Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), que reúne a más de 4.000 profesionales de la salud respiratoria, ha hecho público la Declaración oficial de SEPAR sobre cigarrillos electrónicos (CE) y los dispositivos que calientan pero no queman tabaco (sistemas Heat not Burn), que en España se comercializan con la marca IQOS, ante las dudas que existen sobre su seguridad y eficacia como método de abandono del tabaco y al mismo tiempo la expansión de su uso especialmente entre los más jóvenes. Para realizar este documento, un equipo de expertos de la Sociedad Científica encabezados por el Dr. Jaime Signes-Costa, coordinador del Área de Tabaquismo de SEPAR, ha revisado la evidencia científica actual para concluir que la inhalación de los aerosoles y humos que generan estos dispositivos es tóxica para la salud. Tampoco pueden recomendarse como métodos para dejar de fumar tras los resultados contradictorios de diferentes ensayos clínicos y metaanálisis, máxime cuando ya existen tratamientos seguros y eficaces como la vareniclina, la terapia sustitutiva con nicotina y el bupropion, unidos al asesoramiento psicológico.
El estudio, que ha sido publicado en la ‘Revista Archivos de Bronconeumología’, advierte que la mayor parte de las publicaciones que minimizan el riesgo para la salud al consumir IQOS® corresponden a estudios promovidos por las empresas tabacaleras, y sus conclusiones sobre la inocuidad son cuestionadas. En este sentido, el Dr. Signes-Costa explica que “es destacable el interés de algunos trabajos en demostrar que la toxicidad del cigarrillo electrónico y los dispositivos Heat nor Burn es menor que el cigarrillo convencional, cuando lo que realmente debemos considerar es que el aparato respiratorio no esté expuesto, de forma gratuita, a ninguna sustancia nociva”.
Publicitados como productos seguros o de bajo riesgo
Las estrategias de control del tabaquismo, implementadas en los países desarrollados, entre ellos España, desde hace varias décadas, han provocado la aparición de alternativas como los cigarrillos electrónicos (CE) y los sistemas Heat not Burn (HnB), que se han presentado y publicitado como productos seguros o de bajo riesgo.
Desde 2013, SEPAR ha mantenido un posicionamiento claro en contra de los e-cigarrillos y otros dispositivos electrónicos constatando que contienen sustancias toxicas que son nocivas para la salud. De igual modo, el Fórum Internacional de Sociedades Respiratorias, que agrupa a las principales sociedades científicas internacionales del ámbito respiratorio, hizo una declaración en contra de estos productos. “A pesar de ello, estamos asistiendo a un incremento en las ventas de estos dispositivos especialmente entre los adolescentes y los jóvenes. Algunas compañías tabaqueras han entrado en el mercado y se ha instaurado la estrategia de que estos dispositivos son un buen método para dejar de fumar. Por ello, en SEPAR pensamos que este era el momento de desarrollar un nuevo documento, con la evidencia actualizada sobre su seguridad y eficacia”, sostiene el Dr. Carlos A. Jiménez-Ruiz, presidente de SEPAR.
Además, el Dr. Jiménez-Ruiz añade: “Las conclusiones obtenidas después de la revisión de los estudios realizados señalan que la utilización de estos dispositivos produce riesgos para la salud y no ayuda a dejar de fumar; por ello, proponemos que los mismos sean considerados como productos de tabaco y cumplan con la legislación vigente en cuanto a consumo, venta y publicidad del tabaco, además de que tengan la misma carga fiscal que tienen los cigarrillos”.
Así, SEPAR considera que deberían prohibirse las agresivas campañas de publicidad que promocionan el uso de estos dispositivos electrónicos que están generando confusión en la población general. A juicio de esta Sociedad, también sería muy importante que estos productos no se pudiesen vender en tiendas normales, sólo en aquellos lugares que la ley permita, y que sus envases deberían mostrar todas las alertas sanitarias que muestran los paquetes de tabaco, es decir, avisos escritos y grafismos que alerten a los consumidores de los riesgos para la salud que su consumo puede tener.
En la actualidad, existen más de 460 marcas de dispositivos electrónicos. El uso del cigarrillo para ‘vapear’ se ha extendido por todo el mundo, duplicándose entre 2008 y 2012. En España, los datos de la Encuesta sobre uso de drogas en enseñanza secundaria (ESTUDES 2018), reflejan que el 48,4% de los alumnos ha utilizado en alguna ocasión el cigarrillo electrónico. En cuanto a los dispositivos de combustión parcial de tabaco o IQOS®, existen menos estudios, pero según Philip Morris Internacional ya lo utilizan más de 5 millones de personas en el mundo. En España se estiman unas ventas acumuladas de 100.000 unidades.
Según SEPAR, en los aerosoles de los CE se han identificado sustancias cancerígenas y partículas ultrafinas, además de nicotina. También contienen radicales libres y especies reactivas de oxígeno que causan estrés oxidativo y dañan la proliferación celular y el metabolismo. También aparecen compuestos orgánicos volátiles y fenoles, entre otras sustancias, y se han detectado metales como cromo, níquel, plomo, manganeso, aluminio, estaño y hierro, en ocasiones en cantidades superiores a las encontradas en el cigarrillo convencional.
Conclusiones del estudio
Tras el análisis realizado, con la evidencia disponible, desde la SEPAR obtienen las siguientes conclusiones sobre el uso de los e-cigarrillos y los dispositivos HnB, en concreto IQOS®:
• Los dispositivos electrónicos se están convirtiendo en la puerta de entrada a la adicción a la nicotina y aunque los mensajes de las compañías tabaqueras insisten en que sus dispositivos sustituyen al cigarrillo convencional, la realidad es que los fumadores se convierten en usuarios duales.
• Los estudios llevados a cabo con cigarrillos electrónicos e IQOS® permiten asegurar que la inocuidad a corto, medio y largo plazo de estos dispositivos no está garantizada.
• Respecto a la eficacia en el abandono del tabaco no se dispone de evidencia científica suficiente para concluir que los cigarrillos electrónicos ayudan a reducir el consumo de cigarrillos y a dejar de fumar. Todo ello, unido a los problemas de seguridad que su utilización produce, hacen que en el momento actual no puedan ser recomendados como tratamiento para dejar de fumar, máxime cuando actualmente sí hay evidencia científica que demuestra que el único tratamiento seguro y eficaz para ayudar a dejar de fumar es el uso de fármacos (vareniclina, TSN y bupropion) unido a asesoramiento psicológico.
• No existe ninguna evidencia de que los dispositivos HnB puedan ser útiles para el abandono del tabaco.