Redacción Farmacosalud.com
El curso escolar 2021-2022 en España, cuyo inicio tendrá lugar en los próximos días, contará con la vacunación antiCOVID de los docentes y de los alumnos mayores de 12 años para reforzar la seguridad en los colegios. Ahora bien, supongamos que un profesor no quiere inmunizarse frente al COVID-19. ¿Se le puede obligar a recibir este suero vacunal?
De entrada, hay que tener en cuenta que, en España, no se puede obligar a nadie a recibir una vacuna. “La única forma en la que se podría obligar a vacunarse es en la aplicación del artículo 3 de la ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, que dice: ‘Con el fin de controlar las enfermedades transmisibles, la autoridad sanitaria, además de realizar las acciones preventivas generales, podrá adoptar las medidas oportunas para el control de los enfermos, de las personas que estén o hayan estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato, así como las que se consideren necesarias en caso de riesgo de carácter transmisible’”, apuntan los Drs. Teresa Cenarro y Pedro Gorrotxategi, vicepresidentes de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
Esta legislación se ha aplicado en alguna ocasión. Un ejemplo es la vacunación obligatoria que, por orden de un juez, se dictaminó para controlar un brote de sarampión en el barrio del Albaicín en Granada, en 2010. "Por lo tanto, sin una autorización judicial no es posible obligar a vacunarse a ninguna persona”, sostienen los Drs. Cenarro y Gorrotxategi.
“Otro aspecto al que queremos apelar es a la responsabilidad individual de un docente que, teniendo que ocuparse de la enseñanza de niños -no vacunados en su mayoría en algunas edades, y teniendo en cuenta que esta es una situación excepcional, en la que no está en juego sólo lo individual, sino también lo colectivo-, opten voluntariamente por aceptar la vacunación, con lo que se harán un bien a ellos mismos y a sus alumnos”, argumentan ambos facultativos.
¿Y si los padres rechazan la vacuna para sus hijos?
Otro problema añadido es la posibilidad de que padres o tutores de alumnos mayores de 12 años no quieran que sus hijos se protejan con un preparado vacunal frente al COVID-19. “La situación es la misma que en el caso anterior -afirman Cenarro y Gorrotxategi-. No existe una obligación legal para la vacunación, pero apelando a la responsabilidad de los padres, esperamos que la mayoría de los niños para los que está autorizada la vacuna lo hagan (se vacunen)”.
Las tasas de inmunización infantil en territorio español están cercanas al 98%, y, “en esta situación excepcional, esperamos que también sean así en los niños mayores de 12 años”, señalan.
“Con una variante más contagiosa, disminuir las medidas de distanciamiento nos parece poco prudente”
La Comisión de Salud Pública de España ha elaborado el nuevo protocolo antiCOVID del curso escolar 2021-2022, cuyo contenido fue presentado la semana pasada en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación, en la que están representados el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas. Así, se establece como objetivo último garantizar la presencialidad en todas las etapas y niveles educativos en condiciones de seguridad. Para ello, se mantienen las principales medidas que permitieron el desarrollo del curso 2020-2021, con un 99% de las aulas en funcionamiento y un 2% de los centros educativos cerrados en el pico máximo.
Así, la mascarilla seguirá siendo obligatoria a partir de los 6 años con posibilidad de valorar su uso en ciertas actividades al aire libre. Los grupos de convivencia estable seguirán funcionando y la distancia interpersonal de 1,5 metros seguirá siendo necesaria, pudiendo reducirse a 1,2 metros en algunos casos. Los dos vicepresidentes de AEPap no ven con buenos ojos ese recorte en los márgenes de separación, más que todo por la aparición de la variante Delta del coronavirus, que presenta una mayor transmisibilidad: “La información del Ministerio establece como norma general que la distancia de seguridad sea de 1,5 metros, dejando la posibilidad de reducirse a 1,2 metros en algunos casos. En la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria somos partidarios de mantener la distancia de 1,5 metros como se utilizó el año anterior, porque una reducción de esos márgenes sólo puede tener como objetivo que haya más niños en el aula y que los grupos sean mayores. Con una variante más contagiosa que la del año pasado y una incidencia general más elevada, disminuir las medidas de distanciamiento nos parece una medida poco prudente”.
“Además de eso, somos partidarios de seguir implementando todas las medidas que se pusieron en marcha el año pasado: ventilación adecuada de las aulas, grupos burbuja, limpieza de manos, etc.”, comentan ambos expertos. De hecho, la ventilación frecuente y cruzada constituirá otro de los preceptos de prevención fundamentales en las aulas, según se ha anunciado desde el Ministerio de Educación.
“Una vez que comience el curso, y viendo la evolución de la pandemia, se podrían modificar estas medidas, de acuerdo con las recomendaciones de Salud Pública y del Ministerio de Sanidad”, recuerdan los Drs. Cenarro y Gorrotxategi.