Redacción Farmacosalud.com
Un globo terrestre de casi cinco metros de altura por seis de ancho que invita a todos los niños a entrar para viajar al centro de la Tierra es la pieza central del Món Parc, el nuevo parque infantil del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona). Este parque, financiado por el Servei Català de la Salut y situado en el paseo de la Vall d’Hebron, delante de las consultas externas del Hospital Infantil, es un parque infantil único en el mundo, como todos los diseños de Monstrum, la empresa danesa que ha diseñado el nuevo espacio. Esta instalación está pensada para niños con capacidades diversas, quienes encontrarán retos a su altura que desafían su imaginación y capacidades motoras.
Tal y como explica el Dr. Albert Salazar, gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron, “nuestra apuesta para tener cura de los pacientes se reafirma en la excelencia de la práctica clínica y en proyectos como este nuevo parque infantil, que es un paso más en la humanización de la asistencia de niños y niñas”.
Gran accesibilidad
Los parques infantiles son un elemento vital para los niños y, sobre todo, para los que viven en la ciudad. Son un espacio seguro donde pueden moverse sin peligro y poner a prueba su ingenio y creatividad. “Uno de los aspectos que hace este parque especial es la accesibilidad”, explica Marina Martínez, jefa de la Unidad de Atención Ciudadana del Hospital Infantil y Hospital de la Mujer. Món Parc es, por lo tanto, un espacio donde los menores exploran sus habilidades con libertad y seguridad a través del juego.
El diseño está pensado para que los niños disfruten de una experiencia en la que la imaginación y el juego con los otros se imponga al hecho de utilizar las atracciones de manera individual. La Declaración del Derecho de los Niños, además de velar para que los menores reciban una atención sanitaria adecuada, también reconoce el derecho a divertirse y jugar. “Los hospitales, además de tener cuidado de los niños, tenemos la responsabilidad de ofrecer espacios que respondan a sus necesidades educativas y de juego”, remarca Mari Ángeles Aceituno, adjunta a la Dirección de Enfermería y responsable de la Hospitalización y Atención Ambulatoria Pediátrica del Hospital Infantil. “El juego ayuda a rebajar la ansiedad, el miedo y el estrés -sentimientos relacionados al entorno sanitario-, y genera emociones positivas, facilita las relaciones y trabaja la confianza de los niños”, resume.
“Todas las persones adultas han sido niños, pero pocas lo recuerdan”
La filosofía de este nuevo parque bebe de la frase más célebre que Antoine de Saint-Exupéry dedica a su amigo, Leon Werth, en ‘El Principito’: “Todas las persones adultas han sido niños, pero pocas lo recuerdan”. No es un diseño de adultos adaptado a la medida de un niño con una decoración pasiva. Y no lo es porque los profesionales de Vall d’Hebron y sus diseñadores miraron las cosas desde la perspectiva de un menor de edad.
Todo empezó con una pregunta: ‘¿por qué no creamos un parque infantil delante de la entrada de las nuevas consultas externas del Hospital Infantil y convertimos una plaza gris en un espacio más amable?’ Un espacio que puedan disfrutar pacientes, familiares y vecinos. Para humanizar este entorno, el Hospital Universitario Vall d’Hebron contó con Monstrum, un referente mundial en parques infantiles. Sus fundadores Ole Barslund Nielsen y Christian Jesen habían trabajado como escenógrafos teatrales y trasladaron su experiencia para crear un nuevo concepto de parque infantil. Cada espacio que diseñan se basa en una historia y es único. Món Parc es un proyecto hecho a medida para el Hospital Infantil que habla de las culturas del mundo, el mismo hilo narrativo que guía a los pacientes y sus familias por el interior del Hospital Infantil.
“Somos un hospital abierto al mundo y queríamos que el parque se viera representado en las diferentes culturas y países. Además, creemos que es importante incorporar infraestructuras relacionadas con el juego y que humanicen la estancia en el Hospital”, sostiene Raquel Cánovas, subdirectora de Tecnología Médica de Vall d’Hebron. Cada planta del Hospital Infantil nos acerca a una cultura (al Antiguo Egipto, China o a los Vikingos). Y la estructura central del nuevo parque infantil es un globo como el que lleva a ‘El Principito’ a ver mundo, en forma de planeta Tierra, que invita a disfrutar de un mundo diverso. “Queríamos tener un elemento central grande que nos representara, muy visual y donde los niños pudieran jugar”, añade Cánovas.
El interior del globo, accesible para sillas de ruedas, está pintado con los colores del núcleo de la Tierra, tiene dos niveles y juega con un entramado de redes y piezas para que los menores pongan a prueba sus habilidades como escaladores. “Aprovechamos todos los elementos para educar a los niños e incitarlos a explorar y dar rienda suelta a la imaginación”, señala Cánovas. Dentro se pueden encontrar a niños de diferentes edades y con capacidades diversas. Los menores que se animen tienen un tambor babel de acero inoxidable, que se puede tocar con los dedos y las manos, y un xilófono para poner banda sonora al juego. La idea era crear zonas de juego para todas las edades y con habilidades diversas.
Los pacientes pediátricos tuvieron mucho que decir con respecto al nombre del parque
La Dra. Mar Meléndez, especialista en rehabilitación infantil de Vall d’Hebron, anima a las familias a dejar que los ‘peques’ exploren. “Facilitar el juego a niños con capacidades diversas permite a los niños y niñas interactuar, sentirse integrados y tiene beneficios físicos, emocionales y cognitivos”, destaca. Para encontrar el nombre más adecuado para el nuevo parque, “tuvimos en cuenta la opinión de niños y niñas ingresados o que se tratan en el hospital y el nombre más votado fue Món Parc”, explica Marina Martínez.
La biodiversidad del planeta Tierra es el hilo conductor de la instalación, que está erigida sobre una superficie de 400 metros cuadrados. El globo está rodeado de figuras imaginativas y constelaciones de nubes de varias dimensiones para escalar, rebotar, deslizar o imaginar figuras. El diseño del suelo forma parte de la narración y conecta las diferentes áreas del parque. La superficie es orgánica de goma con un camino curvado hecho de sombras azules, que simulan el viento soplando el globo terrestre. El suelo de goma facilita la entrada de las sillas de rueda al patio. El globo está conectado con cuerdas y troncos a la cesta y tiene un tobogán de cuatro metros.
Las estructuras están fabricadas con maderas sostenibles procedentes de Europa, con acero galvanizado e inoxidable, que evita que el sol caliente las piezas, y la pintura incorpora una protección a base de agua. Asimismo, para la urbanización se han respetado los árboles que había y se ha reutilizado el banco de la anterior plaza como elemento de seguridad entre el parque y el lateral de la ronda de Dalt, un banco nuevo que recrea las olas del mar.