Redacción Farmacosalud.com
Parece inevitable: con la quinta ola del coronavirus, la que afecta mucho más a niños y adolescentes en comparación con otras olas previas, aumentarán los casos del conocido como síndrome inflamatorio multisistémico asociado a COVID-19 (MIS-C), catalogado meses atrás como una nueva enfermedad pediátrica. A diferencia de los pacientes adultos de COVID-19, en los que cuando se produce una respuesta exagerada del sistema inmune dicha respuesta suele aparecer a los 6 o 7 días de la infección, en menores de edad este proceso inmunológico se desencadena al cabo de unas semanas de haber pasado el período infeccioso. “Tendremos casos de MIS-C en las próximas semanas, es lo que estamos esperando y por eso ya hemos puesto en marcha nuestras alertas”, afirma el Dr. Carlos Rodrigo, director clínico de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona, en Barcelona). En general, la mayoría de afectados por MIS-C son niños/adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años.
De los pocos casos de MIS-C declarados en el mundo, la mayoría han afectado a población negra y de origen asiático. En España, también ha habido un porcentaje desproporcionadamente elevado de menores de edad de tales etnias. Por ahora, no se ha observado que la nueva patología vaya asociada a ninguna otra enfermedad o comorbilidad que pudiera estar sufriendo el paciente pediátrico.
Inmunoglobulinas a dosis altas y corticoesteroides
El síndrome inflamatorio multisistémico asociado a COVID-19 repercute en todo el organismo y recuerda, en gran medida, a la enfermedad de Kawasaki, que también se caracteriza por presentar un cuadro inflamatorio multisistémico (es decir, que afecta a muchos órganos). De hecho, al principio se creyó que los casos de MIS-C eran en realidad síndromes de Kawasaki, pero después se pudo comprobar que el espectro del MIS-C era más amplio y que no todos los pacientes presentaban tantas similitudes con aquella otra afección.
En líneas generales, los pacientes de MIS-C “responden muy bien al tratamiento. Y, aunque no sabemos con total seguridad si la terapia adecuada es la que hemos estando administrando porque todavía no hay suficiente experiencia acumulada, la verdad es que esos niños están respondiendo al tratamiento que en su momento se consideró la mejor opción, que es el aplicado para la enfermedad de Kawasaki. Así, se ha demostrado la eficacia de la administración de inmunoglobulinas a dosis altas… es una estrategia que no pretende aumentar las defensas del organismo, sino bloquearlas para frenar esa inflamación o reacción exagerada del cuerpo. Cabe recordar que el MIS-C se manifiesta a raíz de una confusión del sistema inmune del enfermo, en tanto que dicho sistema cree que debe defenderse de algo que en realidad ya no existe (la infección por COVID-19 ya no está activa)”, aduce el Dr. Rodrigo.
Igual que en los cuadros más severos de la enfermedad de Kawasaki, aquellos pacientes que no responden al tratamiento con inmunoglobulinas reciben corticoesteroides, que es otro tratamiento clásico destinado a frenar la respuesta inmunitaria.
Se han registrado muertes por MIS-C
Con todo, los niños con síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico deben estar sometidos a un seguimiento específico para descartar manifestaciones cardiovasculares como el shock, arritmias cardíacas, derrame pericárdico y dilatación de las arterias coronarias, que son las complicaciones cardiovasculares más comunes. “Si la afectación es discreta (una miocarditis o inflamación del corazón poco importante), el paciente puede recuperarse. Ahora bien, en algunas ocasiones el MIS-C llega a provocar una insuficiencia cardíaca muy problemática”, advierte el director clínico de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol. De hecho, en España se registró un caso gravísimo que pudo solucionarse con la aplicación de la denominada ECMO, u Oxigenación por Membrana Extracorpórea, pero en otros lugares del mundo han llegado a producirse defunciones por culpa de las complicaciones derivadas de la nueva enfermedad.
La campaña de vacunación antiCOVID en niños y adolescentes prevista para los próximos meses (o incluso en cuestión de semanas) podría reducir la posibilidad de desarrollar síndrome inflamatorio multisistémico asociado a COVID-19. Al menos eso es lo que se piensa, ya que todavía no se dispone de la suficiente experiencia como para garantizar con rotundidad que se obtendrán tales beneficios. “Una de las cosas que barajamos a la hora de decidir la vacunación en menores es que la aplicación de la inmunización les aporte un beneficio importante. Y, lógicamente, poder prevenir la aparición de MIS-C, que es la forma más grave de COVID-19 en pediatría, sería un gran beneficio”, señala el Dr. Rodrigo.
Cada vez más adolescentes necesitan rehabilitación
Por otro lado, la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) advierte que se está registrando un aumento de adolescentes y jóvenes que necesitan Rehabilitación como consecuencia de haber desarrollado COVID-19. Los servicios de Rehabilitación de los hospitales de España están atendiendo cada vez más casos de personas en esta franja etaria que, tras el alta hospitalaria, precisan de la valoración por parte de especialistas en Medicina Física y Rehabilitación y de la consiguiente indicación de un tratamiento específico, dirigido a curar o minimizar las secuelas producidas tras la infección por el coronavirus SARS-CoV-2.
Este incremento se debe a que, ahora, los jóvenes y adolescentes son quienes más se infectan por COVID-19 y desarrollan la enfermedad por no estar inmunizados. También hay que tener en cuenta que el hecho de ser jóvenes no les excluye de tener complicaciones derivadas de la patología. En este contexto, desde la SERMEF se recuerda que los médicos rehabilitadores son ‘los médicos especialistas encargados de coordinar el tratamiento que necesitan estos pacientes, realizado por un equipo interdisciplinar que incluye fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas’.