Redacción Farmacosalud.com
Ocho apellidos… exóticos. En un ejercicio de imaginación, bastaría con que una película infantil con presencia de animales para nosotros exóticos -por ejemplo, una iguana- emulara el éxito taquillero de ‘Ocho apellidos vascos’ y ‘Ocho apellidos catalanes’ para que, irremediablemente, algún espectador exclamara, fijándose en la susodicha iguana: ‘¡Yo quiero una de esas!’. Por lógica, el espectador que dijera eso tendría que ser un niño, si bien tampoco podría descartarse que un adulto se dejara llevar por la empatía de un hipotético personaje más o menos gracioso -imaginemos a una simpática iguana de dibujos animados- para, aprovechando que las navidades ya están aquí, dar una sorpresa al peque de la casa y, de paso, poder enseñar tan impactante mascota a familiares y amistades.
Según el veterinario Vicenç Busquets, vocal de Pequeños Animales del Colegio Oficial de Veterinarios de las Islas Baleares (COVIB), “a veces” se regalan animales exóticos teniendo “un desconocimiento total de las necesidades básicas de estos animales como manejo, hábitos, alimentación… sin obviar, además, que la mayoría son salvajes”. Lo primero que hay que hacer cuando se acoge a una mascota foránea es “visitar a un veterinario especializado en veterinaria de exóticos que les informe de los cuidados básicos de estos animales. De hecho, esa visita al veterinario debería de producirse antes de adquirir el animal para tener un conocimiento completo, desde el punto de vista científico, de las obligaciones que se contraerán al comprarlo”, subraya Busquets.
“Dependiendo de las características del hogar, existe la opción de la adopción”
Según se recoge en la página web de ANADEL (Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad), “en los últimos años ha aumentado el número de personas que tienen una mascota exótica o salvaje en casa: serpientes, iguanas, arañas, loros, tortugas, etc. El problema es que estos animales no dan el mismo cariño que una mascota tradicional y además requieren unos cuidados especiales, por lo que muchos de ellos acaban abandonados. Esto no sólo perjudica al animal sino que además puede dañar el ecosistema, ya que, cuando un animal exótico es dejado a su suerte, trata de sobrevivir aclimatándose a nuestro medio, ocupando un lugar en el ecosistema que no le corresponde y desplazando a otras especies”.
Busquets dice que la Navidad no es especialmente una época de abandono de mascotas -ya sean foráneas o clásicas-, ya que “el abandono aparece con posterioridad, cuando la gente se da cuenta de que un animal no es un simple regalo, sino un ser vivo que requiere atención diaria y continuada, incluso en vacaciones”. Con todo, no está de más recordar el mensaje difundido por la Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales (ASANDA): “El Servicio para la Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil ha alertado sobre el peligro* que supone la tenencia de animales exóticos y el abandono de algunas especies, y ha pedido a los ciudadanos que, si deciden desprenderse de estos animales, los dejen en centros especializados”. En esta línea, tiempo atrás la Guardia Civil destacaba que “la importación a España de animales exóticos venenosos está prohibida, y únicamente se pueden tener como mascotas animales exóticos con la correspondiente licencia y en determinadas condiciones que reproduzcan su entorno originario”.
Si bien Busquets no ha detectado ninguna nueva moda para estas fiestas navideñas en relación con el obsequio de mascotas, sí que le gustaría “destacar algo importante… está muy extendida la moda de comprar una mascota cuando también, dependiendo de las características del hogar, existe la opción de la adopción. Es conveniente valorar también esta opción”.
“No veo conveniente delegar la responsabilidad de la mascota en un menor”
El vocal de Pequeños Animales de COVIB explica que si alguien quiere regalar una mascota “debe valorar, en primer lugar, si el destinatario del regalo puede garantizar los cuidados básicos del animal, incluyendo el tiempo, la economía, el espacio o entorno… teniendo en cuenta, además, que la vida media de la mascota puede oscilar entre los 12 y los 15 años”. Si el animal que se acoge es uno de compañía convencional -perro, gato, etc- lo primero que hay que hacer es “una primera revisión veterinaria que incluya examen físico y desparasitación interna y externa debido al riesgo real que existe de transmisión de enfermedades. Evidentemente, el animal debe estar identificado con el microchip, inscrito en el correspondiente registro y tener los papeles en regla”, aduce.
Otra cosa que debe quedar muy clara es que, aunque un niño desee mucho un animal de compañía, a los padres o a sus tutores les tocará responsabilizarse de la mascota: “No veo conveniente que se delegue la gran responsabilidad que supone la tenencia de una mascota en un menor. Es un tema de sentido común. Esa responsabilidad debe ser de los padres o adultos, si bien sí es muy interesante hacerle partícipe de cualquier proceso de aprendizaje de la mascota. Los menores deben disfrutar de las mascotas y aprender qué responsabilidades y obligaciones conllevan, pero la responsabilidad principal y última es de las personas adultas”, comenta Busquets.
En opinión del veterinario, “los adultos deberían de ser los responsables de las mascotas y el disfrute recaer en los menores. Eso deben de saberlo porque, en parte, si se han informado con profesionales, es una de las primeras cuestiones que ponemos sobre la mesa. Por ejemplo, en el caso de sacar a pasear a un perro, ¿cómo va a hacerlo un menor de 6 o 7 años si no es con un adulto? Tener esa información es decisivo a la hora de adquirir una mascota”.
“Una mascota tiene un coste económico, pero se compensa con la relación afectiva”
Por lo que respecta a los costes económicos derivados de los cuidados veterinarios que deben proporcionarse a los animales de compañía, Busquets considera que los profesionales de la veterinaria trabajan con unos “precios muy razonables. Es indudable que una mascota tiene un coste económico, pero no es menos cierto que se compensa con lo que aporta a la relación afectiva, Luego, evidentemente, hay animales que presentan determinadas patologías por cuestiones genéticas, accidentes, etcétera, que tal vez requieran una inversión más importante. No todos son iguales”.
*Algunas especies pueden tener reacciones agresivas, a veces manifestadas inesperadamente