Redacción Farmacosalud.com
En determinados ambientes ‘permisivos’, fumarse un porro es signo de sociabilidad y de ‘buen rollo’. Pero tras la fascinación que algunas personas sienten por el cannabis fumado, se esconde todo un arsenal de consecuencias negativas para la salud, incluso una de las más temidas: el cáncer de pulmón. Según el doctor José Belda, coordinador del Área de Oncología Torácica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), “aunque existen diferencias como la ausencia de nicotina en el cannabis (tiene tetrahydrocannabinol), los agentes carcinógenos del humo del tabaco también están presentes en el humo del cannabis, incluso en concentraciones superiores. Hay al menos un estudio que demuestra que fumar un cigarrillo de cannabis al día durante un año incrementa el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón en proporción similar a la que supone fumar 20 cigarrillos (convencionales) al día en el mismo periodo de tiempo. Por tanto, fumar cannabis puede provocar cáncer de pulmón”. Se calcula que hasta un 4,4% de jóvenes españoles consume porros cannábicos a diario, por lo que el riesgo de desarrollar un tumor pulmonar en ese colectivo de personas en concreto es evidente.
A criterio de Belda, otro de los problemas inherentes al consumo de cannabis es el riesgo de que se asocie el tabaco convencional al cáncer de pulmón y fumar cannabis a un ‘colocón’ sin más consecuencias: “sí que existe este peligro; de hecho, existe una clara infraestimación o desconocimiento de los riesgos que el consumo de cannabis supone para la salud de nuestros pulmones en general. El cannabis puede provocar cáncer pero también enfermedades respiratorias crónicas y un incremento de la tasa de infecciones de la vía aérea superior y pulmones”.
El cannabis, la droga ilegal más consumida en España y en Europa
Y no son los únicos daños que puede causar esta sustancia, dado que también pueden producirse perjuicios neurofisiológicos y cardiovasculares, pasando por alteraciones del sistema endocrino y del sistema inmunitario, entre otros. El doctor Santiago Nogué, responsable de Toxicología Clínica del Hospital Clínic de Barcelona, alude a la polémica generada por la proliferación de Clubes Cannabicos en diferentes regiones de la geografía española: “es paradójico que se hagan campañas antitabaco y se impongan restricciones para fumar -que están teniendo un gran éxito-, al mismo tiempo que se permite que prosperen lugares donde la gente pueda consumir cannabis”. Sin ir más lejos, la Agencia de Salud Pública de la Generalitat publicaba 17 recomendaciones para regular los clubes cannábicos en Cataluña, donde se calcula que existen más de 400. Por ello, ante la posible “banalización” de los efectos del cannabis, Nogué se muestra contundente: “Sus efectos nocivos no deben ser minimizados. Se trata de una droga muy adictiva”, y recuerda que “el cannabis es la droga ilegal más consumida en España y en Europa”. De hecho, un 17% de los jóvenes españoles (entre 15 y 34 años) consume esta sustancia y un 4,4% lo hace a diario, según el Informe Europeo sobre Drogas 2014, citado en un comunicado de la compañía Menarini.
El cáncer de pulmón es uno de los más agresivos, siendo la supervivencia global a los 5 años de apenas un 15% de los pacientes, han informado desde SEPAR. En España se diagnostican alrededor de unos 20.000 casos anuales y es la causa de la muerte del 8,3% de los hombres (1 de cada 12 hombres fallece por un cáncer de pulmón en España) y del 1,3% de las mujeres. La medida más eficaz para frenar la aparición de casos nuevos de esta enfermedad es el abandono del hábito del tabaco. Mientras en España un tercio de la población sigue fumando a pesar de las medidas restrictivas, los neumólogos y cirujanos torácicos consideran imprescindible implantar nuevas medidas como por ejemplo el cribado de cáncer de pulmón por tomografía computarizada de baja dosis de radiación (TCBD).
El cribado de cáncer pulmonar, con grandes beneficios para la salud
Hay diversas razones que explican la elección de la TCBD como herramienta propuesta para el cribado de cáncer de pulmón. “La primera razón es que los métodos de cribado utilizados hasta la fecha, la radiografía de tórax y la citología de esputo, no demostraron ser efectivos en términos de reducción de la mortalidad. La segunda razón es la alta sensibilidad en la detección de nódulos pulmonares que tiene la técnica (aunque la especificidad es baja) y en tercer lugar la menor dosis de radiación que los pacientes reciben respecto a una tomografía convencional (aproximadamente 2 mSv frente a 8 mSv respectivamente)”, detalla el doctor Belda.
De acuerdo con datos facilitados por SEPAR, el screening de cáncer de pulmón con una tomografía computarizada de baja dosis de radiación ha demostrado una reducción relativa de la mortalidad por cáncer del 20%, cifra similar a la que se obtiene en cribados altamente extendidos como el cáncer de mama o de colon. En Estados Unidos, se llevó a cabo un protocolo de cribado durante tres años en una población de más de 50.000 fumadores y exfumadores de entre 55 y 74 años. Tras un seguimiento de 6 años, un estudió mostró una reducción relativa de la mortalidad por cáncer de pulmón del 20% en el grupo cribado con tomografía computarizada de baja dosis de radiación frente al grupo cribado con radiografía de tórax. “La importancia de este estudio viene dada porque nunca un tratamiento médico o quirúrgico había conseguido reducir la mortalidad por cáncer de pulmón en un porcentaje similar”, explica Belda, quien añade que “en el cáncer de pulmón es muy importante saber que sólo cuando el diagnóstico se hace en estadio I, que son menos del 15% de los casos, se consiguen tasas elevadas de curación”. Pero a veces el universo de las ideas terapéuticas choca contra el mundo de las realidades económicas. Y la sostenibilidad de un screening de tumor pulmonar a nivel de toda España no se escapa de esa ‘colisión’ entre lo ideal y lo real. “Si hemos de ser realistas, atendiendo al número total de personas que deberían cribarse en España (en un corte transversal realizado hoy y con los criterios de inclusión más aceptados -edad 55-75 años, fumadores o exfumadores de una dosis determinada de tabaco- deberían incluirse en el programa de cribado cerca de 1,5 millones de personas), probablemente hoy en día es inviable implementar los recursos personales y técnicos (tomógrafos fundamentalmente) para implementar un programa de cribado poblacional a nivel nacional”, reconoce Belda.
“Tumores benignos pulmonares: no se convierten en malignos”
Uno de los problemas detectados en el screening de tumor pulmonar es la alta tasa de falsos positivos (nódulos que no son un cáncer de pulmón), situada en 1 de cada 9 casos. Para mejorar esta situación se han incorporado nuevos criterios de valoración de los hallazgos en la tomografía de baja dosis como el volumen del nódulo y su tiempo de duplicación, que tienen como objetivo reducir la tasa de falsos positivos. Esta estrategia parece tener como resultado una significativa reducción de la tasa de resultados positivos (2.6% en la tomografía basal y 1.8% en la segunda ronda), sin que se produzca un incremento de la tasa de falsos negativos, lo que permite mejorar los resultados del cribado de cáncer pulmón y marcar el camino a seguir.
“En principio -comenta Belda-, detectar un nódulo no canceroso no tiene ningún impacto en la mortalidad del paciente. Además, confirmar que el nódulo no es canceroso más allá de los estudios tomográficos puede requerir la realización de procedimientos que tienen un riesgo para el paciente y un coste económico. El objetivo último de un cribado en cáncer es detectar el mayor número de cánceres en fases iniciales de su evolución (potencialmente curables) con el menor número de hallazgos que finalmente no serán cáncer”. En declaraciones a www.farmacosalud.com, Belda afirma que “un nódulo pulmonar benigno puede ser desde una lesión no tumoral hasta una lesión tumoral benigna. Las lesiones no tumorales no suponen ningún problema de salud ni requieren más actuaciones médicas. Los tumores benignos pulmonares no se convierten en malignos aunque pueden crecer y dar problemas por ocupar un espacio que no les corresponde, por ejemplo pueden obstruir un bronquio y provocar infecciones de repetición. En ocasiones detectamos lesiones que denominamos premalignas y que tienen el potencial de convertirse en un cáncer. El enfoque terapéutico de estas lesiones premalignas debe individualizarse, pero en general es similar al de las lesiones cancerosas”.