Redacción Farmacosalud.com
Más del 70% de las decisiones médicas se basan en los resultados de las pruebas diagnósticas del laboratorio clínico, por lo que resulta fundamental implementar mecanismos que permitan detectar los errores que se producen, notificarlos y analizar los factores causales para minimizarlos. Para ello, según explica la Dra. Ángeles Giménez, miembro de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), “al laboratorio se nos exige fiabilidad, en cuanto ausencia de errores (identificación correcta del paciente, trazabilidad petición / muestras, calidad analítica, detección de interferencias, transcripción correcta de resultados, etc.) y utilidad, es decir, que aportemos la información que sea necesaria y pertinente para el diagnóstico y que llegue en el tiempo adecuado”.
“Además, hay que tener en cuenta que actualmente la asistencia sanitaria es cada vez más compleja: mayor esperanza de vida, la participación del ciudadano en la toma de decisiones, la complejidad creciente de la tecnología, el desarrollo científico, el número de intervenciones diarias, las propias interacciones humanas, entre otros, favorecen el riesgo de incidentes. Así que es esencial implementar estrategias y herramientas que nos permitan conocer y detectar los errores que se producen, notificarlos y analizar los factores causales de forma que se intervengan para minimizarlos”, añade la Dra Giménez.
Acreditación ISO 9001 o ISO 15189 y herramientas proactivas y reactivas
Para los profesionales del laboratorio clínico, la seguridad del paciente resulta primordial. Para ello se han establecido una serie de mecanismos que la promueven: en primer lugar, la certificación y acreditación por las normas ISO 9001 o ISO 15189, que obligan a sistematizar las prácticas en un contexto organizativo integral por procesos e implicar a todos los profesionales del servicio. “Con ello, nos posicionan de forma estratégica para la gestión del riesgo y la seguridad del paciente”, indica la experta. En segundo lugar, conocer el manejo de las herramientas que permiten identificar los fallos o errores del sistema antes de que ocurran (proactivas) o bien analizar las causas raíz de los mismos (reactivas) para aplicarlas de forma oportuna con el fin de reducir la probabilidad de que vuelvan a producirse. “Todo ello, -continúa la Dra. Giménez- nos permite convertir en conocimiento útil toda información que se genere, comprender los fenómenos que subyacen en la organización y poder incorporar a la práctica las enseñanzas que se extraigan”.
Desde la Comisión de Gestión de la SEQC se ha elaborado un cuestionario que permite medir comportamientos, actitudes y otros factores del entorno relacionados con la seguridad del paciente en el ámbito específico de los laboratorios clínicos, con el objetivo de poder identificar y evaluar las variables culturales, de recursos, organizativas y estratégicas que afectan a la actividad y dan lugar a que se generen errores. Giménez explica que “este cuestionario mide, entre otros, factores relacionados con las condiciones del trabajo, las buenas prácticas, el clima laboral, el trabajo en equipo, aspectos relacionados con la comunicación de los errores, factores educacionales y de formación, el aprendizaje activo, organización de los recursos, etc”.
Herramienta que permite conocer lo que ocurre y encontrar soluciones
Por ello, su uso de forma periódica permitiría monitorizar en qué medida nos implicamos y comprometemos con la seguridad del paciente en un entorno de mejora continua, especialmente tras la incorporación de nuevas tecnologías, cambios organizativos en el servicio o para establecer planes de seguridad internos. Igualmente, en el contexto actual de crisis económica puede utilizarse para monitorizar posibles deficiencias en el sistema. “Además -aclara la experta-, al ser una herramienta que evalúa el clima en seguridad de la organización, su aplicación nos posiciona en la línea propuesta por los expertos al permitir valorar, en los países desarrollados, la cultura de las organizaciones para conocer lo que ocurre, analizar los factores contribuyentes y encontrar soluciones”.
Para su realización, participaron laboratorios procedentes de todas la CCAA del Sistema Nacional de Salud Español con representación de todas las diferentes categorías profesionales disciplinas que trabajan en los laboratorios. Concretamente, ha sido validado mediante una muestra de 740 encuestas procedentes de 27 laboratorios de 15 Comunidades Autónomas y la CA de Ceuta. “Considero que la principal fortaleza del estudio radica justamente en su alcance: amplia participación de laboratorios de diferentes niveles asistenciales de toda la geografía española”, apunta la doctora.
“La participación y difusión de este tipo de trabajos, fomenta el compromiso y la responsabilidad de los profesionales. Resulta además, ser una fuente de información privilegiada de lo que ocurre en nuestros centros y cuáles son los fallos del sistema que pueden influir en que se cometan errores: el estrés, el asesoramiento inadecuado, la carga de trabajo, la desinformación, la falta de tecnología a prueba de errores, la gestión de los errores, problemas de comunicación etc”, finaliza la Dra. Giménez.