Redacción Farmacosalud.com
Según el Dr. Rodrigo García-Baquero, miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), todavía hay varones con disfunción eréctil (DE) que no consultan con un urólogo por vergüenza, si bien “nuestra percepción es que cada vez son menos” los pacientes que actúan de este modo. “Los problemas sexuales siempre están envueltos en el tabú, y más si hay arraigados pensamientos propiamente masculinos que parecen pertenecer a otra época. Sin embargo, el acceso libre a la información a través de internet y las campañas masivas de concienciación femenina hacen que el hombre con DE demande soluciones cada vez más frecuentemente y de manera más precoz”, remarca García-Baquero.
La disfunción eréctil es la incapacidad para lograr o mantener una erección, lo que popularmente se conoce como ‘impotencia’. Otro de los problemas asociados al apocamiento que puede generar este trastorno es el empleo de remedios caseros o bien pseudorremedios vendidos por internet que no tienen ninguna utilidad, o que incluso pueden causar perjuicios para la salud.
La DE, un trastorno que puede ser síntoma centinela de enfermedades graves
“Al hilo de lo anterior, aún hay hombres que, por vergüenza o búsqueda de intimidad o de privacidad, buscan soluciones a través de internet. Fundamentalmente no desean ser señalados y evitan el contacto con su médico de Atención Primaria para no ser derivados después a las consultas de Urología o Andrología. Si el paciente sabe documentarse puede ser correctamente atendido por videoconsultas. Sin embargo, en esta situación el hombre afectado se encuentra en una situación frágil, ya que puede caer en manos de falsos especialistas o en la tentación de comprar productos de origen incierto”, advierte el experto.
“Estos pseudofármacos pueden resultar peligrosos -continúa el Dr. García-Baquero-, dado que su composición química exacta es desconocida y no están sujetos a ningún sistema de farmacovigilancia. Los remedios caseros también pueden llegar a ser peligrosos, pero sobre todo son ineficaces. Estos tratamientos generalistas, además de ser una pérdida de tiempo real a la hora de poder encontrar una solución satisfactoria para el paciente, obvian la realización de un estudio general de salud del varón con DE, proceso completamente necesario en estos casos… y es que la disfunción eréctil puede ser síntoma centinela de enfermedades graves”.
Por ejemplo, ahí está la diabetes. De hecho, la DE no es considerada per se una enfermedad, sino una condición o un síntoma. Son múltiples las causas de la disfunción eréctil, pudiendo ser: de tipo vascular, neurológico, hormonal o incluso psicógeno*. La principal causa es la etiología vascular, implicada en más de 60% de los casos. Los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, obesidad, sedentarismo, tabaquismo, aumento de niveles de lípidos en sangre, etc.) se encuentran íntimamente relacionados con la DE. “La DM (diabetes mellitus) es otro factor de riesgo cardiovascular que ha demostrado causar disfunción eréctil, no sólo por la afectación vascular, sino también por la afectación neurológica propia de la DM evolucionada y mal controlada. Esta afectación se produce mediante los mismos mecanismos implicados en la lesión de otros órganos (retinopatía diabética, úlceras diabéticas, neuropatía diabética, insuficiencia renal, etc.)”, explica el portavoz de la AEU.
*psicógeno: originado en la psique
Evaluación global, clínica y analítica
Así las cosas, no es infrecuente detectar un problema de salud mayor en las consultas de Urología cuando un paciente sólo refiere un problema de erección, puesto que, en realidad, ese problema puede ser pefectamente síntoma centinela de una enfermedad potencialmente más grave. “Es por ello que la realización de una evaluación global, clínica y analítica es imprescindible" en el manejo de estos individuos, refiere García-Baquero.
Tal y como se ha apuntado anteriormente, la disfunción eréctil puede ser un indicador de la presencia de varias patologías. Las principales son las enfermedades vasculares o cardiovasculares (hipertensión arterial, DM, dislipemias). Las enfermedades neurológicas que causan problemas de erección pueden ser patologías degenerativas, accidentes cerebrovasculares (ictus), tumores neurológicos o la propia enfermedad renal o hepática. Hay afecciones hormonales que también pueden causar DE, como el hipogonadismo, el hipertiroidismo o el panhipopituitarismo, entre otras. “No se debe olvidar el posible origen psicógeno, especialmente en pacientes jóvenes, y los casos de disfunción eréctil motivados por cirugías pélvicas como la prostatectomía y la cistectomía radicales”, especifica.
¿Cuanto mayor sea el deseo sexual, mayor será la gravedad de la DE?
Llegados a este punto, no es baladí preguntarse si la disfunción eréctil se retroalimenta… nos explicamos: supongamos que un hombre que sufre DE tiene enormes deseos de mantener un contacto sexual con alguien, y de hecho está a punto de tenerlo: ¿cuanto mayor sea el deseo, mayor será la dificultad para lograr o mantener una erección? “En cierta manera, sí, aunque yo lo expresaría de otra forma -contesta el Dr. García-Baquero-. Un hombre puede tener un problema orgánico que motive una disfunción eréctil (por ejemplo, una DM), pero con mucha frecuencia va a presentar factores psicológicos que agraven el cuadro. Estos factores pueden ser de diversa naturaleza: síntomas depresivos reactivos a la DE, baja autoestima, baja excitación, bajo deseo sexual o libido, problemas de pareja, y dificultades en la socialización, entre otros”.
A juicio del facultativo, la retroalimentación expresada en la pregunta no es más que un ejemplo de lo que se denomina ‘ansiedad anticipatoria’. “Explicado en palabras llanas: un paciente con DE, a la hora de enfrentarse al encuentro sexual, puede padecer un estado de nerviosismo generalizado que empeore su disfunción eréctil basal y motive el fracaso ocasional del tratamiento inicialmente indicado”, determina García-Baquero.