Redacción Farmacosalud.com
Según informa la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), se han producido una serie de cambios en el patrón de consumo de tabaco durante la pandemia de COVID-19, que se pueden concretar en las siguientes consideraciones:
a) alrededor del 70% de españoles no fumaban ni antes de la pandemia ni durante la pandemia
b) el 2,6% de los que fumaban lo han dejado
c) alrededor del 1,2% han empezado a fumar en este periodo
d) el porcentaje de personas que han aumentado el consumo de tabaco durante la pandemia se encuentra en torno al 5,7%, mientras que el porcentaje de personas que reducen el consumo de tabaco durante la pandemia asciende al 5,5%.
Aunque no ha habido cambios con respecto al sexo, por tramos etarios se ha detectado que, a medida que aumenta la edad, se incrementa el porcentaje de no consumidores de tabaco y, entre las personas más mayores, lo más habitual es el mantenimiento del consumo sin producirse grandes cambios. Por otra parte, entre las personas más jóvenes se detectan más cambios en los patrones de consumo, siendo superior el porcentaje de jóvenes que abandonan o disminuyen el consumo.
La mayoría de trasplantados de riñón, inmunizados tras la vacunación
Un estudio publicado en la revista ‘American Journal of Trasplantation’ y liderado por investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS (Barcelona) sostiene que el 65% de las personas que se han sometido a un trasplante de riñón y que están vacunadas con la vacuna de Moderna frente al SARS-CoV-2 están inmunizadas frente al COVID-19 (ya sea vía anticuerpos o vía respuesta celular). La respuesta es más baja que en la población general.
Después de la vacunación, los pacientes sin exposición previa al virus que desarrollaron respuesta de anticuerpos o celular fueron finalmente el 65,0%, de los cuales el 29,9% desarrollaron inmunoglobulinas (anticuerpos) y 35,0% positividad en el ELISpot (respuesta celular a través de la activación de linfocitos T capaces de actuar frente al virus). Los factores asociados con la falta de respuesta a la vacuna fueron la diabetes y el tratamiento con inmunoglobulinas antilinfocitarias durante el último año (un fármaco que se usa para prevenir o tratar el rechazo del órgano). Los efectos secundarios fueron similares al del resto de población. Estudios ya publicados apuntaban que el porcentaje de pacientes que desarrollaban anticuerpos contra el COVID-19 era inferior en los trasplantados que en la población general.
Uso de la vacuna antiCOVID en niños
Por otro lado, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha recomendado otorgar una extensión de la indicación para la vacuna frente al COVID-19 Comirnaty (Pfizer-BioNTech) con el fin de incluir su uso en niños de 12 a 15 años. Este preparado ya está aprobado para su aplicación en adultos y adolescentes de 16 años de edad o más.
La aplicación de Comirnaty en niños de 12 a 15 años será la misma que en personas de 16 años o más: se administra en dos inyecciones en los músculos de la parte superior del brazo, con tres semanas de diferencia. En un estudio, la eficacia de esta vacuna fue del 100% (aunque la tasa real podría estar entre el 75% y el 100%). Los efectos secundarios más comunes en los niños de 12 a 15 años son similares a los de las personas de 16 años o más: incluyen dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, escalofríos y fiebre. Estos efectos suelen ser leves o moderados y mejoran a los pocos días de la vacunación.
La vacuna de Janssen, también en personas de entre 40-49 años
Por último, la Comisión de Salud Pública de España ha aprobado que la vacuna de Janssen / Johnson & Johnson pueda administrarse también en personas de entre 40 y 49 años de edad, y no solamente en sujetos con edades más avanzadas. Esta vacuna sólo necesita una sola dosis y no dos como el resto de preparados frente al coronavirus.
El pasado mes de abril, la Agencia Europea del Medicamento determinó que la vacuna de Janssen había provocado un reducido número de casos de trombos sanguíneos, pero al mismo tiempo confirmaba que el perfil general de riesgo-beneficio del fármaco seguía siendo positivo.