conseguir la conciencia de problema es, pues, el primer y principal obstáculo en la evolución; hasta que esto no ocurre, la paciente siente una gran ambivalencia, una confusión marcada respecto a los mensajes que recibe y el deseo patológico de controlar su cuerpo. La terapia que se realiza va precisamente enfocada a resolver este conflicto. Y, por ahora, nos hemos encontrado que el uso de la cuenta les resulta muy motivador”, argumenta.
Sólo el personal clínico puede supervisar los contenidos colgados en el perfil
Los profesionales implicados en el proyecto, además, ‘controlan’ de cerca tanto la evolución de las pacientes en la vida real como su comportamiento en la vida digital, tal y como expone la psiquiatra de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Sant Joan de Déu: “Hay que aclarar que, aunque el contenido de la cuenta es realizado por las pacientes, el control lo lleva el personal clínico. Es decir, no sólo supervisamos lo que se cuelga, sino que además somos los únicos que podemos hacerlo”.
El perfil @stoptca_sjd, que se lanzó oficialmente el 20 de marzo y que ya supera la cifra de 1.400 seguidores, da a conocer algunos de los talleres terapéuticos sobre mejora de la autoestima en los que participan las pacientes durante su tratamiento en el Hospital.
‘No se puede hablar de peso ni de comida’
Instagram es la red social más utilizada actualmente por los adolescentes y la que más incide en su salud mental. Al fomentar las comparaciones, se provoca un aumento de la insatisfacción corporal en los jóvenes, lo que puede actuar como un desencadenante o reafirmante de un trastorno alimentario. En la actualidad muchos perfiles de esta red -sostiene el Hospital- fomentan un estilo de alimentación no saludable. Frente a todo ello, la cuenta del centro hospitalario Sant Joan de Déu intenta ofrecer un discurso alternativo al de otros perfiles de redes sociales y publicaciones digitales que fomentan la anorexia y otros trastornos alimentarios como estilos de vida. La nueva herramienta, en este sentido, pretende concienciar a los jóvenes y hacer prevención en torno a los trastornos de la conducta alimentaria.
“Cuando proponemos a las pacientes que participen, sólo establecemos un filtro: ‘No se puede hablar de peso ni de comida’. Ellas no hablan de cuerpos o dietas saludables, porque no son expertas en salud; ellas explican el sufrimiento psicológico que supone este trastorno y las herramientas que van descubriendo para superarlo. Y, aunque el primer paso es un estilo de vida saludable, intentamos centrarlas en el último y principal de los pasos a seguir: aceptarse y quererse”, explica Godrid. Si bien la facultativa es consciente del riesgo que supone que aquellas cuentas no saludables de Instagram se ceben en el novedoso perfil terapéutico y en las pacientes que aportan sus contenidos, nada parece indicar que no puedan superarse los contratiempos que puedan ir surgiendo: “Cualquiera que se exponga en las redes sociales puede sufrir un ataque. Aunque hasta ahora el efecto haya sido el contrario (recibimos muchos mensajes de apoyo), creemos, una vez más, que con nuestra propia gestión podremos sortearlo”.
Por ahora no se ha pensado en la posibilidad de abrir una cuenta terapéutica similar en otras redes sociales, como twitter y facebook, pero la Dra. Godrid no descarta planteárselo, en tanto que expandir la medida hacia otros canales digitales le parece “¡una buena idea!”, exclama entusiasmada cuando así se lo ha sugerido www.farmacosalud.com. “Nos centramos directamente en Instagram por ser la red social más usada por adolescentes, ya que el otro objetivo que teníamos era difundir entre ellos un mensaje de sensibilización hacia los trastornos de la conducta alimentaria”, comenta la experta, quien agrega que la ampliación del proyecto hacia otros terrenos como twitter y facebook es una idea que “podemos valorar”.