Redacción Farmacosalud.com
En verano, son muchos los que se lamentan de los excesos del invierno y se acuerdan de forma repentina de los kilos de más. Es la época de cuidarse para lucir el mejor tipo en la playa, cuidar la alimentación y mantener hábitos más saludables. Sin embargo, ¿cumplen con este tópico los españoles? ¿Qué porcentaje de la población se plantea realizar dieta de cara o adelgazar al verano? ¿Y qué medidas toman para ello? Con el objetivo de resolver estas preguntas, desde IMOP y Berbés Asociados han llevado a cabo una nueva edición de la pregunta IMOP-Berbés.
Según los resultados obtenidos, un 15% de la población realiza o va a realizar algún tipo de dieta o medida para adelgazar en verano. De entre ellos, se observan diferencias por sexo o grupos de edad, ya que el porcentaje es mayor entre las mujeres (18%) que entre los hombres (12%) y, sobre, todo destaca un mayor porcentaje entre las personas con edades comprendidas entre los 25 y 34 años. De entre aquellos que quieren bajar de peso, cuentan con gran variedad de medidas para ello. La más destacada es realizar ejercicio (84%), destacada principalmente entre las personas de entre 25 y 34 años (98%) y con menor éxito entre los mayores de 65 (con un porcentaje del 66%).
Otras medidas destacadas para adelgazar empleadas por este sector de la población son llevar una dieta más equilibrada (con un porcentaje del 78% y más respondida por mujeres que hombres), reducir el número de dulces y grasas (72%) e intentar comer menos (66%), siendo estas dos últimas medidas más populares entre los hombres que en las mujeres. En menor medida, aquellos que desean adelgazar de cara al verano también optan por recurrir a un médico o nutricionista que les aconseje, a productos de farmacia y herbolarios, a dietas rápidas, a cremas reductoras y/o reafirmantes, a tratamientos en clínicas de estética y otras medidas para ello.
Los alimentos procesados reducen la carga microbiana
Actualmente, junto al consumo de alimentos naturales, como pueden ser las hortalizas y las frutas, ingerimos productos elaborados o procesados en cantidades relativamente importantes. La función principal del procesado de los alimentos es disminuir su carga microbiana, aumentando en consecuencia la seguridad de su consumo, así como hacerlos más fácilmente digestibles y, en muchas ocasiones, contribuir a la mejora de sus características organolépticas. Así lo ha manifestado el Prof. Ángel Gil, presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), durante el III Curso de Verano de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT).
Sin embargo, el presidente de FINUT añade que “existen otros muchos alimentos, en particular platos y productos listos para el consumo, que sufren elaboraciones complejas en las que se incluyen aditivos de naturaleza diversa. A estos alimentos se les ha empezado a denominar ‘ultraprocesados’”. Tanto los alimentos procesados industrialmente como los procesados en el hogar son sometidos a la acción de diferentes agentes físicos, especialmente temperatura (refrigeración, congelación, cocción, fritura, etc.). En este sentido, Gil señala que “los tratamientos tecnológicos tienen una influencia importante sobre su valor nutritivo, y resulta necesario optimizarlos para minimizar las pérdidas, especialmente de vitaminas, e impedir la aparición de sustancias potencialmente tóxicas”.
¿Cómo sanar la relación con la comida?
Por otro lado, la directora de la Escuela de Alimentación SEN (Saludable, Energética y Nutritiva), Núria Roura, propone en su libro DETOX SEN un nuevo estilo de vida que empieza por tomar conciencia de nuestra alimentación. La obra ha llegado ya a la 3ª edición. Para Roura la salud es el resultado del equilibrio entre los alimentos primarios (espiritualidad, carrera profesional, ejercicio y relaciones con uno mismo y con los demás) y los alimentos secundarios (lo que comemos, cómo lo comemos, cómo lo absorbemos, cómo lo digerimos...). Por ello, Roura centra su trabajo en la alimentación como vehículo y punto de partida para ir a la raíz de la persona: para trabajar el autoconocimiento y así sanar, aceptar y perdonar, para vivir desde el amor y alimentarnos con conciencia.
La primera parte del libro descubre la importancia de la alimentación para todos los órganos del cuerpo, y en la segunda y tercera parte, los lectores encontrarán un paso a paso de desintoxicación holística, incluido un menú de choque (detox) para depurar el organismo y preparar así al cuerpo para un nuevo estilo de vida SEN. El libro está prologado por Odile Fernández, doctora y autora del libro ‘Mis recetas anticáncer’.
Recomendaciones para que los ancianos estén bien hidratados en verano
A todo esto, la Fundación Edad&Vida organiza durante los meses de julio y agosto la séptima edición de la ‘Campaña de Hidratación Edad&Vida’, una iniciativa por la que más de 4.000 personas mayores reciben recomendaciones generales para estar adecuadamente hidratados en verano. El objetivo de esta iniciativa es concienciar a las personas mayores y a sus cuidadores de la importancia de ingerir líquidos para lograr una adecuada hidratación en época estival. Para ello, se ha distribuido un folleto informativo con consejos de hidratación para este colectivo, para que lo puedan leer y tener en cuenta en los centros participantes en la actividad formativa.
En total, 41 centros residenciales de toda España participan en esta campaña, que recibirán 18.000 litros de Aquarius y Aquarius Zero. Las altas temperaturas y la humedad ambiental elevada pueden contribuir a la deshidratación. Ante esta situación, se hace indispensable seguir unas pautas generales de hidratación, como beber diariamente entre 6 y 8 vasos de líquido y consumir ciertos alimentos con alto contenido en agua como frutas y verduras (melón, sandía, naranja, pomelo, uva, zanahoria, pepino, etc.) que ayuden a mantener un adecuado nivel de hidratación. En el caso de las bebidas, se recomienda leer la información nutricional y la cantidad de azúcares y las calorías que aportan. Existen bebidas con y sin azúcares y con o sin calorías para poder elegir la que mejor ayude a controlar la ingesta de energía.
Con la edad disminuye la sensación de sed. Este es un problema que, según la Fundación Edad&Vida, se produce por las dificultades de movilidad o por la presencia de otras enfermedades que pueden hacer que las personas mayores beban menos de lo necesario, por lo que se recomienda beber sin esperar a tener sed.