Redacción Farmacosalud.com
El Col·legi de Farmacèutics de Barcelona (COFB) [Colegio de Farmacéuticos de Barcelona] ha creado el primer protocolo de comunicación entre farmacia comunitaria y de Atención Primaria (AP) para mejorar la atención a los usuarios. El nuevo programa ha sido presentado por Francisca Aranzana, vocal de Oficina de Farmacia del COFB, durante el aula celebrada en Infarma Barcelona 2017 ‘Alianza de los farmacéuticos en red al servicio de los pacientes’. El protocolo, pionero en España, puede ayudar a la adherencia terapéutica de los enfermos y también contribuye a solucionar posibles problemas de desabastecimiento de medicamentos, entre otras ventajas.
El nuevo documento ha sido elaborado por farmacéuticos de Atención Primaria, farmacéuticos comunitarios y representantes del ámbito médico y del CatSalut. “Es el primer protocolo de comunicación entre farmacia comunitaria y farmacia de atención primaria para mejorar la atención a los usuarios. Nuestro objetivo principal es convertir al farmacéutico en agente de salud en el territorio, coordinado con el resto de profesionales sanitarios, de forma ordenada y protocolarizada, porque lo que buscamos siempre es mejorar la atención farmacéutica que ofrecemos a los usuarios”, señala Aranzana, que también ha ejercido de directora en Infarma Barcelona.
El documento define cómo actuar en cada situación determinada
Uno de los logros del programa es que permite una comunicación directa y automática entre las farmacias de ‘calle’ y las de los centros de salud, lo que repercute muy positivamente en los usuarios, quienes hasta ahora sólo podían comunicarse -por separado- con su oficina de farmacia y con su centro de salud. Esta especie de ‘tierra de nadie’ comunicativa que se creaba (la falta de trasvase directo de datos entre farmacias comunitarias y farmacias de AP) ha sido paliado con el nuevo documento, tal y como viene a decir Aranzana: “El problema hasta ahora es que el usuario se podía comunicar con su centro de atención primaria y, por otro lado, con su farmacia. Gracias a este protocolo, es posible que la farmacia de atención primaria y la farmacia comunitaria se comuniquen y esto revierta en beneficio del paciente”.
Con el nuevo programa se ha diseñado una estructura de varios niveles, designándose delegados y coordinadores de farmacia según las áreas geográficas. Los flujos de información entre los diferentes agentes implicados en la dispensación de medicamentos a los pacientes sigue ahora diferentes cauces marcados por el protocolo, según se trate de asistencia personal, programas especiales, seguimiento general u otras circunstancias. Según la vocal de Oficina de Farmacia del COFB, “no cambian los procesos” de actuación médica, simplemente “se establece sobre un papel la forma de comunicarnos. Seguiremos comunicándonos con el resto de profesionales sanitarios; la novedad es que esta comunicación pasa a protocolarizarse, es decir, se define cómo actuar en cada situación determinada”. En definitiva, lo que se persigue “es poder trabajar conjuntamente, tenemos que sumar. La creación de este protocolo es un buen ejemplo de lo que se puede conseguir colaborando… el éxito dependerá de la implicación de todos los agentes”, agrega.
El usuario puede notar las ventajas del novedoso documento de varias maneras, tal y como establece Aranzana: “En todo momento, los agentes sanitarios trabajamos de manera coordinada y esto tiene un beneficio que revierte directamente en el paciente. Esta coordinación permite abogar por un uso seguro del medicamento, tanto desde primaria como desde la farmacia comunitaria. Está funcionando y es un hecho constatado. Un par de ejemplos: si un farmacéutico de farmacia comunitaria detecta un problema con la medicación de un paciente, puede comunicarlo al centro de atención primaria, y viceversa, de cara a ajustar su plan de medicación; también es posible que un determinado medicamento tenga un problema de desabastecimiento y el farmacéutico pueda comunicarlo al centro de atención primaria para que tengan constancia y se pueda localizar un sustitutivo equivalente”.
“La percepción de tener la enfermedad más controlada motivaba a los pacientes”
“En la presentación que tuvo lugar en Infarma, Neus Pagés -farmacéutica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona- hizo referencia al proyecto de investigación que desarrollaron sobre la colaboración entre farmacias comunitarias y farmacias de centros hospitalarios y la adherencia terapéutica de personas que siguen tratamientos para enfermedades crónicas. En pacientes que toman un gran número de medicamentos para diferentes dolencias se pueden dar discrepancias, errores o abandono de la medicación y contraindicaciones. Con la colaboración de las farmacias y cuestionarios distribuidos entre los pacientes, observaron que la percepción de tener la enfermedad más controlada motivaba a los pacientes a seguir con la medicación. Además, las relaciones con los profesionales que les atendían era un factor fundamental”, explica Aranzana.
Así pues, parece claro que el nuevo protocolo puede ayudar al cumplimiento terapéutico de los usuarios. “Si se detecta una reacción adversa, ya se puede coordinar, comunicar y tomar medidas que ayuden a mejorar y ajustar la medicación de un determinado paciente”, precisa la experta.