Redacción Farmacosalud.com
Con sólo 16 semanas los fetos oyen y responden a la música, siempre que ésta se emita desde la vagina de su madre. Los futuros bebés responden a ese estímulo abriendo la boca y sacando la lengua, con movimientos de vocalización -previos a la adquisición del lenguaje-. Esta es la principal conclusión del estudio realizado por el equipo de Instituto Marquès de Barcelona, que ha contado con la colaboración del prof. Alberto Prats, catedrático de Anatomía y Embriología Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Así pues, el dispositivo emisor de música desarrollado permite descartar la sordera fetal, ya que si el feto responde a la música quiere decir que no es sordo. Hasta ahora no había ningún método de diagnóstico de sordera antes de nacer, aseguran desde el Instituto Marquès.
Además, el nuevo método aporta una mayor eficacia y rapidez en las ecografías: al inducir movimientos fetales, se ven mejor todas las estructuras y se acorta el tiempo de exploración. Con el estudio también se demuestra por primera vez que los fetos oyen desde la semana 16 (en la literatura médica la funcionalidad del sistema auditivo se había confirmado sólo a partir de la semana 26). El trabajo, titulado ‘Fetal facial expression in response to intravaginal music emission’ (Expresión facial fetal en respuesta a la emisión de música vía vaginal), se publica esta semana en la revista ‘Ultrasound’ de la British Medical Ultrasound Society (BMUS).
El sonido que llega por el abdomen materno casi no se oye
Según la Dra. Marisa López-Teijón, jefa de Reproducción Asistida de Institut Marquès y principal investigadora y autora del ensayo clínico, “hemos descubierto que la fórmula para que los fetos oigan como nosotros es emitir música desde la vagina de la madre. El sonido que les llega por el abdomen de su madre casi no lo oyen: los tejidos blandos del abdomen y del interior del cuerpo de la madre absorben las ondas sonoras”. El ensayo clínico publicado en Ultrasound se llevó a cabo en más de 100 pacientes embarazadas que se encontraban entre las semanas 14 y 39 de gestación. Las participantes se dividieron en tres grupos, en cada uno de los cuales se utilizó un tipo de estimulación fetal diferente: música emitida por vía abdominal, música por vía vaginal y vibraciones sonoras no musicales emitidas también desde la vagina.
Las embarazadas a quienes se aplicó música por vía vaginal se colocaron un dispositivo diseñado específicamente para el estudio, capaz de emitir a una intensidad media de 54 decibelios, el equivalente a una conversación en tono bajo o música ambiental. La música elegida fue la Partia in A Minor for Flute Alone – BWV 1013 de Johan Sebastian Bach.
El equipo de investigadores comparó por ecografía la reacción de los fetos y los resultados fueron estadísticamente significativos. Aplicando música vaginal, el 87% de los fetos movieron la boca o la lengua y cerca del 50% de los fetos reaccionó con un movimiento muy llamativo, abriendo muchísimo la mandíbula y sacando la lengua al máximo, afirma el Dr. Alex García Faura, director científico de Institut Marquès y coautor del artículo. Aplicando música emitida desde el abdomen o vibraciones sonoras, estos cambios en las expresiones de los fetos no se observaron.
La música activa circuitos cerebrales de la comunicación
Según el prof. Alberto Prats, catedrático de Anatomía y Embriología Fetal de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, se cree que la música induce una respuesta de movimientos de vocalización porque activa circuitos cerebrales de estimulación del lenguaje y de la comunicación. Según esta hipótesis, una vez completada la formación del oído interno, cuando al feto le llega a través de la cóclea un estímulo auditivo que incluye ritmo o melodía, se activan centros muy primitivos del tronco del encéfalo en el área relacionada con la conducta social que inducen a la vocalización.
Un grupo de células llamado colículo inferior es el que detecta el sonido. Si a estas células les parece que el sonido es armónico y lo asocian a música, se estimulan y activan los nervios responsables de movilizar la boca, la mandíbula y la lengua para vocalizar (paso previo al lenguaje). Sabemos que los bebés empiezan a vocalizar espontáneamente en respuesta a los sonidos que escuchan y empiezan a explorar el registro de sus voces: es la fase previa al habla. Ante ruidos o sonidos disonantes no se activan estos circuitos de neuronas; por eso cantar o hablarle a un niño le estimula para el habla, mientras que un ruido no.
Por primera vez, afirma la Dra. Marisa López-Teijón, “hemos logrado comunicarnos con el feto. A partir de las 16 semanas ya es capaz de responder a estímulos musicales. Podemos decir que el aprendizaje empieza en el útero”. De acuerdo con el Institut Marquès, el novedoso sistema musical supone una reducción del estrés de la madre: está especialmente indicado en mujeres con alto grado de ansiedad cuando no notan los movimientos fetales, dado que emitiendo música se provoca que el feto responda y la madre lo note.