Redacción Farmacosalud.com
El fisioterapeuta formado en el Instituto Nacional de Educación Física (INEF), Jesús Serrano, y autor del libro ‘La salud a tus pies’ (Harper Collins), recomienda que los bebés “vayan descalzos el mayor tiempo posible”, es decir, habría que minimizar al máximo el uso de ‘patucos’ y otros calzados que, además de poder comprimir los dedos de los pies, pueden influir negativamente en la "sensibilidad y movilidad" podales. "Al igual que las manos, los pies forman parte de esa exploración del entorno de los bebés. No debemos privarles de tal herramienta sensitiva”. Eso en cuanto a los más peques de la casa, porque, en el ámbito de los adultos, Serrano advierte de un error podal muy habitual, como es “usar calzado sin forma de pie. Todo calzado convencional acaba en punta y comprime los dedos”.
-‘La salud a tus pies’ es un manual práctico y didáctico que explica las nociones básicas que toda persona debería tener sobre cuidado y entrenamiento podal, desde los bebés hasta los más mayores. Empecemos por los bebés: ¿qué consejo es su preferido para estas edades?
Que vayan descalzos el mayor tiempo posible. Evitar ‘patucos’ y otros calzados que puedan comprimir los dedos de los pies y restar sensibilidad y movilidad. Al igual que las manos, los pies forman parte de esa exploración del entorno de los bebés. No debemos privarles de tal herramienta sensitiva para el correcto desarrollo de la musculatura y propiocepción*. Que repten y gateen descalzos. Y cuando les toque andar, que lo hagan descalzos en entornos seguros... eso sí, cuando esto no pueda hacerse, que utilicen calzado que respete la forma y funcionalidad podales: planos, finos, blandos y anchos…
* propiocepción: (según el diccionario RAE) percepción inconsciente de los movimientos y de la posición del cuerpo, independiente de la visión
-¿Qué error de tipo podal se produce habitualmente en la vida adulta y que habría que solucionar ya?
El principal es usar calzado SIN FORMA DE PIE. Todo calzado convencional acaba en punta y comprime los dedos. Esto favorece la aparición de juanetes, dedos en garra, neuromas**, metatarsalgias*** y un largo etcétera de patologías asociadas al calzado estrecho. El calzado debe tener forma de pie.
**neuroma: crecimiento no canceroso de tejido nervioso
***metatarsalgia: dolor de los metatarsos; el metatarso se compone de cinco huesos metatarsianos, que se enumeran desde la cara medial del pie
-¿Y en personas mayores o de edades avanzadas, qué les recomendaría?
Lo mismo. Calzado con forma de pie. En algunos casos en los que se tengan afecciones más graves, se puede buscar algún modelo con más suela, o incluso con algo de talón elevado (drop).
-¿Un pie bien cuidado es menos propenso a lesiones, tanto podales como localizadas en otras zonas del cuerpo?
Claro. Los pies son los cimientos del cuerpo. Un pie con un simple juanete ya es más inestable y va a generar problemas en tobillo, rodilla, cadera, espalda, e incluso vemos que el sufrimiento de pies genera bruxismo o dolor de cabeza. ¡Es clave que los pies estén sanos!
-Más allá de los bebés… ¿caminar descalzo aporta beneficios para el organismo?
¡Sin duda alguna! Caminar descalzo es la mejor manera de mantener sanas todas las estructuras de nuestro pie: ligamentos, huesos, grasa, fascia**** y músculos. Al igual que entrenamos brazos o piernas sin ninguna estructura que los sujete, el pie se entrena descalzo… hay que funcionar mayoritariamente descalzo en lugares seguros: casa, piscina, playa, gimnasio… y cuando haya que calzarse, hacerlo de tal manera que se respete la anatomía y funcionalidad podales.
**** fascia: estructura de tejido conectivo
-Volviendo al bruxismo (rechinamiento de dientes involuntario que se produce especialmente durante el sueño) y los dolores, en este caso de espalda, y hablando además de los problemas de rodilla, posturales o deformaciones… ¿todas estas alteraciones pueden guardar relación con los pies?
¡Por supuesto! De hecho, para tratar muchas de estas patologías, la podología tradicional -con la que comulgo poco- lleva años haciendo plantillas y colocándolas en calzado convencional. Yo soy más de entrenar aquellas cosas que no funcionan en los pies. Muchas lesiones de rodilla o de espalda se originan en un mal contacto con el suelo, al igual que una grieta en un 7º piso puede venir propiciada por unos malos cimientos, ubicados varias plantas por debajo.
-¿Así pues, cuándo hay que llevar plantillas?
En aquellas afecciones en que, por malformación o problemas neurológicos, por ejemplo, no permitan al pie un correcto desarrollo de su biomecánica. También temporalmente en algunas afecciones mientras entrenamos las estructuras dañadas. Pero, en ambos casos, las plantillas deben estar diseñadas para un calzado con forma de pie. La mayor parte de las patologías son entrenables y considero que el entrenamiento aporta un nivel de salud muy superior.
-Díganos un ejercicio diario que puede ayudarnos a mantener unos pies sanos…
Ponernos de puntillas (realizando varias repeticiones todos los días), o incluso acostumbrarnos a andar de puntillas por casa a ratitos…
-¿Qué ejemplo de un caso real hay en su libro que evidencie lo que no hay que hacer con los pies?
Todo el mundo sabe que usar tacones no es bueno. Pero me atrevería a decir que usar zapatillas ‘casual’ con puntera estrecha es casi peor. Los tacones se usan para pequeños desplazamientos en algún evento. Pero la gente se va a patear ciudades enteras con zapatillas muy estrechas. Y no saben el daño que eso provoca al pie…
-¿Cómo definiría un buen calzado?
Aquel que respete la forma, tamaño y funcionalidad del pie. Ancho, plano, fino y flexible. ¡Que imite ir descalzo!
-Usted es un experto en el calzado ‘barefoot’, al que considera un aliado imprescindible para que la extremidad podal esté realmente sana. ¿Qué es un calzado ‘barefoot’?
El que he descrito anteriormente. El que permita al pie funcionar casi como si estuviera descalzo.