Redacción Farmacosalud.com
Mediante el documento ‘Principios para el uso médico de las terapias complementarias’, elaborado por el Consell de Col·legis de Metges de Catalunya [Consejo del Colegio de Médicos de Catalunya] (CCMC), la medicina convencional se ha posicionado con rotundidad acerca de unas terapias que, según la ciencia oficialista, son accesorias en tanto que no están validadas científicamente y por lo tanto no constituyen un tratamiento de primera elección para una determinada enfermedad. Es más, de acuerdo con el doctor Gustavo Tolchinsky, secretario de la Junta de Gobierno del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona (CoMB)* [Colegio Oficial de Médicos de Barcelona] y experto implicado en la redacción del documento, un médico no está obligado, ni mucho menos, a orientar sobre terapias complementarias por más que el paciente al que atiende así se lo haya solicitado.
El texto ‘Principios para el uso médico de las terapias complementarias’ determina que ‘si el paciente demanda tratamientos que tienen carácter complementario, debe ser advertido de manera clara y comprensible del carácter no convencional y complementario del tratamiento para la enfermedad que le afecta’. Una vez realizada la advertencia -sostiene Tolchinsky-, un médico puede negarse a dar una terapia accesoria o a proporcionar pautas sobre ella (pudiendo negarse incluso a derivar al paciente a un profesional médico que sí la reconozca y la aplique), amparado por la creencia de que dicha terapia complementaria carece de utilidad. “Aquello que no conforma el tratamiento principal y el paciente solicita no es deber del médico remitirlo; en todo caso debe informarle de cuál es el tratamiento que tiene mayor eficacia demostrada, y es potestad del paciente buscarlo”, afirma el experto.
Expansión del servicio de complementariedad en centros punteros
“Lo cierto, y tal como se ha visto en EEUU, es que se ha expandido el servicio de complementariedad en centros punteros. Esto no siempre es del agrado de la comunidad médica, pero puede ser una estrategia para que los pacientes no vayan a buscar ese servicio en centros desconocidos, donde puedan acabar apartando a los pacientes de los tratamientos principales” como primer paso de un proceso de derivación hacia la medicina alternativa, “tal y como se ha visto en recientes publicaciones”, explica el doctor Tolchinsky. “Al final, el paciente es quien afronta su enfermedad y los médicos debemos ayudarle a acceder a las mejores oportunidades de tratamiento, si bien no podemos prohibirle recurrir a terapias complementarias… la realidad nos muestra que, aunque la comunidad médica no las ofrezca, los pacientes las van a buscar a otros sitios”, agrega.
A la hora de establecer lo que es una terapia complementaria, el secretario de la Junta de Gobierno del CoMB comenta que “la complementariedad no se define por el producto o el procedimiento en sí, sino por el lugar que ocupa en la estrategia terapéutica. Una terapia complementaria es aquella que, previa realización del diagnóstico diferencial al cual obliga el procedimiento médico, no aparece como tratamiento de primera elección para una determinada enfermedad, no está validada o no tiene suficiente evidencia para ser un tratamiento por sí misma. Por ejemplo, la acupuntura”.
En cuanto a la base que sustenta a los tratamientos accesorios, el facultativo señala que “la evidencia es un concepto que tiene grados de intensidad. Las terapias complementarias generalmente no tienen base científica, ya que o bien no han demostrado que la hipótesis científica de partida se haya validado, o bien, de momento, son pura conjetura que no se ha intentado contrastar”.
Hay profesionales de la medicina convencional que han priorizado una terapia accesoria
A juicio del especialista, “la homeopatía no puede ser considerada un tratamiento validado, no ha demostrado que sea capaz de modificar el curso de las enfermedades más allá del efecto placebo, según las publicaciones más rigurosas y las revisiones de la Cochrane. Su uso sólo puede ser considerado complementario en el caso de administrarse. A pesar de ello, no podemos ignorar que durante 200 años ha formado parte de la profesión médica y millones de personas en el mundo aún acuden a ella”.
Por otro lado, el documento de posicionamiento del CCMC establece que la aplicación de los tratamientos complementarios, ‘a pesar de pretender contribuir a mejorar el estado del paciente, no puede desempeñar un papel principal ni exclusivo en el manejo de ninguna patología’. Y es que, de acuerdo con Tolchinsky, se han dado casos de profesionales de la medicina convencional que han llegado a priorizar un tratamiento accesorio por delante de un tratamiento convencional: “Ha ocurrido y desde el CoMB se ha sancionado a profesionales por este motivo. Ocurre probablemente por diferentes motivos. El CCMC alerta de que la no aplicación de los tratamientos que forman parte de los recursos terapéuticos consensuados y validados por la comunidad científica en favor de productos o tratamientos que no tengan ninguna evidencia respecto de la patología que se pretende tratar implica aplicarlos (esos tratamientos sin evidencia) como alternativa y no como complemento, lo que contraviene el Código de Deontología”.
Inducir a dejar las terapias convencionales se aparta del concepto complementario
Asimismo, en el documento se apunta que ‘quedan excluidos del concepto de terapias complementarias aquellos procedimientos (Nueva Medicina Germánica, Método Hamer, Bioneuroemoción, la dieta milagrosa del pH, etc.) que inducen de manera clara al abandono de los tratamientos que la comunidad médica recomienda, así como al uso de procedimientos o productos no autorizados o prohibidos de manera explícita para el uso humano, como, por ejemplo, el MMS o derivados del muérdago, entre otros’. Para el doctor, la Nueva Medicina Germánica, Método Hamer, Bioneuroemoción, la dieta milagrosa del pH, etc, son métodos “incompatibles con el concepto de complementariedad en tanto que apartan de manera explícita al paciente de los tratamientos validados o bien utilizan productos que están prohibidos para su uso en humanos”.
* El CoMB representa aproximadamente el 80% de la colegiación de médicos en Catalunya y, por tanto, del Consell de Col·legis de Metges de Catalunya [Consejo del Colegio de Médicos de Catalunya] (CCMC), según indican desde el CoMB