Redacción Farmacosalud.com
La posibilidad de hacer deporte teniendo glaucoma y qué tipos de deporte se pueden practicar, si la cirugía es totalmente eficaz para tratar esta patología, si el glaucoma es hereditario, o si es una dolencia que siempre deriva en ceguera, son las preguntas más habituales que formulan las personas que sufren esta enfermedad ocular y sus allegados, precisa desde www.farmacosalud.com Joaquín María Carratalá, presidente de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF). Las respuestas a todos estos y muchos otros interrogantes más se encuentran en la guía ‘Las 101 dudas sobre glaucoma que siempre quisiste saber y no te atreviste a preguntar’, un documento promovido por AGAF y Laboratorios Salvat que cuenta con el aval de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG).
La guía permite a los pacientes comprender mejor esta afección y aprender a gestionarla adecuadamente. Las preguntas han sido contestadas, lógicamente, por profesionales de la salud, en concreto, por especialistas médicos de la SEG. El glaucoma, que es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo, es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al nervio óptico y que se relaciona generalmente con un aumento de la presión intraocular (PIO).
Las 4 principales dudas
a) la posibilidad de hacer deporte teniendo glaucoma y qué tipos de deporte. De acuerdo con el nuevo texto presentado, si bien ‘hay ciertas actividades extremas que se recomienda evitar, no hay problema en que el paciente vaya al gimnasio y haga ejercicios de fuerza o de cardio. Los ejercicios de fuerza producen unas pequeñas maniobras que en medicina llamamos de Valsalva. Cuando una persona levanta peso aumenta la presión intratorácica porque contiene la respiración para poder apoyarse en toda su musculatura. Sin embargo, estos ejercicios son de corta duración y no entrañan una reducción de la oxigenación de la sangre (hipoxia)’.
También se apunta que ‘los deportes aeróbicos son los más recomendables, pues se han asociado a una disminución de la presión ocular. Se ha observado una leve reducción de la tensión ocular transitoria tras la práctica de bicicleta estática o running. La natación puede practicarse, pero deben usarse gafas de nadar de borde ancho, tipo gafas de buceo, para evitar la succión que puede producir una gafa de natación tipo goggles, que podría incrementar la presión ocular. Por ello, deben evitarse gafas de natación tipo goggles, que queden muy apretadas y ejerzan succión, dado que pueden aumentar la PIO’.
‘Ejercicios que impliquen maniobras de Valsalva podrían ser perjudiciales para pacientes con glaucoma, aunque el efecto sobre la PIO es transitorio y no debe afectar la progresión del glaucoma. Algunas posturas de yoga, como la llamada Sirsasana, posición invertida con la cabeza abajo y los pies arriba, producen un aumento de la presión ocular y pueden ser perjudiciales para pacientes con glaucoma. En pacientes con glaucoma pigmentario pueden producirse picos de aumento de PIO tras la práctica de deporte, por lo que, si aprecian visión borrosa y/o dolor ocular tras la práctica deportiva, se recomienda valoración oftalmológica’.
b) si la cirugía es totalmente eficaz. ‘Con frecuencia las gotas que se utilizan para disminuir la presión intraocular pueden alterar la superficie ocular y producir visión borrosa -se lee en la guía-. La cirugía, al disminuir la necesidad de gotas hipotensoras, mejora la superficie ocular y el paciente puede notar algo más de nitidez y mejor visión. Sin embargo, los defectos en el campo visual que hayan podido producirse con la evolución del glaucoma no se modifican tras la cirugía, con lo que, si la mala visión es debida a esos defectos en el campo visual, la cirugía no la mejorará.
Cuando la cirugía de glaucoma se realiza de forma combinada con la cirugía de catarata, la visión del paciente mejorará al reemplazar el cristalino opacificado por una lente intraocular. De nuevo, la pérdida de visión que sea debida al glaucoma no mejorará tras la cirugía’.
c) si el glaucoma es hereditario. Tener antecedentes familiares de la afección es un factor de riesgo: ‘si tienes antecedentes familiares de glaucoma, es importante ser proactivo en el monitoreo de tu salud ocular. La campimetría, o campo visual, es una prueba que permite evaluar la función de tu visión periférica y es una herramienta valiosa en el diagnóstico y seguimiento del glaucoma […]
En resumen, si tienes antecedentes familiares de glaucoma, es aconsejable hablar con tu oftalmólogo sobre la realización de campimetrías como parte de tu seguimiento oftalmológico regular. La frecuencia y el momento de las pruebas se determinarán en función de tu edad, antecedentes familiares y otros factores de riesgo. La detección temprana y el monitoreo continuo son esenciales para el manejo exitoso del glaucoma’, sostiene el nuevo documento.
d) si siempre deriva en ceguera. A este respecto, cabe decir que la pérdida de visión asociada al glaucoma puede prevenirse en más del 90% de los casos si se detecta a tiempo y se recibe el tratamiento adecuado1.
“El glaucoma es una enfermedad muy desconocida que, diagnosticada a tiempo, se puede tratar para prevenir la pérdida de visión, pero con un diagnóstico tardío no se puede recuperar la visión perdida”, explica el Dr. Francisco J. Muñoz Negrete, presidente de la SEG.
La duda más extraña, la planteada acerca de la anisocoria
En cuanto a la duda más extraña o poco habitual que se haya planteado y que aparezca en la guía, Carratalá comenta que es aquella que alude a la anisocoria y su posible relación con el glaucoma. Según el manual, ‘la anisocoria (del latín coria significa “pupila”, iso significa “igual” y an significa “no”) es una situación en la que existe una diferencia en el tamaño de la pupila del paciente. Cuando existe una diferencia entre un ojo y otro de un milímetro o más, hablamos de una anisocoria. Puede indicar la existencia de enfermedades locales del sistema nervioso autónomo.
En el glaucoma la causa fundamental de anisocoria es la presencia de cirugías previas. Por ejemplo, a un paciente que tiene un ataque agudo de glaucoma la pupila se le atrofia al producirse una isquemia por esa subida de presión brusca. Esta sería una anisocoria secundaria. También puede haber anisocorias farmacológicas, por ejemplo, cuando solo se instilan gotas en un ojo y estas afectan a la pupila’.
Consultas que no siempre pueden ser atendidas en una visita médica
“Los pacientes de glaucoma, desde el momento en el que son diagnosticados, tienen dudas que en las consultas médicas no siempre hay tiempo de responder. También tienen cuestiones que no son propiamente médicas. Por ello, en este libro hemos querido englobar todas esas inquietudes, algo que para nuestra asociación supone una ayuda muy importante a la hora de hacer frente a la enfermedad. De ahí nuestro agradecimiento a todas las partes que han hecho posible esta publicación junto a nosotros”, manifiesta Carratalá a través de un comunicado.
“Estamos convencidos de que cuanto más conozca el paciente sobre su patología, más y mejores herramientas tendrá para tomar decisiones adecuadas en su día a día. Este conocimiento le permitirá tener más confianza a la hora de consultar sus dudas e inquietudes con su oftalmólogo y poder adaptarse mejor a las adversidades que puedan derivarse de su enfermedad. Por ello, creemos que la guía puede resultar de gran utilidad para aquellas personas que quieran obtener información comprensible y fiable sobre el glaucoma”, agrega el presidente de AGAF.
Una dolencia asintomática en sus fases iniciales
“En sus fases iniciales el glaucoma es asintomático, no provoca dolor ni enrojecimiento ocular o derrames, y las alteraciones visuales perceptibles por el paciente aparecen en fases ya avanzadas de la enfermedad. Por todo ello, y de cara a favorecer un diagnóstico en fases iniciales, resulta imprescindible realizar controles periódicos a partir de los 40 años que permitan un cribado, especialmente de la población de riesgo”, enfatiza el Dr. Muñoz Negrete.
El glaucoma aparece principalmente entre las personas mayores de 40 años; a partir de los 80 años de edad, su incidencia se multiplica por 10. Además de la edad y los antecedentes familiares, otros factores de riesgo pueden ser el grado de miopía y ser de raza no blanca.
Referencias
1. Topouzis, F., Anastasopoulos, E., Department of Ophthalmology, Aristotle University of Thessaloniki, Greece, & Department of Ophthalmology, Aristotle University of Thessaloniki, Greece. (2007). Glaucoma — the importance of early detection and early treatment. European Ophthalmic Review, 00(00), 13. https://doi.org/10.17925/eor.2007.00.00.13