Redacción Farmacosalud.com
Tener hemorroides y ‘perder el culo’ por someterse a una THD no es ninguna frase hecha más o menos original, sino una necesidad. La clave radica en la mencionada THD, una técnica quirúrgica indicada para tratar las siempre molestas hemorroides (popularmente conocidas como almorranas), que son una especie de almohadillas que se encuentran en la zona ano-rectal y que cuando se hinchan pueden llegar a hacer la vida imposible a quien las sufre. Según el doctor Fernando Noguerales, catedrático de Cirugía y jefe de Sección de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (HUPA, en Alcalá de Henares, en Madrid), “el dato más llamativo” de dicho procedimiento quirúrgico “es la menor intensidad y duración del dolor postoperatorio”, como lo demuestra el hecho de que “el dolor más intenso no suele sobrepasar los 4-5 días”.
“Con esta técnica se consigue ‘fijar’ las hemorroides en el interior del canal recto-anal con una serie de suturas internas a las que denominamos rectopexia o hemorroidopexia. Además, mediante una sonda doppler se localizan las arterias hemorroidales en el canal rectal y se suturan con la misma sutura anterior (desarterialización). Hemos conseguido eliminar el flujo sanguíneo a las hemorroides y fijarlas en el interior del canal recto-anal”, indica Noguerales. En cuanto al debate abierto sobre si la herencia genética influye o no en la aparición de la enfermedad hemorroidal, el cirujano-proctólogo explica que en el ámbito de esta patología “se suelen encontrar familias con varios miembros afectos”. Con todo, “no se ha establecido el carácter hereditario, aunque sí una cierta predisposición familiar”, agrega.
-Un estudio que ha liderado su hospital confirma que el tratamiento de hemorroides mediante desarterialización y hemorroidopexia (THD) guiada por doppler es una buena alternativa a la técnica clásica de Milligan-Morgan. ¿Por qué? ¿Puede aportar datos comparativos concretos en términos de consumo de analgésicos antiinflamatorios, estancia hospitalaria y número de días de baja laboral?
Aunque no existen estudios comparativos precisos (los estamos realizando en el momento actual), estamos en condiciones de afirmar, según experiencia propia y de otros centros, que con la técnica THD se consigue una menor estancia hospitalaria (se intervienen en CMA: cirugía mayor ambulatoria, sin ingreso) y hay menor consumo de analgésicos: 8’8 ± 2’7 días, mientras que el dolor más intenso no suele sobrepasar los 4-5 días. La reincorporación a la vida laboral se reduce considerablemente, aunque eso es muy variable, ya que muchos enfermos (amas de casa, jubilados) no tienen vida laboral activa. En mi experiencia, alrededor de los 10-12 días son dados de alta laboral. El dato más llamativo es la menor intensidad y duración del dolor postoperatorio.
-¿En qué consiste exactamente la técnica THD?
Las hemorroides se intervienen por dolor (producido, por regla general, por la exteriorización permanente) y por hemorragia. Con esta técnica se consigue ‘fijar’ las hemorroides en el interior del canal recto-anal con una serie de suturas internas a las que denominamos rectopexia o hemorroidopexia. Además, mediante una sonda doppler se localizan las arterias hemorroidales en el canal rectal y se suturan con la misma sutura anterior (desarterialización). Hemos conseguido eliminar el flujo sanguíneo a las hemorroides y fijarlas en el interior del canal recto-anal. De aquí el nombre de la técnica por sus siglas en inglés -THD, Desarterialización Hemorroidal Transanal-.
-¿La THD está indicada para toda clase de hemorroides?
Las hemorroides se clasifican en grados: I a IV según su grado de prolapso (exteriorización). Las de Grado I, más pequeñas e internas, en general no es preciso operarlas. Las de Grado II, III y IV, salvo circunstancias especiales, se pueden operar con esta técnica.
-La enfermedad hemorroidal suele tener muchas causas (estreñimiento, sedentarismo, obesidad, dieta, embarazo, hipertensión portal -elevada presión en el sistema venoso portal-, obstrucción urinaria, cirrosis hepática, problemas con la microcirculación...) y existe cierto debate sobre si los antecedentes familiares también influyen en la aparición de esta patología. ¿Hay factor genético?
Es muy difícil afirmarlo. Es una enfermedad extraordinariamente frecuente, si bien la mayoría de las personas que la padecen no se intervienen quirúrgicamente. Por tanto, se suelen encontrar familias con varios miembros afectos. No se ha establecido el carácter hereditario, aunque sí una cierta predisposición familiar.
-¿Cómo pueden evitarse las hemorroides?
Previamente se han citado algunos factores de riesgo o predisponentes. También es importante evitar el estreñimiento -dieta rica en fibra, abundante agua, laxantes si es preciso-. Los factores laborales -tanto personas que están mucho tiempo sentadas, como de pie- son difíciles de cambiar. Lo mismo ocurre con los embarazos o la obesidad.
-Una hemorroide trombosada es muy molesta y además puede llegar a causar graves daños, como gangrena e infecciones. ¿Cuándo y cómo se llega a estos cuadros-límite?
Suelen ser hemorroides externas de pequeño tamaño que por estancamiento de la circulación en su interior llegan a formar un coágulo -trombosis-. Producen un dolor muy intenso y es preciso que el paciente acuda a un servicio de urgencias. Es relativamente sencillo extirpar el coágulo, con lo que el paciente mejora llamativamente. Las complicaciones graves son excepcionales.
-La dolencia hemorroidal forma parte de la proctología, ámbito médico que trata las patologías del ano, colon y recto. Una nueva técnica llamada Gatekeeper imita las hemorroides sanas para tratar la incontinencia fecal. ¿Qué pacientes son candidatos a este procedimiento?
La técnica Gatekeeper consiste en la implantación de unas pequeñas almohadillas de poliacrilonitrilo. Miden 21 x 2 mm y se expanden una vez implantadas en la pared rectal, mediante control ecográfico. Se pretende que la ocupación de espacio junto con la propia contracción muscular del paciente sea suficiente para controlar la incontinencia leve-moderada. Son candidatos los pacientes con incontinencia tipo ‘urgencia defecatoria’ e incontinencias con esfínteres íntegros, no lesionados previamente.
-¿Qué otros avances médicos destacaría en la especialidad de las patologías del ano, colon y recto?
Es muy variable y amplio el concepto, ya que la patología del colon y recto incluye gran cantidad de enfermedades, sobre todo tumorales e inflamatorias, donde los avances son constantes. En lo que se refiere a la proctología propiamente dicha, nos estamos moviendo en las últimas tecnologías, dado que la estimulación de raíces nerviosas e implantes son los últimos avances en el tratamiento de la incontinencia. La técnica THD junto con el empleo de endograpadoras para el tratamiento de las hemorroides constituyen las últimas tecnologías.
-A grandes rasgos, ¿qué hacemos bien y qué hacemos mal en el cuidado de nuestra salud colorrectal?
Es fundamental la dieta -insisto en la comida mediterránea, rica en frutas y verduras- para evitar el estreñimiento (un mal de nuestro tiempo), hacer ejercicio físico para mejorar la circulación y sobre todo acudir al especialista ante cualquier signo de alarma: alteración del ritmo intestinal -estreñimiento- diarrea, pérdida de sangre por el ano, pérdida de peso sin causa aparente, anemia de causa no conocida, antecedentes familiares con este tipo de patología, etc.
-Dicen que el ‘algodón no engaña’… ¿Las heces tampoco engañan a la hora de demostrar qué tipo de vida llevamos o qué enfermedades esconden?
Tanto el ritmo de la deposición como la naturaleza de las heces tienen una relación directa con la comida, pero también se relacionan con la funcionalidad intestinal. La pérdida de productos patológicos -excesiva grasa,p.ej.- (heces flotantes), o pérdidas sanguíneas tienen que ver con determinadas enfermedades -se debe acudir al especialista-. La comida rápida, demasiado astringente, el sedentarismo, etc. condicionan estreñimiento.
-Hay ciertas prácticas sexuales centradas en el ano. ¿Desde un punto de vista meramente médico, qué recomendaría a las personas que recurren a estas prácticas?
La práctica sexual pertenece al espacio íntimo de cada persona, por lo que hay que aconsejar de forma individualizada. Pero, en general, hay que advertir que se pueden producir pequeños traumatismos que condicionan a medio o largo plazo la existencia de fisuras, incluso infecciones locales. Si ya existe una patología previa hay que saber que ésta se puede agravar.