Redacción Farmacosalud.com
Tener periodontitis avanzada triplica la probabilidad de sufrir un ictus isquémico futuro, según ha puesto de manifiesto el grupo de trabajo conjunto que recientemente han creado la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) y la Sociedad Española de Neurología (SEN). El perfil de paciente con periodontitis que tiene un riesgo elevado de padecer un accidente cerebrovascular se corresponde con un hombre de avanzada edad (>60 años) que presente factores de riesgo vasculares tales como una presión arterial alta, diabetes, obesidad, o con un colesterol elevado, junto con hábitos pocos saludables como el tabaquismo o el sedentarismo”, advierte a través de www.farmacosalud.com el Dr. Yago Leira Feijóo, coordinador por parte de la SEPA del grupo de trabajo conjunto con la SEN para el estudio y divulgación de la relación entre las enfermedades de las encías y las enfermedades neurológicas.
La periodontitis se podría definir como una afección de origen infeccioso en la que se produce una respuesta inmuno-inflamatoria a dicho ataque bacteriano. En personas potencialmente susceptibles al desarrollo de la patología, sufrirán una destrucción gradual y progresiva de los tejidos que sostienen a los dientes, incluyendo el hueso y la encía. En estadios muy avanzados de la enfermedad, los dientes comienzan a moverse pudiendo llegar a perderse.
En cuanto al accidente cerebrovascular, los datos más recientes revelan que cada año 71.780 españoles sufren uno de estos episodios. De esos pacientes, “un 13% no sobreviven”, lo que comporta “que esta enfermedad sea la segunda causa más común de muerte en España”, recuerda el Dr. Leira mediante un comunicado. De los supervivientes, se estima que el 30% quedan con algún tipo de discapacidad. El tipo más frecuente de ictus es el isquémico (correspondiente a un 80% de los casos totales), que es causado por una obstrucción de una arteria del cerebro, bien por un coágulo que se produce dentro del propio vaso sanguíneo cerebral, bien por un coágulo que se produce en otro lugar del sistema circulatorio y que se desplaza hasta el cerebro.
Porphyromonas gingivalis, Tannerella forsythia, Treponema denticola…
Actualmente se sabe que una exposición acumulada a ciertas bacterias orales, como las involucradas en la periodontitis, produce un estado proinflamatorio crónico no solo a nivel de las encías, sino también en el resto del cuerpo, aumentando el riesgo de padecer un ictus. Los microorganismos que con mayor frecuencia se asocian con infección de las encías son Porphyromonas gingivalis, Tannerella forsythia, Treponema denticola y Aggregatibacter actinomycetemcomitans, entre otras. “El acúmulo de placa dental en la superficie dentaria que posteriormente se calcificará y producirá el denominado cálculo dental es la principal fuente de producción de estas bacterias”, detalla Leira, a su vez investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (La Coruña) y del UCL Eastman Dental Institute de Londres.
Además, tal y como subraya el experto, “en pacientes que ya han sufrido un ictus isquémico, el riesgo de padecer un segundo evento vascular es 2 veces mayor en aquellos que presentan formas avanzadas de periodontitis”. Estos datos resultan aún más significativos si se tiene en cuenta que “en España sólo un 5% de la población adulta está sana periodontalmente; más de la mitad padece gingivitis y un 38% de media tiene periodontitis, incrementándose esta cifra hasta el 65% en mayores de 55 años”, precisa.
El abordaje terapéutico de la periodontitis, dividido en cuatro etapas
El tratamiento de la periodontitis contempla 4 fases, que concreta a continuación el Dr. Leira:
• La primera es la denominada fase sistémica, que tiene como objetivo controlar otras patologías sistémicas y medicaciones que influyan en las encías, así como hábitos nocivos que afecten la respuesta al tratamiento periodontal.
• La segunda fase consiste en el control de la infección e inflamación periodontal mediante la denominada terapia periodontal no quirúrgica, que consiste en la eliminación mecánica del cálculo dental y que podrá estar acompañada del uso de antimicrobianos tales como antisépticos orales (colutorios), antibióticos locales o sistémicos u otros medicamentos con efecto antiinflamatorio. Esta fase también incluye la instrucción en medidas de higiene oral para que el paciente pueda mantener un buen control de placa en casa con un correcto cepillado y limpieza interdental.
• La tercera fase incluye el tratamiento quirúrgico de la periodontitis. Con esta estrategia se pretende acabar de controlar la infección periodontal o reconstruir aquellos tejidos orales destruidos por la misma.
• Por último, pero no por ello menos importante, estaría la fase de mantenimiento periodontal, en la que el paciente acude a citas de revisión programadas de manera individual en función del riesgo de reactivación de la afección que presente cada uno.
“La periodontitis es una enfermedad crónica que no se puede curar. El tratamiento lo que hace es frenar su progresión y, en algunos casos, restaurar los tejidos perdidos. Como en el resto de enfermedades, la clave es la prevención. La manera de prevenir la infección de las encías es teniendo una buena higiene bucodental, así como acudir de manera regular al dentista para revisar la zona gingival. Además, el evitar hábitos nocivos y tener una dieta saludable puede ayudar también a prevenir la aparición de problemas en las encías”, concluye el Dr. Leira.
Presentado un protocolo de detección precoz de riesgo cardiovascular en las consultas dentales
Por su parte, SEPA está promoviendo una serie de iniciativas que contribuyan a paliar las dramáticas cifras asociadas al ictus. Así, recientemente, en el marco del Congreso anual de esta sociedad científica, tuvo lugar el Simposio de la ‘Alianza por la Salud Periodontal y General’, donde se presentó un sencillo protocolo de detección precoz de riesgo cardiovascular en las consultas dentales. “El protocolo incluye la valoración de factores de riesgo tan importantes como la hipertensión arterial, la sospecha de fibrilación auricular o el cribado de diabetes no conocida por el paciente”, apunta el Dr. Miguel Carasol, coordinador general de los grupos de trabajo de SEPA.
Actualmente, más de 50 entidades forman parte de esta Alianza, entre sociedades científicas médicas, colegios profesionales de dentistas, colegios y asociaciones de higienistas, empresas, fundaciones, entidades públicas y Administraciones públicas. Entre las sociedades científicas participantes destacan las de Cardiología, Diabetes, Ginecología y Obstetricia, Médicos de Atención Primaria, Medicina del Deporte y, ahora también, Neurología.