Redacción Farmacosalud.com
Potenciar el trabajo conjunto y abrir más canales de comunicación entre profesionales de Atención Primaria (AP) y servicios sociales es una de las propuestas que se incluyen en un informe que busca reducir las desigualdades en salud. El paquete de medidas se detalla en el dossier ‘Hacia la equidad en Salud: propuestas para transformar la atención primaria en España’, en el que, entre otras propuestas, se apuesta por crear un historial sanitario que incluya información sobre las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos.
Así, en el documento se lee que ‘el conocimiento de los determinantes sociales de la población por parte de los servicios sanitarios y sociales es fundamental para poder adecuar la atención y el tratamiento teniendo en cuenta cómo éstos condicionan la salud de las personas. Esto podría facilitarse con la creación de un historial social y sanitario del ciudadano que integre información en relación con las condiciones socioeconómicas (como niveles de renta, educación, lugar de residencia, etc.), así como el historial clínico e indicadores de salud (como la hipertensión, diabetes, obesidad, etc.). Con la autorización del ciudadano, garantizando sus derechos en la protección de datos, cada historial sería compartido entre profesionales de los servicios sociales y la atención primaria’.
Soluciones para áreas de alta vulnerabilidad social y elevada presión asistencial
Otra de las medidas planteadas sugiere dar incentivos a los profesionales de AP para que ejerzan en centros de salud ubicados en zonas consideradas socialmente vulnerables. ‘Cada vez es menor la permanencia de los profesionales en la atención primaria, en especial en las áreas de alta vulnerabilidad social, que coinciden con una elevada presión asistencial. También se están reduciendo turnos de tarde. Esto tiene implicaciones para las personas vulnerables, ya que tienen menor flexibilidad para acudir al centro de atención primaria debido a sus propias condiciones laborales. No existen claros incentivos para el personal de primaria para trabajar en estas áreas sanitarias con equipos y recursos necesarios para garantizar una atención adecuada. Por ello, instamos a implementar con una mirada de equidad y una perspectiva de vulnerabilidad social, incentivos para atraer y retener profesionales de atención primaria que trabajen en áreas debidamente identificadas’, se apunta en el informe.
‘Adicionalmente, se podría evaluar el límite de número de pacientes que un médico puede atender diariamente y por turno en estas zonas, sin que afecte a la calidad asistencial, con el fin de aliviar la carga y mejorar las condiciones laborales. También se podría introducir un esquema de compensaciones para aquellos profesionales que ocupen puestos, tanto en las áreas de mayor vulnerabilidad social, como en los turnos de tarde’, indica el dossier.
El nuevo documento, impulsado con la colaboración de Novartis, ha contado para su elaboración con un grupo multidisciplinar conformado por representantes de sociedades científicas, organizaciones sociales, asociaciones de pacientes, consejos profesionales, profesionales de AP y científicos sociales.
Especial foco en las enfermedades no transmisibles más prevalentes
Los autores del informe han hecho uno de los primeros ejercicios en España destinados a realizar un diagnóstico de la equidad de los servicios de AP desde una perspectiva de determinantes sociales de la salud. El dossier, en esta línea, propone algunos ámbitos de actuación claves para reducir las inequidades y desigualdades detectadas, especialmente en la población más vulnerable, y con especial foco en las enfermedades no transmisibles más prevalentes, como las cardiovasculares y sus factores de riesgo, que son la principal causa de muerte en territorio español.
Los determinantes sociales, como el género o la situación socioeconómica, tienen un impacto directo en la salud de las personas. Diversos estudios han demostrado que estos factores pueden aumentar la vulnerabilidad a ciertas patologías no transmisibles. Si bien los servicios sanitarios en sí mismos no son el factor principal en la generación de desigualdades en salud, pueden tener un efecto tanto multiplicador como amortiguador de estas disparidades. En este contexto, el objetivo del consenso es mitigar los efectos de los determinantes sociales, proponiendo estrategias que fortalezcan uno de los pilares fundamentales del Sistema Nacional de Salud: la Atención Primaria.
Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, afirma que “es un paso adelante que podamos hacer informes como este para lograr que estos temas no sólo estén en la agenda política de los epidemiólogos, sino en la agenda de otros responsables políticos, otros ministerios, la sociedad civil y la propia industria farmacéutica. Esto nos demuestra que es el momento de la acción para reducir las desigualdades sociales […] y ver cómo los servicios de Atención Primaria pueden ser un catalizador de todas las acciones que se hagan para mejorar la equidad de nuestro sistema sanitario”.
Por su parte, Jesús Ponce, presidente de Novartis España, pone en valor el compromiso de Novartis con la aportación de valor a la sociedad: “nuestra actividad va más allá de descubrir y desarrollar tratamientos innovadores para las principales causas de muerte en nuestro país, como son las enfermedades cardiovasculares. Iniciativas como la que presentamos ahora evidencian el firme compromiso que tenemos desde Novartis con los pacientes y la población, especialmente aquella que presenta mayor vulnerabilidad social, para actuar como un facilitador clave en el intercambio de conocimiento y en la reflexión y avanzar, entre todos, hacia una mayor equidad en el acceso a la AP”.
“Creemos firmemente que esto sólo puede hacerse con la implicación de todos los actores del ecosistema sanitario, promoviendo la colaboración público-privada en aras de generar conocimiento y estrategias que nos permitan fortalecer nuestro sistema sanitario”, apunta Ponce.
Cuatro ámbitos estratégicos de actuación
Según el coordinador del informe, el médico epidemiólogo Manuel Franco, “a través de este ejercicio hemos detectado cuatro ámbitos estratégicos de actuación. En primer lugar, mejorar la coordinación sociosanitaria y el acceso equitativo de la población más vulnerable a los servicios de AP. En segundo lugar, debemos lograr una mayor equidad en la asignación de recursos sanitarios en estas áreas de elevada vulnerabilidad social”.
“En tercer lugar, proponemos potenciar la AP como un espacio de promoción de la salud desde una perspectiva comunitaria. Y, por último, creemos imprescindible poner especial foco en la población vulnerable que presenta una mayor prevalencia de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, especialmente en la prevención”, detalla Franco, a su vez Prof. de investigación Ikerbasque en el Basque Centre for Climate Change Research BC3 y en el Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.
El documento hace un especial hincapié en la atención a las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en España. El seguimiento de estas afecciones y de sus factores de riesgo ocupan gran parte de la actividad diaria en los servicios de salud. La existencia de desigualdades sociales, de género o socioeconómicas aumenta la vulnerabilidad de ciertos grupos de población ante cuadros de riesgo cardiovascular, a la vez que limita su acceso a la atención sanitaria. Por todo ello, abordar las disparidades en salud desde la AP y promover la equidad contribuiría a una mejor asistencia a los pacientes de enfermedades cardiovasculares y también de otras patologías no transmisibles.