Redacción Farmacosalud.com
La hepatitis C es una enfermedad causada por el Virus de la Hepatitis C (VHC), el cual se transmite fundamentalmente a través de la sangre y ataca el hígado, que se inflama y realiza sus funciones de forma anómala. La gran mayoría de los actuales infectados se contagiaron en los años 70 u 80. El VHC se descubrió a finales de los años 80 y desde la década de los 90 se controla su presencia en todas las transfusiones y productos sanguíneos. Es por este motivo que cada vez hay menos nuevos infectados. En este sentido, el jefe del servicio del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Badalona, en Barcelona), Ramon Planas, apunta que “teniendo en cuenta que los nuevos casos han bajado y que la eficacia de los nuevos fármacos es de más del 90%, podemos estimar que hacia el año 2030 la hepatitis C prácticamente no existirá”.
Precisamente, un nuevo estudio internacional ratifica la eficacia de los agentes antivirales directos de tercera generación para el tratamiento de las personas con hepatitis C. En este caso, se trata de un ensayo de fase III con más de 700 infectados que aún no habían desarrollado cirrosis y que no habían sido tratados anteriormente. En global, su tasa de curación supera el 96%, pero es más elevada para el llamado genotipo 1b, el subtipo de virus que infecta mayoritariamente a los europeos. En este caso, la curación es del 99%. El estudio, que tiene como firmante en España al Hospital Germans Trias i Pujol, se ha publicado en la prestigiosa revista científica ‘The New England Journal of Medicine’, han informado fuentes del centro hospitalario.
Pruebas con ribavirina
El ensayo ha testado la eficacia y la seguridad de la terapia combinada de los fármacos ABT-450/r/Ombitsavir y Dasabuvir, una combinación de agentes antivirales directos que en los últimos días se ha publicado que funciona en pacientes con cirrosis. En este caso, en cambio, se ha estudiado su efecto en los pacientes sin cirrosis y no tratados previamente, que se estima que son, al menos, la mitad de los infectados. Y los resultados han sido muy positivos, ya que se han curado un mínimo del 96% de los dos subtipos de pacientes que han formado parte del ensayo: los que están infectados por el genotipo 1a del virus, más prevalente en América del Norte, y los afectados por el genotipo 1b, más prevalente en Europa.
En la combinación de estos fármacos, el estudio ha investigado también la eficacia del tratamiento añadiendo o prescindiendo de la ribavirina, usada en las terapias de primera y de segunda generación, en donde se combina con el interferón. La ribavirina, aparte de ser potencialmente teratogénica, causa algunos efectos adversos indeseables, como náuseas, insomnio, prurito, aumento de los niveles de bilirrubina y disminución de los de hemoglobina. Los resultados han sido mejores en el caso del subtipo 1b del virus, que afecta a la población europea: con o sin ribavirina la curación ha sido del 99%. En cambio, en la infección por el genotipo 1a, los resultados han continuado siendo mejores con ribavirina (más del 96% de curación) que sin ella (90%).
Una enfermedad asintomática hasta que ya ha avanzado en el enfermo
La hepatitis C puede ser asintomática hasta que ya ha avanzado, de forma que aproximadamente un 70% de las personas que tienen el virus lo desconocen. Cuando aparecen los síntomas, pueden ser graves, como por ejemplo la cirrosis y sus descompensaciones o el cáncer de hígado. De hecho, el virus es la principal causa de estas dos patologías y también de la necesidad del trasplante del órgano en el mundo occidental.