Redacción Farmacosalud.com
Científicos canadienses abogan por retrasar la administración de la segunda vacuna de Pfizer y BioNTech contra el COVID-19 como estrategia para poder inmunizar a un mayor número de personas con las dosis disponibles y contrarrestar así la escasez de vacunas existente. De acuerdo con los investigadores, la alta efectividad de la primera inyección y el hecho de que actualmente haya escasez de estos preparados vacunales induce a pensar que ‘el aplazamiento de la segunda dosis es una cuestión de seguridad nacional’.
Los científicos sostienen que la efectividad de esta vacuna es del 92,6% tras la primera inyección. A todo esto, un estudio realizado en trabajadores de la salud de Israel y publicado en la revista médica ‘The Lancet’ constata que la primera dosis tiene una efectividad del 85%, informa el rotativo Haaretz. En el estudio se observó una reducción del 85% del COVID-19 sintomático entre 15 y 28 días después de que se administrara el preparado.
Petición para vacunar en AP y en servicios de Medicina Preventiva
Por su parte, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) consideran que la vacunación frente al SARS-CoV-2, tanto de los grupos de alto riesgo como del conjunto de la población, debería realizarse en los servicios de Medicinas Preventiva y en los equipos de Atención Primaria (AP), respectivamente, en el marco de una estrategia colaborativa entre Atención Primaria y Hospitalaria. Los responsables de estas sociedades estiman que “los vacunódromos no son necesarios puesto que tan solo es imprescindible dimensionar adecuadamente los servicios sanitarios y seguir protocolos específicos diseñados por Salud Pública”.
El encuentro entre La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) viene motivado tras el acuerdo de la Comisión de Salud Pública, en la que están representadas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad.
Dicho acuerdo propone continuar avanzado en la Estrategia de Vacunación contra el Covid-19 priorizando la vacunación en función de la edad al ser el principal factor de riesgo de enfermedad grave y mortalidad, y vacunando a menores de 60 años con condiciones de riesgo alto de padecer enfermedad grave por SARS-Cov-2 y cuyos criterios se concretarán en la próxima reunión de la Ponencia de Vacunas. En este punto, los especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública, y en Medicina Familiar y Comunitaria solicitan a la citada Ponencia que se tenga en cuenta el Consenso de Vacunación en Grupos de Riesgo elaborado por la SEMPSPH. Se trata del documento más completo basado en la evidencia científica realizado hasta el momento.
En este aspecto concreto, desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene se entiende que la vacunación de los grupos de alto riesgo debería realizarse desde los servicios de Medicina Preventiva en el marco de una estrategia de colaboración y coordinación con los servicios de Atención Primaria. A su vez, en lo que refiere a Atención Primaria, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria señala que los dispositivos de AP tienen la experiencia necesaria para ello en cuanto son los responsables de la vacunación no COVID-19 en el resto de campañas, tomando como referencia la vacunación anual de la gripe.
A tiempo de evitar la cuarta ola de SARS-CoV-2
‘No es el momento de salvar la Semana Santa’. Así de rotundos se muestran desde la Sociedad Andaluza de Medicina Preventiva y Salud Pública ante la cercanía de las vacaciones de Semana Santa y las voces que piden la relajación de las medidas restrictivas frente al coronavirus. Su presidente, el Dr. Rafael Martínez, asegura que “todavía es demasiado pronto para relajar las restricciones de movilidad y apertura de establecimientos. A pesar de que la incidencia de SARS-CoV-2 está bajando, es demasiado pronto para relajarse”.
“Es el momento –continúa Martínez- de poner en práctica lo que hemos aprendido con los errores cometidos. Tras el primer confinamiento se llevó a cabo una estrategia de desescalada demasiado rápida y abrimos la puerta a la segunda ola, en Navidades; se levantaron las restricciones a la movilidad a pesar de tener una incidencia elevada y llegamos a la tercera ola en la cual estamos inmersos. No cometamos ahora los mismos errores. Todavía estamos a tiempo de evitar la cuarta ola. Evitar la cuarta ola es salvar cientos y cientos de vidas, de dramas familiares y de una debacle económica”.
El mantenimiento de restricciones unido al cumplimiento de las medidas de prevención individuales, como la adecuada y frecuente higiene de manos, y el correcto uso de las mascarillas y el uso de la mascarilla adecuada según el contexto en el que nos encontremos, junto con la vacunación, pueden evitar la cuarta ola. “Tenemos que ser prudentes con las expectativas de la vacunación para no generar entre la población una falsa sensación de seguridad. El porcentaje de población vacunada es todavía muy pequeño, tardaremos tiempo en vacunar a un porcentaje que nos permita lograr una inmunidad de rebaño”, explica el presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Preventiva y Salud Pública.